En sueños | Divertida cinta animada sobre el mundo onírico y la unión familiar

Miguel Soria

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la UCM, Máster COPE de Radio y Televisión; crítico de cine en Pantalla90 y responsable de la sección de videojuegos en Aceprensa; director y presentador del pódcast 'Enciende el mando'

El tema de los sueños ha sido tratado en el cine muchas veces, quizás la versión más famosa sea la que nos dio el director británico Christopher Nolan en Inception (Origen), en 2010, cuando los recreó de una forma tan apabullante con una historia que atrapaba desde el minuto uno y una partitura musical de Hans Zimmer que hizo historia aunque (injustamente) no ganase el Óscar. Ahora, inspirada por aquella, llega una nueva película de aventuras en formato animación (recordemos que animación no es un género sino una forma de hacer cine) para reflexionar sobre la familia, la unión familiar, los deseos y los miedos personales.

Stevie y Elliot, dos hermanos, viajan al absurdo mundo de sus sueños. Si son capaces de enfrentarse a una sarcástica jirafa de peluche, a un desayuno zombi y a la reina de las pesadillas, Sandman les concederá su mayor deseo: la familia perfecta.

La dirección corre a cargo de Alexander Woo, extrabajador de la gloriosa Pixar, quien se independizó y montó Kuku, y le ayuda en las tareas Erik Benson. El guion es de ambos junto a Stanley Moore, y entre todos han hecho un filme de animación para Sony Pictures y Netflix, pero es una gran pena que una película así no llegue a las salas porque se lo merecía.

Los directores hablan largo y tendido sobre un tema que no es habitual en este tipo de cine: la unión familiar y el riesgo que a veces sobrevuela de la separación, palabra que además se cita explícitamente, ya que luchar contra ella implica ser claros, y por fortuna el metraje lo es, pero siempre sin dejar de ser un producto destinado para toda la familia, aunque siendo sinceros, algunos pasajes pueden asustar a los más pequeños, concretamente los que tienen que ver con las pesadillas.

Tras una clásica llamada a la aventura en un viaje de fantasía, los dos hermanos, muy distintos entre sí, deben luchar juntos para lograr que sus padres también permanezcan juntos y sigan siendo una familia feliz, algo nada fácil ya que los intereses de los progenitores se contraponen: él quiere permanecer donde viven, pero a ella le surge una oportunidad laboral que implicaría mudarse. ¿Quién debe ceder?

Muy inteligentemente también se habla del significado de los sueños y, sobre todo, de las pesadillas, de cómo superarlas y de que debemos tener cuidado con lo que deseamos, ya que no siempre es lo mejor para nosotros porque puede haber un egoísmo camuflado de fondo y no nos demos cuenta. De regalo, una muy buena reflexión: debemos aceptar y querer a los hermanos aunque nos puedan parecer “tocanarices” porque, seguramente, ellos también nos aguanten a nosotros, que podemos ser complicados; todos somos parte de la familia y la familia es el único sitio en el que se te quiere por cómo eres, no por lo que aportas económicamente.

Como es habitual en este tipo de películas hay una gran cantidad de guiños a otras producciones como El resplandor (Stanley Kubrick, 1980), El Mago de Oz (Victor Fleming, 1945) y por supuesto la susodicha Origen, pero también al videojuego Monument Valley o incluso a Five Nights At Freedy’s.

A nivel técnico estamos ante una producción realmente cuidada en la que el mundo de los sueños es absolutamente imaginativo, como debe ser, con zonas muy bellas que corresponden a los sueños felices y otras aterradoras que corresponden a las pesadillas. Y se juega con las pesadillas recurrentes, esas en las que no hemos estudiado para el examen más importante o se nos caen los dientes o estamos desnudos entre la gente. Por fortuna la presencia del muñeco Moloni Tony, un auténtico descubrimiento, hace que esos momentos sean más divertidos, sobre todo el relacionado con unos portales de luz, sencillamente descacharrante. Se debe agradecer también que las voces en español vengan de grandes profesionales del doblaje, sin presencia de famosos que desluzcan el resultado.

Efectivamente En sueños no está a la altura de las grandes joyas de Pixar ni tampoco lo pretende, solo mostrar que fuera de la mítica factoría también se hacen buenos filmes con buenas ideas y, lo más importante, mensajes positivos en una sociedad que a veces parece que ha perdido el norte en lo que a la familia se refiere, por eso hay que agradecer que aún haya cineastas que insistan en lo más importante: la unión indisoluble entre un hombre y una mujer que, además, han logrado tener hijos. Eso sí, como decíamos, quizás los más pequeños tengan miedo en varias partes del metraje, y además los mensajes tratados son más aptos para jóvenes algo crecidos.