Sinopsis
En una sociedad de un futuro cercano, "The Running Man" es el programa de mayor audiencia de la televisión: una competición mortal en la que los concursantes, conocidos como Runners, deben sobrevivir 30 días mientras son perseguidos por asesinos profesionales. Cada movimiento es retransmitido a un público sediento de sangre y cada día que pasa, la recompensa en metálico es mayor. Desesperado por salvar a su hija enferma, Ben Richards (Glen Powell), de clase trabajadora, es convencido por el encantador pero despiadado productor del programa, Dan Killian (Josh Brolin), para que participe en el juego como último recurso. Pero la rebeldía, los instintos y las agallas de Ben lo convierten en un inesperado favorito de los fans y en una amenaza para todo el sistema. A medida que se disparan los índices de audiencia, también lo hace el peligro, y Ben debe burlar no sólo a los Cazadores, sino a una nación adicta a verle caer.
Crítica
The Running man | Adrenalínica versión de la novela de Stephen King
Cuando sabes que una película está dirigida por Edgar Wright sabes que vas a acudir a un espectáculo muy solvente por parte de un director muy imaginativo y visual que además tiene un excelente gusto para la música en sus películas. Prueba de ello es la fabulosa Baby Driver (2017), una ‘rara avis’ con la que deslumbró a crítica y público. Tiene más aciertos en su filmografía, como la ‘trilogía del cornetto’ (compuesta por Zombies Party de 2004, Arma fatal de 2007, la mejor de la saga, y Bienvenidos al fin del mundo de 2013) o la surrealista y genial Scott Pilgrim contra el mundo (2010). Ahora vuelve a acertar con The Running Man, adaptación de una novela de Stephen King que ya fue llevada al cine en 1987 por Paul Michael Glaser con Arnold Schwarzenegger de protagonista. En esta ocasión el metraje es más sólido y tiene mensajes más profundos, sin olvidar un guiño hacia el mítico actor australiano.
En una sociedad de un futuro cercano, «The Running Man» es el programa de mayor audiencia de la televisión: una competición mortal en la que los concursantes, conocidos como Runners, deben sobrevivir 30 días mientras son perseguidos por asesinos profesionales. Cada movimiento es retransmitido a un público sediento de sangre y cada día que pasa, la recompensa en metálico es mayor. Desesperado por salvar a su hija enferma, Ben Richards (Glen Powell), de clase trabajadora, es convencido por el encantador pero despiadado productor del programa, Dan Killian (Josh Brolin), para que participe en el juego como último recurso. Pero la rebeldía, los instintos y las agallas de Ben lo convierten en un inesperado favorito de los fans y en una amenaza para todo el sistema. A medida que se disparan los índices de audiencia, también lo hace el peligro, y Ben debe burlar no sólo a los Cazadores, sino a una nación adicta a verle caer.

La cinta de 1987 era un producto de su tiempo: estética futurista pero dentro de unos límites, personajes muy planos, diálogos lapidarios sobre todo con el humor de Schwarzenegger, violencia exagerada y una visión muy pobre de la mujer, incluyendo unos bailes hoy en día imposibles por los sensuales planos. Si se ve hoy con los ojos de hoy el metraje no aguanta ni cinco minutos, pero eso es un error, no se debe juzgar a una obra de hace décadas con la mirada de la actualidad sino contextualizarla en su momento.
Por ello Wright ha dado un enfoque totalmente distinto al filme actual y ya no tenemos a un expresidiario fugado que debe ganarse la libertad y limpiar su nombre sobreviviendo al programa televisivo sino a un padre de familia que debe sobrevivir si quiere una gigantesca recompensa monetaria. Y aun así ha conservado dos cosas, seguramente como guiños: un baile femenino (en esta ocasión más comedido y bien dirigido) y unos breves viajes en cápsulas a través de unos tubos. Fuera de eso, poco tiene que ver el filme de Glaser con el actual.

Repetimos: Wright es un director competente, sabe mover la cámara, poner verdaderos “temazos”, elegir a sus actores y sacar partido a uno que está, muy merecidamente, de moda desde hace años: nada más y nada menos que Glen Powell, que brilló en Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022), lo hizo muy bien Twisters (Lee Isaac Chung, 2024) y aquí vuelve a demostrar que sigue en plena forma con un trabajo muy físico. Sin olvidar por supuesto la parte emocional, la fundamental para empatizar con él: la protección del hogar familiar y, en concreto, de su hija. ¿Qué no haría un padre por sus vástagos en una situación desesperada?
Como decimos, nos encontramos ante un filme lleno de acción muy bien rodada, pero no solo eso: el libreto (escrito por el mismo Wright en colaboración con Michael Bacall) está lleno de crítica social hacia esos países en los que, para tener una buena atención médica, la cartera debe estar rebosante de dinero; sin olvidar la denuncia a esos ejecutivos agresivos de las televisiones que no tienen reparos en mostrar lo más sórdido del ser humano si eso logra subir las audiencias, ni tampoco en manipular cualquier grabación para lo mismo. Y, una vez más, se pone el foco en esos programas basura de supuesta telerrealidad y sus presentadores que llevan cámaras hasta los lugares más íntimos, buscando ser modernos o transgresores, pero por supuesto sin éxito alguno. Sin olvidar a ese público enloquecido dispuesto a tragarse lo más violento y sangriento con tal de satisfacer sus instintos más básicos. De camino, una apuesta por la tecnología retro como apuesta ante una sociedad que ha aceptado la vigilancia total: “Es una televisión antigua, de las que impiden que te vean a ti”.

Por fortuna no todo es negativo: en la parte positiva se pone en valor no solo la familia sino también la fidelidad conyugal y lo importante que es ser buena persona, aunque el entorno no ayude a ello o incluso pueda haber penalizaciones.
Hay muchas secuencias muy logradas, pero para no destripar nada ni ocupar excesivo espacio citaremos la persecución en un hostal y el ataque a una casa, realmente explosivas. A la vez también es verdad que a veces la trama se enreda un poco en sí misma y es algo confusa, pero nunca se pierde el hilo y en cada minuto pasa algo. La pena es que haya tanto lenguaje malsonante con blasfemias constantes que no pintan nada. Tampoco venía a cuento ni aporta esa pincelada de ideología LGTB, muy fugaz pero innecesaria.
Quizás este filme no sea tan redondo como Baby Driver (a ver si hace la secuela de una vez), pero Wright consigue un metraje que, a pesar de ser largo (2h 13m) siempre es interesante con actores muy metidos en sus papeles: están también muy bien Josh Brolin, un casi irreconocible Lee Pace o Idris Elba entre otros. Tiene un final un poco forzado y brusco, cierto, pero se le perdona porque el conjunto es todo un espectáculo que justifica la entrada del cine; eso sí, no es apta para los más jóvenes por las grandes dosis de violencia.
Ficha técnica
- Título Original: The Running man
- Dirección: Edgar Wright
- Guión: Michael Bacall, Edgar Wright. Novela: Stephen King
- País: Reino Unido
- Año: 2025
- Duración: 133 min.
- Género: Ciencia ficción. Acción
- Interpretación: Glen Powell, Josh Brolin, Lee Pace, Katy O'Brian, David Zayas, Michael Cera, William H. Macy, Emilia Jones, Karl Glusman, Sean Hayes, Jayme Lawson, Daniel Ezra, Colman Domingo
- Productora: Complete Fiction, Genre Films
- Música: Steven Price
- Fotografía: Chung Chung-hoon
- Estreno en España: 21-11-2025







