Título original: Alice in Wonderland. |
SINOPSIS
Alicia, ahora con 19 años, regresa al mundo mágico, donde se adentró siendo una niña, para reunirse con sus antiguos amigos: el Conejo Blanco, Tweedledee y Tweedledum, la Oruga, el Gato de Cheshire y, por supuesto, el Sombrerero Loco. Alicia se embarca en un viaje fantástico para encontrar su verdadero destino y poner fin al reinado de terror de la Reina Roja.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, COPE y Popular TV]
A través de películas como Big Fish, Charlie y la fábrica de chocolate o La novia cadáver, Tim Burton entró en el nuevo siglo enriqueciendo su imaginativo estilo visual con jugosos conflictos dramáticos de cierto calado moral. Recuperó así la hondura estética de Eduardo Manostijeras y Ed Wood, que había perdido casi por completo en Sleepy Hollow y El planeta de los simios.
Sin embargo, en 2008, el personalísimo cineasta californiano bajó enteros de nuevo con Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet, pesada y morbosa versión fílmica del discutido musical teatral de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler, sobre un peluquero degollador y una panadera caníbal. Ahora, recupera un poco la forma y toca techo en cuanto a fervor popular con su último largometraje, donde imagina en 3D estereoscópico una nueva aventura de Alicia años después de las relatadas por Lewis Carrol en sus novelas Alicia en el País de las Maravillas (1865) y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (1871).
Ya con 19 años, Alicia es una chica atractiva e independiente, cuyos padres quieren casarla con un joven aristócrata, atildado, machista e inculto, que repatea a la joven. Precisamente durante la fiesta en que van a anunciar su compromiso, Alicia recibe una nueva visita del Conejo Blanco con Chistera, que la lleva hasta un nuevo acceso al País de las Maravillas, un lugar del que ella sólo guarda vagos recuerdos, pues lo considera fruto de sus sueños. Esta vez, Alicia ha sido reclamada por la Reina Blanca, que ve desesperada cómo la déspota Reina Roja se va haciendo con el control de todo el mágico territorio. En su misión, Alicia contará de nuevo con la ayuda de Tweedledee y Tweedledum, la Oruga, el gato de Cheshire y, por supuesto, el Sombrerero Loco.
Casi 800 millones dólares lleva recaudados en todo el mundo este nuevo delirio de Tim Burton; un dato que confirma el tirón comercial del formato 3D estereoscópico, así como las sobresalientes cualidades de Tim Burton para la creación de tramas y ambientes surrealistas. En este sentido, el singular ex animador de Disney da aquí rienda suelta a su desbordante imaginación, creando un universo fascinante, abigarrado y colorista, con aportaciones muy originales, pero a la vez compatible con la versión animada de Alicia —que produjo Walt Disney en 1951— y con la rica tradición anglosajona de costumbrismo mágico para todos los públicos; una tradición que ha llenado los cines en los últimos años gracias a las versiones fílmicas de las populares sagas literarias El Señor de los Anillos, las Crónicas de Narnia, Harry Potter, Peter Pan o Babe.
Esa opción surrealista quizás disculpe, y hasta legitime, el histrionismo de casi todo el reparto, y especialmente de Johnny Depp, que vuelve a estar a su aire, sin ninguna dirección estricta. En este sentido, brilla con luz propia la joven actriz australiana Mia Wasikowska, que desarrolla una caracterización de Alicia sólida y matizada. En todo caso, a este frenético espectáculo visual y sonoro le falta un poco de alma, de ese tono entrañable y esa hondura dramática y moral de los mejores filmes de Burton, antes citados. Aquí, el singular cineasta se limita a controlar mínimamente la vorágine narrativa y formal, a sacar lustre a la partitura de Danny Elfman y al vestuario de Colleen Atwood —ambos excelentes—, y a desarrollar una leve reflexión feminista, bastante convencional.
Alicia (Mia Wasikowska) es una joven de 19 años que asiste a una fiesta en una mansión victoriana, donde descubre que recibirá una propuesta de matrimonio. Entonces se escapa, corre detrás de un conejo blanco y, sin querer, resbala y cae en un agujero que le lleva al País de las Maravillas, un lugar que visitó hace 10 años, pero que no recuerda.
El país de las Maravillas era un reino pacífico hasta que la Reina Roja derrotó a su hermana, la Reina Blanca. Las criaturas de las Maravillas están listos para la revuelta, pero esperan a Alicia, porque ella es la única capaz de acabar con el totalitarismo de su Majestad.
Tim Burton se basa en los dos cuentos infantiles escritos por Lewis Carroll –Alicia en el país de las Maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí– que, a pesar de ser para niños, escondían una crítica al encorsetamiento de la sociedad victoriana de la época a través de una sobredosis de fantasía, locura y surrealismo. En la actualidad, sin el contexto histórico, esta crítica queda obsoleta, aunque no deja de ser una invitación a la imaginación, a veces arrinconada por la saturación de imágenes y estímulos del ocio actual.
En este sentido, lo mejor de la película es su puesta en escena, lo bien que casan el universo Burton con el derroche de fantasía del relato de Carrol. En esta adaptación, el director británico deja los tonos oscuros de títulos como Sweeney Tood o Sleepy Hollow, pero sin llegar a la explosión de color de Big fish, porque en el Submundo de las Maravillas sigue la tiranía de la Reina.
Asimismo, Burton hace algunos guiños al clásico animado de Disney de 1951 y vuelve a contar con dos de sus actores fetiches, Johnny Deep y Helena Bonham Carter, y descubre a una desconocida Mia Wasikowska, en el papel de Alicia. Una fábula para toda la familia, aunque el mundo onírico retratado y sus surrealistas personajes pueden descolocar a los más pequeños.
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m’encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa (LL*)
La verdad que nos gustaría haber salido del cine como es habitual hacerlo después de haber visto una obra de Burton, pero en esta ocasión no fue así, gracias a unos personajes indefinidos (casi bocetos sin personalidad alguna), y a un 3D innecesario y encima mal hecho (se nota a quilómetros que es un 2D con una capa digital para sumarse a la ola del 3D).
Decididamente no nos gustó, pero poco le podemos hacer ya…
ME HA ENCANTADO,TIM BURTON ES UN GENIO INDISCUTIBLE,JOHNNY DEPP UNA PASADA DE ACTOR,NO SE LE PUEDE PONER NI UNA SOLA PEGA A ESTA PELICULA