Dirección: Jimmy Hayward y Steve Martino. País: USA. Año: 2008. Duración: 88 min. Género: Animación, comedia. Doblaje original: Jim Carrey (Horton), Steve Carell (alcalde), Carol Burnett (cangura), Will Arnett (Vlad), Isla Fisher (Dra. Mary Lou LaRue), Amy Poehler (Sally O’Malley), Seth Rogen (Morton), Josh Flitter (Rudy), Jaime Pressly (Srta. Quilligan), Laura Ortiz (Jessica), Jonah Hill (Tommy), Jesse MacCartney (Jo Jo). Guión: Cinco Paul y Ken Daurio; basado en el libro del Dr. Seuss. Producción: Bob Gordon. Música: John Powell. Montaje: Tim Nordquist. Estreno en USA: 14 Marzo 2008. Estreno en España: 14 Marzo 2008. |
SINOPSIS
Horton es un imaginativo elefante que un día oye un débil grito de auxilio proveniente de una diminuta mota de polvo que flota en el aire. Aunque todavía no lo sabe, esa mota alberga una ciudad entera llamada Villaquién, habitada por los microscópicos Quién, a cuya cabeza está el alcalde. A pesar de ser objeto de las burlas de sus vecinos, quienes piensan que no está en sus cabales, Horton está decidido a salvar a la partícula, porque «una persona es una persona, por muy pequeña que sea».
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CRÍTICAS
Horton es un elefante que vive en la selva de Hool. Un buen día, mientras enseña a sus pequeños amigos, otros animales del bosque, lo que es un «insecto hoja», pasa volando una pequeña mota de polvo por delante de sus narices, mejor dicho, de su trompa. Horton cree oír un grito que proviene de esa pequeña mota y decide que hay alguien que puede estar en peligro dentro de esa minúscula partícula del universo.
A partir de ese momento, el elefante hará todo lo posible por averiguar quién habita la pequeña mota y encontrar para ellos un lugar seguro en el que vivir. Lo que Horton no sabe es que son precisamente los Quien, los habitantes de Villaquien, los pequeños seres que deberá defender oponiéndose a la mayoría de los habitantes de Hool, que le toman por loco. Según sus compañeros, nadie puede vivir en una mota de polvo. Sin embargo, Horton no cree que el tamaño de una persona sea un impedimento para existir y hará lo imposible por defender a los Quien, ya que «una persona es una persona, por muy pequeña que sea».
La película se basa en el libro titulado «Horton hears a who!«, publicado en 1954 y escrito por el caricaturista Dr. Seuss, Theodor Seuss Geisel. El protagonista de estas aventuras es un elefante imaginativo que no sólo es grande de tamaño, sino también de corazón y sentido de la justicia. Para Horton la lealtad es uno de los valores más importantes y decide poner su vida en peligro antes que fallar a un amigo. Esta gran visión de la vida se complementa con un agudo y constante sentido del humor y una imaginación desbordante, lo que lleva al protagonista a enfrentarse a los problemas con alegría y despreocupación.
Además del original argumento, la película sabe reproducir el ambiente colorista y amable que la caracteriza. La imaginación, tanto del escritor como de los encargados de llevar la historia a la gran pantalla, se descubre en los diálogos ?un tanto alocados-, en la estrafalaria vida en Villaquien, en los asombrosos acontecimientos y en la definida personalidad de sus protagonistas y demás personajes. En el film, todo aparece revestido de un «sinsentido» maravilloso que no sólo deja volar la imaginación, sino que sorprende al espectador inmerso en una historia increíble pero no por ello, exenta de un fondo trascendental y verídico.
En Horton, la ilusión y la fantasía conviven con el drama y la realidad, sin embargo lo hacen en un sensato equilibrio que conduce a la esperanza y la felicidad. Como en la mayoría de propuestas cinematográficas para niños, el bien acaba por suplantar al mal y los buenos ganan a los malos, así se completa un círculo en el que el final feliz es el único posible.
Se trata de uno de esos films en los que el espectador puede disfrutar cada minuto y, sin caer en moralismos, muestra una visión positiva y alegre de la vida y, aunque carece de esas segundas intenciones que puedan incluirse en otros largos de animación para «captar» al público adulto, es, sin duda, una de las mejores ofertas para todos los públicos.
Cuando el tamaño no importa
La sección de dibujos animados de la poderosa Fox, junto con los estudios Blue Sky, creadores de Ice Age. La edad de hielo y Robots, luchan por acercarse a la cima de las técnicas de animación y hacer sombra a la reina del género, la compañía Pixar. Ahora entregan una simpática película ambientada en la selva, cuyo protagonista es un despreocupado y divertido elefante llamado Horton. Su vida cambia cuando por casualidad escucha un grito de socorro que sale de una pequeña mota de polvo que viaja por el aire. Horton cae en la cuenta de que hay gente que vive ahí y se empeñará en poner a salvo la mota. Para lograr su propósito tendrá que superar las zancadillas de la autoritaria canguro, quien sostiene que «todo lo que no se pueda ver, oír o sentir, no existe». Por su parte, Horton establecerá contacto con los minúsculos seres de «Villaquién» y sorteará mil obstáculos para salvarles la vida.
Jimmy Hayward debuta en la dirección tras haber trabajado durante años en el departamento de animación de Pixar, en películas como Toy Story, Monstruos, S.A. o Buscando a Nemo. Aquí la idea principal de la película es muy original: la coexistencia de dos mundos paralelos, tan distintos en tamaño que cada uno vive por su cuenta, ignorando la existencia del otro. Horton recoge en narraciones igualmente paralelas la vida en ambos lugares. Otra cosa es que sea discutible el modo en que los guionistas ponen en contacto esos dos mundos, ya que resulta un poquito insuficiente e inevitablemente lleva a pensar que los amigos de Pixar le habrían sacado mucho mayor partido.
De cualquier forma, el film ofrece una valiosa lección al sugerir la posibilidad de que, al igual que hay realidades más pequeñas, quizá también nosotros seamos observados y cuidados por un ser superior… Pero donde la enseñanza se vuelve ya muy audaz y valiente para los tiempos que corren es cuando se remacha la idea que inspira la misión de Horton: «una persona es persona por pequeña que sea». La cosa tiene su enjundia, ya que el guión abandera explícitamente este mensaje al final de la película.
Sin embargo, incluso con estos grandes temas de fondo, no hay que perder de vista que Horton se dirige a los más jóvenes. Los dibujos están bien, aunque a estas alturas no llaman tanto la atención, y en general falta un poco de sentido «dramático» a lo que vemos. De hecho, se resiente del aire excesivamente liviano de la aventura, como si al conjunto le faltara «punch» y algo de espectacularidad.
Hay, eso sí, algunos momentos divertidos, como el que recoge las microscópicas actividades selváticas como si fueran algo terrorífico o los que muestran las rarezas de una curioso animalillo amigo de Horton. E insólita resulta la escena del bombardeo, gracioso homenaje a Apocalypse Now, donde incluso se dice: «me encanta el olor del plátano por la mañana».
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