Dirección: Justin Chadwick. Países: Reino Unido y USA. Año: 2008. Duración: 115 min. Género: Drama. Interpretación: Natalie Portman (Ana Bolena), Scarlett Johansson (María Bolena), Eric Bana (rey Enrique VIII), David Morrisey (duque de Norfolk), Kristin Scott Thomas (lady Isabel Bolena), Mark Rylance (Tomás Bolena), Jim Sturgess (Jorge Bolena), Ana Torrent (Catalina de Aragón), Juno Temple (Jane Parker), Benedict Cumberbatch (William Carey). Guión: Peter Morgan; basado en la novela «La otra Bolena» de Philippa Gregory. Producción: Alison Owen. Música: Paul Cantelon. Fotografía:> Kieran McGuigan. Montaje: Paul Knight y Carol Littleton. Diseño de producción: John Paul Kelly. Vestuario: Sandy Powell. Estreno en Reino Unido: 7 Marzo 2008. Estreno en España: 29 Febrero 2008. |
SINOPSIS
La película cuenta cómo las dos hermosas hermanas Bolena ?Ana y María?, presas de las ciegas ambiciones de su familia, compiten por el amor del apuesto y apasionado rey Enrique VIII. Aunque ambas comparten el lecho del rey, sólo una será reina durante un breve y turbulento periodo que acabará bajo la espada del verdugo.
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CRÍTICAS
Intrigas palaciegas
Es bien sabido que Enrique VIII de Inglaterra se divorció de la española Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena, y que tal hecho supuso la ruptura del monarca con la Iglesia católica, además del inicio de un cúmulo de inestabilidades políticas en el país anglosajón. Pero quizá es menos conocida la existencia de María Bolena, la hermana de Ana, que igualmente fue amante del rey. Su vida ha sido muy olvidada, y ni siquiera se sabe si era mayor o menor que Ana, y aunque se sospecha que tuvo hijos de Enrique VIII, tampoco se conoce el dato con total seguridad. Las relaciones de ambas hermanas con el monarca provocaron una manifiesta tirantez entre ellas y mantuvieron siempre viva su rivalidad. De cualquier forma, cuando la desgracia se abatió sobre la familia Bolena, María fue la única que pudo vivir con cierta tranquilidad retirada lejos de la corte.
Esto, grosso modo, es lo que dice la historia. La película, basada en la novela de Philippa Gregory, es otra cuestión. Se permite algunas licencias, probablemente más o menos justificadas -como dar por hecho que María tuvo el hijo varón que el rey buscó toda su vida-, pero sobre todo asienta la trama en la convulsa relación fraternal que existía entre las dos hermanas Bolena. De acuerdo con el guión de Peter Morgan, especializado en «cuestiones de Estado» tras sus libretos de El último rey de Escocia y La reina, Ana era la mayor y ambas se adoraban desde niñas (al igual que a su hermano Jorge) y se contaban todos sus secretos y anhelos. Ana era ambiciosa y desenvuelta, la favorita de su padre, mientras que María es caracterizada como una muchacha mucho más pura, un dechado de dulzura y comprensión. Sus sentimientos chocan cuando el rey elige a María y a partir de ahí se establece un agrio distanciamiento, con sus vueltas y revueltas, pero que a la postre traerá como consecuencia la desgracia.
El film es interesante, no cabe duda, aunque sólo sea por el estupendo diseño de producción, con maravillosas localizaciones inglesas de época, y la cuidadísima fotografía de Kieran McGuigan. Quizá puede achacarse que al conjunto le falta entidad argumental, pues no hay otra cosa que el intento de la familia Bolena por medrar en la corte de Inglaterra, para lo cual el cabeza de familia, Sir Thomas, ofrece sin ningún escrúpulo a sus hijas. Tampoco se presta apenas atención a temas políticos, ni a la cuestión del divorcio y la ruptura con Roma, que se despachan en dos o tres planos. Todo se reduce por tanto a las envidias, triunfos y pasiones palaciegas. El resultado de tales cuitas amorosas sería demasiado aburrido y banal, si no fuera porque el director Justin Chadwick ofrece la posibilidad de disfrutar de algunas actuaciones femeninas de altura.
Porque, claro está, que no se dude de que ésta es una película de mujeres (y seguramente más para mujeres), pues los hombres -ni siquiera Enrique VIII, con un desaprovechado Eric Bana– tienen muy poco que decir. Tanto Natalie Portman en el papel de Ana, como Scarlett Johansson en el de María, están radiantes y brillan por igual, y también es elogiable la interpretación de la madre, una sufriente Kristin Scott Thomas. Pero hemos de felicitar especialmente a Ana Torrent (Tesis). La actriz española compone, en los pocos minutos de los que dispone, a una impresionante Catalina de Aragón, una reina a la que ella dota de una fortaleza y dignidad propias de una gran dama.
[Juan Orellana. Elsentidobuscaalhombre]
Con Las hermanas Bolena vuelve a ponerse sobre la mesa lo que ocurre cuando se paga el precio de la felicidad por alcanzar el poder. Siempre se paga la misma factura: la soledad radical. Veamos el caso de Las hermanas Bolena, una película muy estimable que ha llegado a España rodeada de glamour.
La película supone el debut cinematográfico del cineasta británico Justin Chadwick, hasta ahora realizador de ficciones televisivas. Se trata de una adaptación de una novela histórica de Philippa Gregory, La otra Bolena y supone un acercamiento al trágico matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena desde la perspectiva de Mary, la ignorada hermana pequeña de la reina, que tuvo un hijo con el Monarca antes de que este se encaprichara de Ana. Para realizar con éxito esta dificil adaptación, el proyecto ha contado con un guionista británico experto en grandes personajes históricos, Peter Morgan, responsable de guiones cinematográficos como el de la galardonada The Queen, o El último rey de Escocia e incluso de libretos televisivos y teatrales como Enrique VIII, Nixon, o The Deal, de Stephen Frears, sobre Tony Blair y que le supuso el BAFTA de televisión al Mejor Guión Original.
Las hermanas Bolena no es, en strictu sensu, una película histórica en la que se nos describe el archiconocido episodio que supuso, entre otras cosas, la salida de Inglaterra de la Iglesia católica y romana. Por otra parte, la incontinencia sexual del monarca ya ha sido afrontada en muchos otros film como La vida privada de Enrique VIII (1933)-, Las seis esposas de Enrique VIII (1971), Enrique VIII y sus seis mujeres (1972). El film tampoco analiza con rigor histórico los avatares de un personaje histórico, como sí que hizo la memorable Un hombre para la eternidad con Sir Tomás Moro, mandado degollar por Enrique VIII. Así pues, el film de Chadwick, lejos de analizar los grandes asuntos de Estado, o de proponer un análisis histórico-político, es tante todo un drama psicológico, y sobre todo, moral.
Desarrolla los procesos personales que llevan a dos jóvenes doncellas a rivalizar por la alcoba de un poderoso rey. Dicho de otra forma, Las hermanas Bolena es un drama moral sobre la ambición humana y sus límites.
Al igual que para Shakespeare, la historia de Inglaterra no es más que un telón de fondo para poner en escena un drama humana de contornos universales y atemporales. Pero no se trata de un film esquemáticamente moralizante y mucho menos maniqueo: María Bolena traiciona a su esposo por complacer sexualmente al Monarca, y a pesar de su error no se puede decir que no sea una mujer humilde y de buenos sentimientos, capaz de sacrificios, generosidad y perdón; Ana es maquiavélica, pero su perversión es fruto de que todos sus principios nobles fueron sistemáticamente machacados por su padre y su abyecto tío, y en el trance final parece una mujer arrepentida. Casi el único personaje de una pieza, íntegro y sin tacha es Catalina de Aragón, interpretada por Ana Torrent. También es honesta Isabel, la madre de las Bolena, pero se muestra incapaz de actuar al margen de las órdenes de su marido, un hombre mezquino y cobarde, y cuya ambición le impide a ella hacer valer su sentido del bien y la justicia en una sociedad tremendamente machista. El resultado son dos hijas lanzadas al circo de de la debilidad humana, carne de cañón de un hombre que confunde la razón de Estado con sus propios caprichos personales.
Por otra parte, el tratamiento de la cuestión religiosa, aunque presentado de puntillas, no ofrece ninguna estridencia valorativa tan típica de las actuales películas históricas. Es más, el catolicismo de Catalina parece ser la única posición sólida en medio del vacío de creencias y referentes del resto de personajes.
La interpretación de las actrices es excelente, y logran con éxito la difícil conjugación de la mezquindad con retazos de humanidad; Scarlett Johansson y Natalie Portman comparten pantalla en un duelo intrageneracional que las dos saben llevar a buen puerto; Eric Bana, que es un gran actor, no deslumbra demasiado a causa de su personaje, construido muy lejos de la fisonomía real del monarca. El formato del film es convencional, pero resultón, muy equilibrado entre su guión y puesta en escena, y la dirección artística deslumbrante. Las hermanas Bolena no decepciona.
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me encanto la peli m tuvo atrapada en todo momento
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como podria hacer un ensayo con esta pelicula ayuda
Es la mejor película que jamás e visto todos los protagonistas se lucieron