Dirección: Rob Cohen. País: USA. Año: 2008. Género: Acción, aventuras. Interpretación: Brendan Fraser (Rick O’Connell), Jet Li (emperador Han), Maria Bello (Evelyn O’Connell), Luke Ford (Alex O’Connell), John Hannah (Jonathan), Michelle Yeoh (Zi Yuan), Isabella Leong (Lin), Liam Cunningham (Desi Maguire), Russell Wong (Ming Guo), Chau Sang Anthony Wong (general Yang), David Calder (Wilson). Guión: Alfred Gough y Miles Millar. Producción: Sean Daniel, James Jacks, Stephen Sommers y Bob Ducsay. Música: Randy Edelman. Fotografía: Simon Duggan. Montaje: Kelly Matsumoto y Joel Negron. Diseño de producción: Nigel Phelps. Vestuario: Sanja Hays. Estreno en España: 1 Agosto 2008. |
SINOPSIS
El explorador Rick O’Connell deberá enfrentarse esta vez al resucitado emperador Han, en un cuento épico que empieza en las tumbas de la antigua China y acaba en las heladas cimas del Himalaya. En esta nueva aventura, Rick tiene por compañeros a su hijo Alex, a su esposa Evelyn y al patoso hermano de ésta, Jonathan. La familia O’Connell deberá detener a una momia, que acaba de despertarse de una maldición echada hace 2.000 años, antes de que esclavice al mundo entero.
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CRÍTICAS
Los O’Connell en China
Tercera entrega de la saga llamada a resucitar el cine de aventuras de toda la vida, junto con otros clásicos del genero como la tetralogía de Indiana Jones. El especialista en cine de acción Rob Cohen (A todo gas) coge la batuta esta vez, en lugar de Stephen Sommers, director de la La momia y El regreso de la momia, que aquí se reserva la labor de productor.
El film sigue el modelo de las dos películas anteriores protagonizadas por el intrépido Rick O’Connell, sólo que se cambia el antiguo Egipto por otra cultura milenaria, la china. Mucho antes de Cristo un malvado emperador quiso gobernar el mundo a su antojo. Experto en la lucha y ávido de poder, logró por medio de artes místicas dominar los cuatro elementos: la tierra, el agua, el aire y el fuego. Pero quería más: ansiaba la inmortalidad. Así que solicitó la ayuda de la bruja Zi Yuan para que le hiciera inmortal. Pero ésta, conociendo su pérfido corazón le lanzó una maldición y le condenó a una muerte eterna junto a su ejército. Ahora, miles de años después, las tornas pueden cambiar cuando Álex, el joven hijo de los O’Connell, convertido en un osado mozalbete, descubra la tumba del llamado Emperador Dragón y ofrezca a una facción de militares chinos la posibilidad de resucitar a su legendario líder, con la idea de dominar el mundo.
«Es una película de aventuras, para pasarlo bien, con romance incluido, cosas que explotan, mucha acción y luchas estupendas. Se llama entretenimiento». Estas palabras de Brendan Fraser definen perfectamente la esencia de la película. No estamos ante la séptima maravilla del mundo, pero será difícil aburrirse con la historia. Rob Cohen, fiel a su filmografía, impone un ritmo endiablado a las batallas, con multitud de planos y ángulos y utiliza muchos más efectos especiales que en los otros filmes. En este sentido hay una mayor presencia de monstruos y criaturas (dragones, hombres de las nieves, etc.) y de las luchas de artes marciales, que aunque son visualmente notables quizá resten algo del aire clásico de la saga, sin duda una de las caves de su éxito. Pero ese tono añejo (el film acontece en los años 40 del siglo XX) sí está presente en los personajes, con sus pistolas y sus metralletas Thompson, y en el tono socarrón del protagonista. Otro punto a destacar es el humor, que aunque quizá no tenga la intensidad de las otras entregas, está muy presente (genial la presentación del protagonista y las posteriores escenas en su mansión), y sigue contando con las tontunas del divertido cuñado Jonathan.
Y como viene siendo habitual ya en la saga, el romance se apoya en el hondo sentido de la unidad familiar. Hay tensión entre padres e hijos, primeros amores y una fidelidad que a veces va más allá de la muerte. En cuanto al reparto, la sorpresa más grande es la presencia de Maria Bello (Una historia de violencia), quien sustituye a Rachel Weisz en el papel de Evy, y en su favor hay que decir que no se echa de menos a la actriz inglesa. Y también es una apuesta la inclusión de dos de los más prestigiosos actores orientales: Jet Li (Hero), como el malo de la película, y Michelle Yeoh (Tigre & dragón), que encarna a la bruja buena Zi Yuan. Por último, se estrena con soltura el joven Luke Ford. Su interpretación del hijo de Rick trae a la memoria el reciente personaje de Mutt Williams en Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal. Quién sabe…, quizá también se esté preparando el relevo generacional.
[Ramón Ramos, Colaborador CinemaNet]
La familia O’Connell en acción
Este año no hay estreno de Michael Bay en los blockbusters veraniegos, pero no importa, llega La Momia: La tumba del Emperador Dragón (The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor, Rob Cohen 2008). El matrimonio de aventureros Rick y Evelyn O’Connell viven retirados en su mansión londinense, con añoranza de las emociones fuertes. Mientras tanto su rebelde hijo Alex ha plantado sus estudios para ir a una excavación arqueológica donde encuentra la tumba de un emperador chino sobre el que había caído una terrible maldición 2000 años atrás.
Tercera entrega de la saga iniciada en 1999 con La Momia (The Mummy) y continuada en 2001 con El regreso de la Momia (The Mummy returns), ambas escritas y dirigidas por Stephen Sommers, que en esta ocasión participa solamente en la producción. La segunda parte había sido un poco decepcionante por reiterativa, ya que revivía de nuevo la misma momia, a pesar de introducir también la historia del Rey Escorpión, y abusaban descaradamente de los efectos digitales, así que uno salía con la sensación de haber visto más de lo mismo pero rizando el rizo. Con esta nueva entrega la cosa cambia porque el escenario es diferente, ahora es la China de 1947, la momia es otra y los personajs han evolucionado; han pasado varios años y ahora los O’Connell tienen un hijo en la universidad y se desarrollan los clásicos conflictos generacionales entre padres e hijos. La acción corre a raudales y los efectos digitales están a la altura de las circunstancias. Hay tiros, persecuciones, luchas de espada chinas, explosiones, avalanchas…de todo.
Antes comentaba que el director ya no es el mismo, esta vez es Rob Cohen, responsable entre otras de Dragonheart (1996), Pánico en el túnel (Daylight, 1996), A todo gas (The fast and the furious, 2001) o XXX (2002). El protagonista sigue siendo Brendan Fraser y el cómico papel de su cuñado lo sigue haciendo con soltura John Hannah, pero se ha producido un cambio en la actriz que interpreta a la chica de la película: Rachel Weisz ha sido sustituida por Maria Bello, que no lo hace nada mal. El emperador momificado lo interpreta Jet Li, con su habitual toque de máquina de matar frío y despiadado, y también cuenta con la presencia de Michelle Yeoh, en un rol místico de cierto parecido al que hizo en Tigre y Dragón (Wo hu cang long, Ang Lee 2000).
En resumen La Momia: La tumba del Emperador Dragón es una entretenida y refrescante película de aventuras para disfrutar toda la familia en una calurosa tarde de verano.
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