Título original: L’arnacoeur. |
SINOPSIS
El oficio de Alex consiste en abrir los ojos a las mujeres que, hipnotizadas por los encantos de su chico, no se dan cuenta que no les conviene. Ayudando a Álex en esta extraña tarea están su hermana y su cuñado. El negocio funciona. Las tácticas de Alex son infalibles, pero siempre respetan su propio código ético: no enamorarse y no romper parejas estables. Sin embargo, cuando debe conquistar a la rebelde Juliette, las cosas cambian.
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, COPE ]
El seductor Alex (Romain Duris), su hermana Mélanie (Julie Ferrier) y el tosco marido de ésta, Marc (François Damiens), tienen una singular empresa dedicada a separar parejas por encargo, para evitar la infidelidad futura de sus componentes. Así, estudian y preparan a fondo cada caso con el objetivo de que Alex enamore rápidamente a la mujer que sea, para luego romper con ella del modo menos traumático posible. Desde Francia, trabajan por todo el mundo, y son los mejores en su campo, pues siguen a rajatabla un estricto código moral, con dos reglas básicas: 1, nunca separar una pareja estable, y 2, no enamorarse jamás de la mujer seducida. Pero cuando un hombre los contrata para que rompan en Montecarlo la relación de su hija Juliette (Vanessa Paradis) con su novio Jonathan (Andrew Lincoln), Alex se verá obligado a romper las reglas.
Sorprende muy gratamente esta original primera película para el cine del veterano realizador televisivo francés Pascal Chaumeil. Por un lado, el agílisimo guión de Laurent Zeitoun, Jeremy Donery y Yohan Gromb no da respiro al espectador, y le lleva en volandas por todos los géneros de comedia —romántica, sofisticada, burlesca, decididamente alocada…—, con escasas concesiones a la galería —sobre todo verbales— y una mirada bastante profunda del amor, elogiosa del amor generoso y muy crítica con las relaciones sentimentales frívolas, presentadas siempre como vacías y autodestructivas.
Y, por otra parte, Pascal Chaumeil potencia esas virtudes a través de una rigurosa dirección de actores —todos están magníficos, incluida la siempre difícil Vanessa Paradis— y de una chispeante puesta en escena, llena de referencias cinéfilas. En concreto, Los seductores es deudora para bien de las trepidantes comedias de amor y aventuras —Cartouche, Las tribulaciones de un chino en China, Gracias y desgracias de un casado del año II, Cómo destruir al más famoso agente secreto del mundo— que protagonizó Jean-Paul Belmondo en los años 60 y 70, y que el actor Romain Duris ya había imitado en films como Arsène Lupin o Las aventuras amorosas del joven Molière.
[Montserrat Bros, TAConline]
Los seductores es una comedia con encanto, con un estilo muy francés, pero sin renunciar a los clásicos de este género hechos en Estados Unidos. En Francia ha sido la película más taquillera del año con 4 millones de espectadores. A todo ello, ayuda una pareja de moda en el país vecino: Romain Duris, que se dio a conocer con Una casa de locos, y Vanessa Paradis, cantante, imagen de Chanel y pareja de Johnny Deep.
El argumento no presenta sorpresas, como en la mayoría de las comedias, pero su acierto en los puntos de humor –por ejemplo, la escena del baile de Dirty dancing o el playback de George Michael en el coche-, el buen trabajo de los actores secundarios y el glamour que desprenden los lujosos escenarios de Mónaco y los vestidos de diseño de la protagonista ayudan a que sea una película entretenida y agradable de ver.
Otro punto a favor es que se aleja de las comedias románticas americanas, cortadas por un mismo patrón. En este sentido se nota la manufactura europea, pero sin caer en el regusto amargo que suelen dejar las producciones francesas. Así que el éxito cosechado en Francia quizá se repita en nuestro país.
¡Debate esta película en nuestros foros!