[Marina Pereda. Colaboradora de Cinemanet]
El reciente óscar a Meryl Streep por su papel protagonista en de la película La Dama de Hierro, motiva una reflexión sobre el papel de la mujer en el cine. Aquí os proponemos algunas películas de esta última década que tienen como protagonistas mujeres heroicas, normales, del siglo XX.
Valores como el honor o la valentía, que habitualmente son cualidades de los héroes de las películas, aparecen pocas veces en los personajes femeninos y, si lo hacen, suele ser en papeles secundarios. Esta realidad es especialmente grave en el caso de películas dirigidas a un público joven y ambientadas en la actualidad. En ellas, la mujer suele quedar convertida en un puñado de clichés amontonados bajo una irresistible apariencia. Aquí os proponemos algunas películas de esta última década que tienen como protagonistas mujeres heroicas, normales, del siglo XX.
1. La Ganadora (2005, Jane Anderson). Años 60. Julianne Moore interpreta a una ama de casa americana, madre de diez hijos y con graves problemas económicos. La única forma de sacar adelante a su familia en esa época y sin tiempo para trabajar, pasa por sacar partido de su talento con las palabras, que le permite ganar los concursos de la televisión. Es una mujer que se crece ante las dificultades sin victimismos, siguiendo la filosofía de «las cosas pasan por algo», al contrario que su marido. En este sentido, es admirable cómo se logra perfilar un personaje tan heroico, siempre sonriente, sin que parezca una super-woman y sin que el espectador acabe odiando a Kenny, su esposo, sino que le comprenda tal y como ella lo hace. «No olviden que él perdió su voz y yo no».
2. Persépolis (2007, Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi). Galardonada con la Palma del Jurado en el Festival de Cannes 2007. Es una radiografía de la situación en Irán tras el ascenso de los ayatolás al poder en los años 70. Podría parecer más un documental que una película narrativa al uso, pero la directora y guionista se centra en la historia (autobiográfica) de Marjane, una adolescente rebelde e inconformista que tiene contacto con la cultura occidental (especialmente a través de la música punk) y el marxismo. Además, es una película de animación en blanco y negro adaptada de un cómic, lo que ayuda a que la historia avance ágilmente y sea muy visual. Cuando cae el Sah y la situación se complica en su país, Marjane se muda a Austria para continuar sus estudios. Allí vive el auténtico estilo de vida occidental, no desde los libros o las canciones sino en su propia piel. Lo más difícil, tras esa etapa de independencia, será volver a su país natal y aceptar las normas del gobierno fundamentalista. Persépolis no presenta a una gran política que destrona a los poderosos, sino a una chica normal (con una fuerte personalidad y convicciones, eso sí) en un país conflictivo y del que – aunque tanto se hable en las noticias – conocemos muy poco.
3. Justicia Final (2010, Tony Goldwin). Kenny Waters es condenado a cadena perpetua por un crimen no cometido, debido a una mala defensa. Su hermana Betty Anne (Hillary Swank), madre soltera y camarera, decide estudiar Derecho para demostrar su inocencia. Una historia convencional bien contada, con una magnífica interpretación de Swank y que describe el amor entre hermanos, algo no muy común en el cine. Betty Anne es una mujer luchadora que, sin embargo, no puede con todo: la Universidad, el trabajo, los hijos y la investigación del caso. Se desespera, se enfada, se encuentra sola y debe lidiar con el difícil temperamento de su hermano, pero tiene claro su objetivo y esto hace que siempre se levante. No es una oda al orgullo, ni mucho menos, sino al cariño con obras, tal y como afirma Kenny al final de la película: «Aunque te hubiera costado otros 2o años seguiría estando bien (…) Sabiendo que tú estabas afuera, trabajando tan duro por mí, sabiendo que me quieres tanto». Betty Anne necesita a sus hijos, a su mejor amiga y a su hermano, y sabe que ellos la necesitan también.