Buena película con planteamientos interesantes pero que se queda corta en su ejecución por no profundizar algo más en la hondura dramática tanto de los personajes como de las situaciones vividas. Por otra parte hace gala de un exhibicionismo gratuito de la actriz principal algo excesivo
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ESTRENO Título Original: Renoir. |
SINOPSIS
La Costa Azul, 1915. Auguste Renoir, en el ocaso de su vida, está atormentado por la pérdida de su esposa, los dolores artríticos y la noticia de que su hijo ha sido herido en la guerra. Sin embargo, cuando una joven entra en su mundo, el pintor se siente dueño de una nueva energía. Radiante de vida, bellísima, Andrée se convertirá en su última modelo. Jean regresa a casa para reponerse y también cae bajo el encanto de la estrella pelirroja que brilla en el firmamento de Renoir. A pesar de la oposición de su padre, se enamora de la joven indomable y empieza a desarrollarse el gran cineasta.
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CRÍTICAS
[Ramón Ramos – CinemaNet]
Doble biopic
En 1915 muere la mujer del gran pintor impresionista Pierre- Auguste Renoir. A su hijo Jean lo han herido en la Guerra. Además tiene artrosis en las manos y eso provoca que cada vez le resulte más complicado pintar. En esta situación desesperada irrumpe en su vida una nueva modelo, una nueva musa inspiradora.
Este es el marco de acción de Renoir, producción francesa dirigida por Gilles Bourdos. El Impresionismo se caracterizaba por la captación de la luz, pero en esta película podemos encontrar varias luces y sombras. Por un lado se percibe narrativamente algo torpe, con algunos pasajes poco claros en intención y en la conservación de la continuidad del relato. Por otra parte hace gala de un exhibicionismo gratuito de la actriz principal algo excesivo, en mi opinión, durante la primera mitad del film. Los personajes de los hijos de Renoir están bien trazados pero el director no profundiza demasiado y se queda en la superficie de lo que podrían haber sido grandes personajes.
Y ahora viene lo bueno: unas hermosas localizaciones de exteriores, una fotografía en tonos cálidos y una emotiva partitura musical, componen un estimulante lienzo cinematográfico sobre el que plasmar un interesante doble biopic: el ocaso del genio impresionista Pierre-Auguste Renoir y el origen del gran cineasta Jean Renoir, su hijo, responsable de títulos como La gran ilusión o Esta tierra es mía. Por otra parte los actores están todos correctos en sus interpretaciones. Antropológicamente la película también ofrece un tema sustancioso: la dualidad en la que viven los hijos de un gran artista. Por un lado no les falta de nada y son conscientes de lo importante que es la obra de su progenitor, pero por otro lado sufren la indiferencia del genio que vive para su arte y descuida la faceta emocional de sus vástagos, los cuales se sienten abandonados a pesar de vivir bajo le mismo techo que su padre.
En definitiva una buena película con planteamientos interesantes pero que se queda corta en su ejecución por no profundizar algo más en la hondura dramática tanto de los personajes como de las situaciones vividas.
La última modelo
Costa Azul, Francia, 1915. Hasta una gran finca campestre, llena de vegetación y exuberancia, llega una joven, Andrée Heuschling, y explica que ha sido recomendada para posar como modelo ante el famoso pintor Pierre-Auguste Renoir. Efectivamente, antes de fallecer, la esposa del pintor se dio cuenta de que su marido, un hombre ya mayor, gravemente artrítico, estaría encantado en trasladar al lienzo la voluptuosidad de esa lozana jovencita. Tras el visto bueno, empezará a posar para el pintor, conocerá el funcionamiento de la casa, al pequeño hijo menor Coco, a las sirvientas, etc., y quedará encantada con la llegada del hijo mediano, Jean, quien recala en el hogar tras haber sido herido en una pierna en la Primera Guerra Mundial. Andrée seguirá trabajando diariamente para el padre y cada vez estrechará más lazos afectivos con el hijo.
Preciosista película, entre el biopic y el drama costumbrista, bucólico, que indaga en los últimos años de vida del celebérrimo pintor Pierre-Auguste Renoir, a propósito de un episodio real, el de la llegada de la pelirroja Andrée a la casa, suceso relatado por su bisnieto, Jacques Renoir. En la temática del film es indudable ver el parecido con la truebana El artista y la modelo, con esa perpetua fascinación por las formas femeninas, mostradas con profusión y desnuda explicitud pero evitando las más de las veces la mirada sucia, lasciva. La historia, leve, indolente, veraniega, resulta agradable por su gran naturalismo, y con pocas pinceladas se transmite eficazmente el carácter de los personajes. El director Gilles Bourdos da así un paso firma tras su renqueante traspiés anterior con Premonición. Aquí se recrea en el aspecto formal, ofreciendo una planificación precisa, muy elaborada, que ensalza la espléndida y cálida fotografía de Ping Bin Lee, el cual aprovecha a maravillosamente la intensa luz del sol mediterráneo. También resulta de gran belleza la partitura de Alexandre Desplat, cuyas impresionistas y melancólicas notas al piano recuerdan a Erik Satie.
Por otra parte, el propio título del film, Renoir, está elegido con intención, ya que no sólo hace referencia al padre pintor sino también al hijo, quien se convertiría en uno de los mejores directores de la historia del cine, Jean Renoir (La regla del juego, La gran ilusión, Una partida de campo), aunque en este film no sabe todavía cuál será su rumbo, pese a que ya tiene sus primeras experiencias con el cinematógrafo. El veteranísimo Michel Bouquet (La novia vestida de negro) está magistral interpretando al pintor, sobrio y arisco, y le dan la réplica a la perfección los jóvenes Christa Theret (LOL (Laughing Out Loud) ®) y Vincent Rottiers (Espías en la sombra).
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