Tercera entrega de la saga basada en las novelas de Dan Brown, nuevamente con Tom Hanks como protagonista interpretando al profesor de simbología de la Universidad de Cambridge, Robert Langdon. Inferno es menos polémica que las anteriores, pero mantiene la misma esencia: acción, rompecabezas y poca verisimilitud histórica.
Título Original: Inferno |
SINOPSIS
Robert Langdon, el famoso profesor de simbología (nuevamente interpretado por Tom Hanks) se encuentra tras el rastro de una serie de pistas conectadas con el mismísimo Dante. Cuando Langdon despierta con amnesia en un hospital italiano, hará equipo con Sienna Brooks (Felicity Jones), una doctora de la que él espera le ayude a recuperar sus recuerdos. Juntos recorrerán Europa en una carrera a contrarreloj para desbaratar una letal conspiración global.
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CRÍTICAS
[Pablo Gugel. Colaborador de CinemaNet]
A pesar de lo aparentemente factibles, o absurdas, según se mire, que puedan ser las teorías que desarrolla Dan Brown en sus novelas, posteriormente llevadas al cine por Ron Howard, es importante recalcar que todo lo que en ellas se cuenta proviene de la increíble imaginación del escritor norteamericano y, por tanto, es ficción.
No es baladí esta aclaración pues la manera de acercarse a la trilogía cambia completamente. Documentalmente es una tomadura de pelo, pero como ficción cumple, sobre todo en sus dos últimas entregas. Inferno, la tercera película de la saga, sigue la estela de sus predecesoras y nos vuelve a presentar al profesor de simbología Robert Langdon, interpretado una vez más por Tom Hanks, en una carrera a contrarreloj por salvar el mundo. En esta ocasión, la trama se aleja de las sociedades secretas, eje central de El Código Da Vinci y Ángeles y Demonios, y -¡sorpresa!- tampoco menciona a la Iglesia católica, tan vapuleada en sus dos primeros capítulos. Inferno se enfoca en un hecho completamente distinto, una nueva amenaza global muy relacionada con los tiempos que vivimos.
Para detener esta amenaza, Robert Langdon contará con la colaboración de Sienna Brooks (Felicity Jones), una doctora que le ayuda a recuperar los recuerdos que poseía cuando iba tras la pista de un misterio relacionado con Dante Alighieri, el famoso poeta italiano del Renacimiento.
La historia se mantiene, a pesar de sus numerosos giros de guion, sustentada por un buen reparto actoral -en el que cobran gran importancia los secundarios (Omar Sy, Sidse Babett Knudsen, Irrfan Khan, Ben Foster…)- su potencia visual, y una excelente banda sonora, compuesta nuevamente por Hans Zimmer.
Por lo demás no ofrece muchas novedades. Como en las anteriores entregas, Langdon deberá seguir numerosas pistas por toda Europa descifrando enigmas en obras de arte y asediado por sus enemigos. Nada que no hayamos visto antes. Cine «palomitero», entretenido y que, de cara al público, suele funcionar bastante bien.
[Sahiye Cruz Villegas. Colaboradora de CinemaNet]
Dante Alligheri tiene una gran frase en La divina comedia, donde dice “No hay mayor dolor que recordar la felicidad en tiempos de miseria”. Es justo lo que pasa con la película Inferno: al verla se vienen a la mente los momentos dichosos cuando una película como Ángeles y demonios podría entretenerte y tenerte bajo un interés más inquietante, gracias a la dirección y edición de Ron Howard, así como al guión adaptado de Akiva Goldsman y David Koepp que, aunque es predecible, está más trabajado que Inferno.
Durante la trilogía de las películas de Robert Langdon, bajo direccion de Howard y adaptando las obras de Dan Brown, se recurre al mismo cliché: un superhéroe que salva no al mundo, sino a la chica y que, además, no lo hace con la fuerza bruta, sino con la simbología, los conocimientos y educación adquirida.
Estamos dentro de la misma historia de siempre, solo que ahora el superhéroe cambia para que la masa mediática vea que los hombres con una inteligencia superior no solo pertenecen a una biblioteca. Que también pueden tener aventuras y secretos a descifrar por medio de la historia, el arte y la cultura.
En Inferno se abusa totalmente de los recuerdos de Langdon, que ademas están marcados en sepia, para que el espectador, por medio del color, no se pierda entre el pasado y el presente de la película. Seguramente muchos de esos recuerdos pudieron ser suprimidos o al menos tener una edición mucho menos obvia. Lo rescatable de la cinta es la música hecha por Hans Zimmer, que también ya es colaborador habitual de la plantilla Langdon.
Si tuviéramos que escoger entre una de las tres películas de esta trilogía, seguramente la mejor decisión sería Ángeles y demonios, aunque en gusto se rompen géneros y siempre habrá quien prefiera a la más exitosa de esta serie, El código Da Vinci. Inferno es solamente un pretexto cinematográfico para generar grandes ganancias a cambio de sumergirte en un mundo donde Dante hubiera deseado no escribir La divina comedia.
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