Fundación (Temporada 1)

Gabriel Sales

Periodista y especialista en Comunicación y Branding digital. Cinéfilo y crítico de cine y series de televisión.

David S. Goyer (Batman Begins) ha sido el encargado de llevar a la pequeña pantalla el producto más ambicioso hasta el momento de la plataforma streaming Apple TV+, novela calificada de imposible en su adaptación dada su envergadura. Pero ha llegado el día y los de la manzana han hecho los deberes. La serie denota elevadas pretensiones como para competir, a día de hoy, con las más grandes, no solo en altura cinematográfica, sino también en la audiencia. Tal es su buena acogida, que Apple TV renovó por una segunda temporada tras haber emitido solo los primeros cuatro capítulos de la primera (la idea es hacer ocho temporadas con 10 episodios cada una). Foundation se trata de una elegante presentación de parte del universo inventado por Asimov, concretamente los siete últimos libros de su saga predilecta. Fuera han quedado grandes obras como la de los Robots o la Trilogía del Imperio Galáctico.

Un carismático Jared Harris (Chernobyl) y un fantástico Lee Pace (El Hobbit, Guardianes de la Galaxia) lideran un reparto bien construido y desarrollado a lo largo del tiempo, este un factor protagonista a la hora de narrar una historia tan compleja como la del visionario ruso. Este es el verdadero reto de Goyer, el relato, conseguir que una inabarcable saga de ciencia ficción escrita entre finales de los 80 y principios de los 90 conecte de manera especial con un espectador moderno, poco educado en la actitud más crítica y reflexiva sobre la convergencia de tecnología y ser humano y la trascendencia del alma. En una época postmoderna en la que las películas de superhéroes revientan la taquilla con grandes dosis de efecto placebo, el director de Fundación tiene el cometido de ir más allá y tratar la ciencia ficción como lo hiciera Asimov, pero a la vez con un atractivo más vivo y actual. Es por ello que, sin ser una obra maestra, el producto sí siembra cosas buenas que producirán sus frutos en futuras entregas.

Con una narración lineal, algo poco habitual hoy, Goyer juega bien con el tiempo y los saltos temporales, método con el que va marcando la pauta a seguir. Es cierto que el guion no sobresale como debería, o al menos con la altura del original, pero el resultado termina siendo satisfactorio teniendo en cuenta el inmenso material del que se dispone. Finalmente, se trata de una buena adaptación que mantiene la tensión del televidente lo suficiente como para seguirle la pista más adelante. Mención aparte, la excelente producción y los espectaculares efectos visuales.