Muerte por un rayo | Un presidente ejemplar

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Muerte por un rayo es una miniserie de 4 capítulos basada en el libro Destiny of the Republic: A Tale of Madness, Medicine and the Murder of a President (2011) de la escritora Candice Millard que relata la vida y asesinato del 20 presidente de los Estados Unidos de América James A. Garfield.

La historia en sí es realmente sobrecogedora y la producción logra estar a la altura del relato. La ambientación está excelentemente cuidada, ya que los hechos se sitúan a finales del siglo XIX, y parece que también muy bien documentada. Si hablamos de los actores, nos encontramos a un Michael Shannon verdaderamente creíble, con una actuación, si bien no demasiado compleja, sí necesitada de una compostura y un saber estar dignos de alguién como fue James Garfield: un padre de familia que fue siempre fiel a sus principios y a la recta moral, aún jugándose la vida en ello. Su mujer, interpretada por Betty Gilpin, tampoco le va a la zaga, ya que aguanta un papel terciario con gran dignidad y credibilidad.

Quizá sea el más conocido Matthew Macfadyen, ganador de un Globo de Oro por su papel secundario en la laureada serie Succession, quien trabaja de manera demasiado exagerada, a mi modo de ver. Es cierto que le toca el personaje antagónico, Charles J. Guiteau, un hombre con serios problemas psicológicos y de conducta, que terminará disparando contra el presidente, pero su locura podría haberse transmitido de manera algo más medida tal vez.

Aún así, la miniserie es digna de ver solamente por la increíble historia que cuenta, en la cual se aprecia en James Garfield a un hombre ideal, a un verdadero político que tiene como empresa ayudar a los ciudadanos de su país. Un padre de familia numerosa que disfruta de la vida en el campo y que, sin embargo, se ve obligado a responder cuando el deber llama a su puerta, sin él pretender buscarlo en manera alguna e incluso rechazándolo de primeras.

Y no sólo esto, sino que, con su modo de ser y de actuar, logra transformar el alma de quienes le rodean, llegando a dar un vuelco inesperado al destino y confiando en quién, quizá era menos digno de ello; pues sólo un corazón que logra ver más allá de lo externo, consigue ver las verdaderas intenciones de quien tiene enfrente. Todo un mártir de estado, que puso su vida a disposición de su pueblo y al que el mismo pueblo acabó llevando a la tumba.

Apuntar se deben ciertas escenas sexuales incómodas y siempre innecesarias, más en estos relatos históricos, a los cuales les hacen habitualmente un flaco favor. También aparecen ciertas imágenes violentas, no muchas, que igualmente podrían haberse tratado con menos explicitud. No obstante lo dicho, la serie, salvando estos desagradables momentos, es muy recomendable para quien busque conocer la historia de un gran hombre y político.