Spiderman 3Dirección: Sam Raimi. |
SINOPSIS Peter Parker (Tobey Maguire) ha conseguido finalmente equilibrar la balanza entre su devoción a Mary Jane (Kirsten Dunst) y sus deberes como superhéroe. Pero una tormenta se avecina en el horizonte. Cuando su traje se transforma, convirtiéndose en negro y potenciando sus poderes, Peter también se ve cambiado. Bajo la influencia del traje, aparecen en Peter el orgullo y el exceso de confianza, y así comienza a dejar de lado a los que más se preocupan por él. Aunque dos temibles villanos, Hombre de Arena (Thomas Haden Church) y Venom (Topher Grace), consiguen un poder sin parangón y sienten la sed de castigo, la mayor batalla de Peter se libra, no obstante, dentro de sí mismo. Spider-Man tendrá que volver a descubrir la compasión que le convierte en lo que es: un héroe. CRITICAS Spider-Man 3: más acción, más villanos, y sin perder mensaje Spider-Man 3 dura casi 140 minutos pero no se hace pesada. Tiene lo mismo que las dos entregas anteriores: efectos especiales, acción, un personaje con dudas y atormentado, un romance tortuoso y complicado y buenas enseñanzas morales. Los fans esperaban eso, más de lo mismo. La clave está en que sea "más". En la segunda película, por ejemplo estaba el malvado Doctor Octopus. En esta hay tres supervillanos: el Hombre de Arena, el Duende (hijo) y el terrorífico Venom. En las películas anteriores había sólo una novia: Mary Jane. En esta se suma la rubia Gwen Stacy, hija del capitán de policía. Y además se mantienen todos los personajes entrañables que rodean a Peter Parker, Spiderman: el editor J.J. Jameson con su secretaria Becky, la dulce y sabia tía Jane, Harry Osborn y van cobrando relevancia los geniales personajes de su casero eslavo y su hija, enamorada de Peter.
Y es que Peter va bien en sus estudios, en su trabajo, en el amor y como superhéroe. La ciudad le adora y le hace un homenaje. Y en ese homenaje la guapa Gwen Stacy besa -por petición popular, "que se besen" – al héroe bajo la máscara… lo que enfurece a Mary Jane, porque -si recordamos la primera película- "ése era nuestro beso, Peter". De hecho, Mary Jane probó ese mismo beso en la segunda película con su pretendiente, el coronel Jameson, y no funcionó. Mientras Spiderman triunfa, la carrera de Mary Jane es mediocre, y ella no se atreve a decirlo, mientras que a Peter se le van subiendo algunos humos a la cabeza. Entonces se suman varios acontecimientos desafortunados: llega en un meteorito una sustancia extraterrestre que se alimenta de los sentimientos de venganza y potencia la fuerza y poderes de Spiderman. Y Peter se va llenando de odio, venganza y rencor cuando sabe que uno de los asesinos de su tío Ben sigue vivo y se ha escapado de la cárcel. Más aún, acabar con él será duro: ha adquirido poderes en un accidente con radiación, convirtiéndose en el Hombre de Arena.
Como le pasaba al doctor Octavius (a quien controlaban sus brazos convirtiéndole en Octopus), como le pasaba a Osborn (dominado por su fórmula verde que le convirtió en el Duende), Spiderman tendrá que luchar con el mal en su interior, con el nuevo traje negro -la sustancia extraterrestre- que fomenta en él su parte oscura y negativa. Los enemigos de Spiderman no son un simple bloque de maldad. Si el viejo Norman Osborn era atormentado por "la voz" del Duende, su lado maligno, aquí veremos a su hijo Harry atormentado por la voz de su padre, posesivo y tiránico, que le acusa de débil. Incluso Venom, la monstruosidad alienígena, no es sólo un bicho que se alimenta de emociones de odio y rencor. Es memorable la escena en que vemos a Eddy Brock, un fotoperiodista ambicioso y tramposo, rezando en la iglesia: "aquí me tienes, Señor, humillado, para pedirte que mates a Peter Parker". Y en ese momento la sustancia alienígena se une a Brock y juntos se convierten en un monstruo casi invencible: Venom es lo peor de un hombre rencoroso, ambicioso y mezquino. En Venom vemos lo que podría haber sido Peter si se hubiese unido más al alienígena, igual que en Gollum vemos lo que habría sido Frodo de unirse más al Anillo. Caso especial es el Hombre de Arena, criminal de poca monta que busca dinero para curar a su hija enferma. Su historia quizá podría haberse desarrollado más, pero hay ya demasiadas tramas y personajes. Spiderman luchará contra tres villanos pero al final no todos lo serán.
Los efectos son espectaculares, el ritmo de la película correcto. Hay momentos de romance (esa luna contemplada por los enamorados desde la telaraña) y de crisis de pareja. Hay momentos musicales de humor: el lado vanidoso de Peter, antes de la depredación, pasa por la chulería y el público se ríe. Sam Raimi, que siempre fue fan del superhéroe, disfruta rodándolas y la empresa se enriquece, ya que Spider-Man 3 ha batido numerosos récords: ya es la película más taquillera del año, el mejor fin de semana de estreno, etc… Se ha encontrado una fórmula, la estructura del guión sigue las películas anteriores (Peter en su vida privada, crisis en la vida privada, aparece monstruo, crisis también como superhéroe, Peter parece tocar fondo, algo o alguien hace reaccionar a Peter -Mary Jane, tía May-, héroe vuelve al combate, inesperada victoria). Se habla ya de rodar tres películas más. Y pronto se estrenará la segunda de los Cuatro Fantásticos. Todas estas películas rescatan el cine de aventuras, héroes, una cultura del esfuerzo y sacrificio, de honor y servicio, camaradería y humanidad (debajo de la superhumanidad). Es decir, rescatan, desde el más honesto entretenimiento, aquello que la cultura "de élite" hace tiempo que ya no nos ofrece porque ya no se lo cree. La gente normal lo cree y quiere creerlo, y abarrotará los cines muchas décadas. [Pablo Ginés. ForumLibertas]
El lado oscuro del superhéroe Tercera entrega de las aventuras del hombre araña, que mantiene el alto nivel de los filmes anteriores, basados en el superhéroe del cómic de Marvel de Stan Lee y Steve Ditko. La clave del éxito, una vez más, es un guión elaborado, lo que no significa planteamientos sesudos (no es eso lo que reclama la saga Spider-Man), sino un buen puñado de ideas capaces de vertebrar la trama, y que suponen conflictos de entidad para los protagonistas. El director Sam Raimi repite en la escritura del libreto, y a él se suman su hermano mayor Ivan Raimi, y Alvin Sargent, que ya participó en la segunda película, y que demuestra solvencia (como hizo en los filmes Luna de papel y Gente corriente) para pintar personajes normales en situaciones extraordinarias.
El nuevo film arranca en una aparente situación idílica para Peter Parker y Mary Jane Watson. El primero al fin ha conseguido el favor popular de los neoyorquinos, que sencillamente le adoran; su noviazgo con Mary Jane se ha afianzado y parece que las campanas de boda pueden sonar en cualquier momento. Mientras, ella ha sido seleccionada para cantar en un multipremiado musical de Broadway. Pero la felicidad perfecta en este mundo no existe, y pronto van a surgir obstáculos a esta felicidad: Mary Jane es expulsada del musical, y se siente anulada ante la popularidad de Spider-Man; y Harry Osborn sigue culpando a Peter de la muerte de su padre. Las cosas se complican más con la aparición de nuevos supervillanos: allí están el Hombre de Arena, un delincuente común con mala fortuna en la vida, que a resultas de un experimento radioactivo ha mutado su estructura genética; y un parásito llegado del espacio exterior en un meteorito, del que nacerá Venom, que primero va a tentar a Peter Parker, que así va a descubrir su lado más oscuro, y luego a un nuevo fotógrafo del Daily Bugle.
Nadie es perfecto. No estamos marcados por el destino, cada uno se lo construye con sus propias decisiones. Hay que saber reconocer los propios errores y pedir perdón. El bien existe, y el mal también, y optar por el primero sirve para labrarse una felicidad duradera. Son ideas que todos reconocemos como auténticas, porque las tenemos grabadas muy adentro. El éxito de las aventuras de este superhéroe, frente a otros quizá muy apreciados, pero no tanto, tienen que ver, y mucho, con estas nociones. A partir de ellas tenemos un guión sólido y muy dinámico, donde el encontrarnos en una tercera entrega permite un mejor desarrollo de los personajes. En la referente a las escenas de acción, si bien hay algunas más convencionales (hemos visto ya tantas secuencias de efectos visuales), el Hombre de Arena es todo un hallazgo, y la escena de la grúa descontrolada es de una espectacularidad increíble. La trama combina bien esos momentos trepidantes con la exploración de los rincones más oscuros del superhéroe, la tentación de la venganza, el encerrarse en uno mismo y la capacidad de redención.
Ya puede ser uno un gran superhéroe, que eso no le convierte en necesariamente bueno, es más, tiene bastantes posibilidades por equivocarse y optar por lo contrario. La idea de libertad es muy importante en este film, y desde luego la salvación de Harry no puede venir de ninguna manera a través de un golpe de fortuna, su inesperado estado de amnesia. Tobey Maguire, Kirsten Dunst y James Franco tienen una estupenda oportunidad para dar una nueva vuelta de tuerca a sus respectivos personajes. Y la clave esta vez es una cierta soledad, que domina a cada uno. Los Raimi y Sargent aciertan al señalar la soledad como una de las grandes "enfermedades" de las sociedades desarrolladas del siglo XXI, y es que cada uno tiene dificultades para abrirse y compartir sus tribulaciones con el otro: Mary Jane no le cuenta a Peter su despido, Peter no sabe pedirle que se casen con sencillez, Harry se reconcome por dentro por el afán de venganza. Esta película está siendo comentada en nuestros foros. ¡Participa!
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