Dirección: Jean-Marc Vallée. Países: Reino Unido. Año: 2009. Duración: 106 min. Género: Biopic, drama. Interpretación: Emily Blunt, Rupert Friend, Paul Bettany, Miranda Richardson, Jim Broadbent, Mark Strong, Thomas Kretschmann, Harriet Walter, Julian Glover. Guión: Jullian Fellowes. Producción: Graham King, Martin Scorsese, Tim Headington y Sarah Ferguson. Música: Ilan Eshkeri. Fotografía: Hagen Bogdanski. Montaje: Jill Bilcock y Matt Garner. Diseño de producción: Patrice Vermette. Vestuario: Sandy Powell. Estreno en España: 30 Abril 2009 |
SINOPSIS
Reino Unido, 1837: Con tan sólo 17 años, Victoria se halla en pleno centro de una lucha por el poder real. Su tío, el Rey Guillermo, se está muriendo y Victoria aspira al trono. Todo el mundo lucha por ganarse su favor. Sin embargo, Victoria se mantiene apartada de la corte por imposición de su dominante madre, la Duquesa de Kent, y su ambicioso consejero, Conroy. Victoria los odia a ambos. Su única amiga es su institutriz, Lehzen que la adora, pero que parece inspirar tan poca confianza como todos los demás. Es entonces cuando su primo Alberto, hijo del Rey Leopoldo de Bélgica, recibe una invitación para visitar a la madre de Victoria: es evidente que lo han preparado para ganarse su mano.
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CRÍTICAS
[María Dolores Valdés, CinemaNet]
Película de época, gestada a partir de un proyecto de Sarah Ferguson, duquesa de York, interesada en profundizar sobre una faceta de la Reina Victoria desconocida para el gran público, que siempre la asocia a una imagen triste de viuda mayor vestida de negro. Aquí en cambio se presenta en su juventud, antes de ser reina, con los problemas y anhelos propios de una chica de su edad, además de los propios del rango que ocupaba.
La producción corrió finalmente a cargo de la propia Sarah Ferguson, junto a Martin Scorsese, Graham King y Tim Headington. El guión es de Julian Fellowes, ganador de un Oscar por Gosford Park y la dirección corre a cargo del aclamado director franco-canadiense Jean-Marc Vallée (C.R.A.Z.Y.) En cuanto a los personajes principales encontramos a la ganadora del Globo de oro Emily Blunt (El diablo viste de Prada) y Rupert Friend (Orgullo y prejuicio), como Victoria y Alberto respectivamente, que realizan unas interpretaciones muy convincentes. También es destacable la labor del resto del reparto especialmente la de Paul Bettany (El código Da Vinci) como el inquietante Lord Melbourne.
La ambientación está muy cuidada, y no es para menos, ya que entre el equipo de producción tenemos a la diseñadora de vestuario ganadora del Oscar Sandy Powell (El aviador, Shakespeare in love) y la diseñadora de peluquería y maquillaje, también ganadora del Oscar, Jenny Shircore (Amazing Grace, Elizabeth). La música compuesta por Ilan Eshkeri acompaña perfectamente, ayudando a crear una sensación armoniosa en todo momento.
Pese a ser una película de época y narrar unos hechos que suceden en la más alta cima del poder, como es la monarquía, no es sólo una historia de intrigas palaciegas y políticas, aunque no las deja de lado. Cuenta la historia de una joven que debe enfrentarse a un destino para el que considera que no ha sido suficientemente preparada de manera intencionada debido a la influencia que Lord Conroy ejerce sobre su madre. Así tenemos por una parte la relación madre-hija, bastante deteriorada por esa tercera persona, junto al temor de enfrentarse a una responsabilidad que parece la va a superar.
Justo en este momento, en que ella se siente como una ficha de ajedrez, aparece su primo, que pese a no causarle demasiada confianza al principio, le da dos consejos que le serán de mucha utilidad: Si tiene que jugar debe aprender a hacerlo mejor que el resto de jugadores. Y si algún día se casa, su marido no debe jugar el juego por ella, sino con ella. De esa conversación y del trato que sigue en esa visita se iniciará una amistad que acabará en algo más. Y pese a las intenciones de los progenitores de ambos, al final son los hijos quienes deben vivir su propia vida, y tomar sus decisiones, incluso en un ambiente tan encorsetado como el que se muestra.
Otro punto interesante es la consideración que da al matrimonio, como una unión para toda la vida y de ayuda mutua entre los cónyuges, tanto en el trabajo como en las relaciones familiares con las familias de origen, que se intentan mejorar, valorándolo por encima de intrigas o intereses que se salgan de lo que realmente significa. Quizá decaiga un poco el ritmo en los momentos más románticos de la película, pero sin embargo están tratados con una delicadeza y elegancia que se agradece y disfruta.
Otro tema que aparece, digno de tenerse en cuenta, es la reacción ante un poder y una fama que llegan de manera repentina y la necesidad de apoyarse en otros y dejar de lado el orgullo que sólo puede llevar al fracaso. Aceptar un buen consejo es signo de una gran madurez, más aún cuando eso conlleva renunciar al propio criterio errado y al egoísmo para centrarse en lo que realmente importa.
Una película por tanto muy interesante, que nos muestra una faceta desconocida de la reina Victoria, visualmente muy atractiva por la recreación de la época, y con valores tan positivos como el matrimonio, la familia, la amistad y la necesidad de confiar en los demás.
La película narra cómo empezó la historia de amor de la Reina Victoria de Inglaterra y el Príncipe Alberto. Luchando contra influencias familiares y políticas, subió al trono cuando acababa de cumplir 18 años para terminar siendo la monarca con el reinado más longevo de la historia de Gran Bretaña.
La cinta nos muestra una Victoria desconocida, lejos de aquélla que tantas veces se ha retratado vestida de luto con un semblante triste. En el film conocemos a la Victoria joven que se enamora, que se rebela contra su madre ultracontroladora, que ríe y llora con naturalidad. Vemos a una Victoria humanizada, que comete errores debido a su inexperiencia, pero que se mete a la perfección en el papel de monarca.
Aunque espléndidamente ambientada en un momento histórico puntual, el punto fuerte de la película es la historia de los dos amantes y la riqueza de estos personajes: Albert, el “rey en la sombra” y Victoria, “la mujer fuerte”, son dos jóvenes apasionados que, contra todo pronóstico, inician una andadura común que durará toda su vida.
La extraordinaria interpretación de la pareja protagonista, unida a la buena representación de la tensión política de la época, la convierten en una película digna de ver. Aunque sea, para disfrutar de una real historia de amor real. Valga la redundancia.
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