SINOPSIS
Voldemort va tomando control tanto del mundo muggle como del mundo de la magia, y Hogwarts ya no es el lugar seguro que solía ser. Harry sospecha que tal vez incluso el castillo sea peligroso. Dumbledore sabe que la batalla final se aproxima rápidamente, y por eso se preocupa mucho más por preparar a Harry para ello. Trabajan juntos para encontrar la clave para destruir las defensas de Voldemort. Con ese fin, Dumbledore busca la ayuda de su viejo amigo y colega, el profesor Horace Slughorn. Entre tanto, los estudiantes se encuentran afectados por algo muy diferente que siempre ataca a los adolescentes: las hormonas. Los romances florecen, pero uno de los estudiantes no se deja afectar por todo ello; está decidido a llevar a cabo su tenebroso plan. El amor está por todos lados, pero la tragedia se cierne sobre Hogwarts.
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CRÍTICAS
La frialdad ácida de la orfandad de Tom Riddle condujo a la maldad; la de Harry está llena de calor.
[Pablo J. Gines. ForumLibertas]
La sexta película de Harry Potter es la más inconclusiva de todas: durante más de dos horas se van desplegando romances adolescentes, intrigas de los malvados mortífagos y cachivaches mágicos, con una traca final de acción siniestra y un Gandalf que se cae por el puente de Moria (se ve el cadáver). Y eso parece todo.
Pero no es todo. Esta película permite acercarnos a la formación de Lord Voldemort. ¿Cómo un niño llamado Tom Riddle llegó a ser el malvado Señor Oscuro? La respuesta está en los recuerdos del director del colegio de magia Hogwarts, Dumbledore, y del nuevo profesor de pociones, Slughorn. Veremos como Dumbledore fue a buscar a un niño extraño, taciturno, ya entonces cruel, en un orfanato de «muggles» (personas no mágicas). Un niño que no era aceptado por nadie… y que tampoco quería serlo.
Hay una escena en el sexto libro que la película no recoge: «¿así que cuando la profecía dice que yo tendré ‘poder que el Señor Oscuro desconoce’, sólo se refiere al amor?, preguntó Harry, sintiéndose un poco desanimado. ‘Sí, sólo amor’, respondió Dumbledore».
Dice la Biblia que «la religión pura y sin mancha ante Dios Padre nuestro consiste en visitar a los huérfanos y viudas en sus tribulaciones» (Sant 1,27). Pero al huérfano Tom Riddle nadie le visitó. Las escenas de la película son estremecedoras, de un frío verdoso, terribles. Es el frío de un huérfano que no ha conocido el amor de nadie, es el verde de un rencor envenenado, nada pasional. Riddle no ama nada, ni a su alma, a la cual romperá en pedazos y colocará en receptáculos (horcruxes) para ser así inmortal.
Podría haber sido de otra forma: Harry es la prueba, porque también es huérfano, y maltratado en una familia adoptiva enfermiza. Pero es un huérfano que aprende que sus padres le amaron, que su madre se entregó por él. Es un huérfano que encuentra una nueva comunidad, su casa Griffindor (ya en la primera película) le da una nueva identidad, y cuenta con el amor incondicional de sus amigos, Hermione, Ron, y los demás, amistad que atrae al joven lector-espectador de una época individualista más incluso que la magia y las maravillas visuales. Miles de niños, hijos únicos enganchados a videoconsola, querrían tener unos amigos-hermanos como Hermione y Ron, y su numerosa familia Wesley, y la excéntrica Luna, que salva a Harry de más de un apuro.
¿Cómo entenderá la fraternidad quien no tiene hermanos porque no tiene padre? Como sucedía en Star Wars, el poder en manos del huérfano dañado convierte a Riddle en un monstruo… aunque (al contrario que Annakin Skywalker), él ya era un monstruo moral desde su infancia.
Un caso intermedio es el del torvo Snapes, que toda la serie ha jugado un papel ambiguo: ¿es un agente doble de Voldemort? ¿O es leal a Dumbledore? En la película el anciano director pide una y otra vez confianza a Harry: y Dumbledore apuesta por Snapes, igual que Dios pide confianza a los hombres para que apuesten por otros hombres pecadores, igual que Frodo pide a Sam que apueste con un voto de confianza por Gollum.
Aunque la acción se aglutina al final, la película no se hace aburrida. Es preciosista en sus detalles mágicos y mantiene la tensión. Y el séptimo libro de la saga se ha anunciado que se filmará en dos películas distintas. Los fans lo aprecian, aliviados, esperando que la saga se concluya con el detalle que merece.
Ahora aún tengo más ganas de verla…
Gracias