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Título original: How to train your dragon. |
SINOPSIS
La historia gira en torno a un vikingo adolescente llamado Hipo, que vive en Isla Mema, donde combatir a los dragones es el modo de vida habitual. Las opiniones bastante progresistas del adolescente y su poco convencional sentido del humor no caen muy bien ni a los de su tribu ni a su jefe, que resulta que es Estoico, el padre de Hipo. Cuando a Hipo le apuntan a Entrenamiento con Dragones junto a otros adolescentes vikingos, Hipo lo ve como una oportunidad para demostrar que es capaz de convertirse en un guerrero. Pero cuando se encuentra con un dragón herido y termina por hacerse su amigo, su mundo se vuelve del revés…
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, COPE y Popular TV]
Tras un arranque irregular a finales de los años 90 —con las notables Antz (Hormigaz) y El príncipe de Egipto, y las mediocres La ruta hacia El Dorado, Spirit, el corcel indomable, El Espantatiburones y Vecinos invasores —, DreamWorks Animation dejó finalmente en la cuneta a sus competidores de Disney, Fox y Warner, y lleva años manteniendo un apasionante pulso creativo y comercial con Pixar, la reina de la animación 3D desde su debut con Toy Story. De hecho, en los últimos años, la productora de Jeffrey Katzenberg ha superado en recaudación a la de John Lasseter, sobre todo gracias a los exitazos de las sagas Shrek y Madagascar, y a otras comedias muy divertidas, como Bee Movie, Kung Fu Panda y Monstruos contra alienígenas. Estos éxitos han consolidado definitivamente el estilo burlesco del Estudio, más cercano a los cartoons desmelenados de maestros como Tex Avery o Chuck Jones, que a los clásicos de Disney.
Sin embargo, los seguidores más puristas del cine de animación siempre han reprochado a DreamWorks su falta de ambición narrativa y su insistencia en unos guiones más bien superficiales, demasiado dominados por la acumulación de gags y las concesiones fáciles al espectador. Una opción muy alejada de la potencia narrativa, dramática y moral de todas las películas de Pixar.
Pues bien, ahora, DreamWorks Animation echa un órdago a Pixar en Cómo entrenar a tu dragón, una espléndida superproducción en 3D estereoscópico, divertida y profunda a la vez, que adapta la novela infantil de Cressida Cowell. Paradójicamente, sus directores, Chris Sanders y Dean DeBlois, proceden de la competencia, pues se dieron a conocer en Disney al frente de la preciosa fantasía en 2D Lilo & Stitch.
La acción de la película se desarrolla hace muchos siglos en un perdido poblado vikingo, cuyos rudos habitantes están en lucha permanente contra dragones de todo tipo, que se llevaban el ganado y arrasaban cosechas y edificios con su fuego infernal. Allí todos luchan contra los reptiles voladores menos Hipo, el hijo del jefe de la tribu, un chaval enclenque y listo, huérfano de madre, que ayuda al divertido herrero del lugar y soporta las crueles bromas de los demás jóvenes.
Un día, Hipo encuentra en lo profundo del bosque a un mítico dragón, que el propio chaval hirió con un cañón de su invención en el último ataque draconiano. En vez de matarlo, Hipo ayuda al dragón a volver a volar. Se inicia así entre ambos una singular amistad, que choca radicalmente contra las costumbres ancestrales de los vikingos y los dragones.
Chris Sanders y Dean DeBlois vuelven a lucirse en esta especie de cóctel de Vicky, el vikingo y Beowulf, con el que logran la mejor producción de DreamWorks Animation hasta la fecha. Sin renunciar al humor característico del Estudio, enriquecen la fórmula con una inteligente ironía antibelicista y varias subtramas de gran vigor emocional, en torno al amor, la amistad, el cariño paternofilial y el compromiso social.
Todo esto da alas a una animación espléndida, con varios momentos antológicos, sobre todo en los bellísimos vuelos de Hipo a lomos del dragón Desdentado y en la vibrante batalla final, cuya fuerza visual se multiplica con una conmovedora exaltación de la capacidad de sacrificio. Elogio especial merece la sensacional partitura de John Powell, de estilo celta, una de las más redondas de la última década.
Hipo es un vikingo que está entrando en la adolescencia. A esta compleja situación se le suma que Hipo no se parece mucho al resto de sus vecinos de aldea. No tiene una complexión fuerte ni parece muy hábil con las armas para cazar dragones: donde va, se produce algún desastre. Tras una intensa batalla contra estos animales que han atacado su poblado, Hipo encuentra a uno de ellos con el que se relacionará como si fuera su mascota.
Basada en el libro infantil de Cressida Cowell, el proyecto lo han llevado a cabo un par de directores y guionistas que participaron en el libreto de “Lilo y Stich” y Sanders en muchos otros proyectos de Disney como “La bella y la bestia”, “El rey león” o “Mulan”.
Aunque la animación está muy trabajada, no tiene la misma resolución que Disney sobre todo en la articulación de los movimientos humanos. Pero, de todas formas, el estilo de las ilustraciones y sus colores en las figuras y espacios encajan muy bien con un público de 8 a 12 años, aunque la película puede gustar también a los adultos.
La historia, que refleja muy bien la etapa de la preadolescencia y la búsqueda de la aceptación social y sobre todo familiar, también es una llamada al respeto por el entorno natural, sin caer en un ecologismo radical.
Por otra parte, la realización de las escenas de acción es muy dinámica y está muy bien conjugada en un guión sencillo pero ajustado a una aventura para los más pequeños. Eso sí, no hace falta asistir a la versión en 3D, con gafas, pues no añade nada nuevo que sea interesante.
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Uff a mí me entusiasmó!!! voy a comentarla en los foros ya mismo!!! jjejeje
me gusta es mejor que caminando con dinosaurios
mi hija y yo amamos esa película puede en fiarnos un disco porfavor siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii e que dicen pueden dariamos nuestra vida por esa pelicula.