Título original: Knight and day. |
SINOPSIS
June embarca en un avión en Wichita, Kansas, con su cabeza centrada en su negocio de restauración de vehículos, la inminente boda de su hermana pequeña y su estulta vida de soltería. Pero tras unos pocos instantes de charla con su misterioso y encantador compañero de asiento, todo cambia. Sin tiempo para recuperar el aliento, June se encuentra con que mientras se pierde la cena de ensayo, la persiguen por todo el mundo, esquivando balas en Brooklyn, saltando por los tejados en Austria y corriendo delante de los toros en Sevilla, siempre en compañía de un potencialmente tramposo, posiblemente inestable y desde luego seductor agente secreto que provoca una aventura de vida o muerte que empujará a ambos personajes de mundos opuestos a hacer aquello que siempre han evitado: confiar.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, COPE ]
A lo largo de la historia del séptimo arte, ha habido un buen número de notables artesanos, nunca incluidos en las listas de los grandes cineastas, pero que cuentan con una filmografía sólida y variada, a veces reivindicada por la crítica al cabo de los años. Cabría incluir en esa larga lista al polifacético cineasta neoyorquino James Mangold, cuyas películas repasan casi todos los grandes géneros: el drama (Heavy, Inocencia interrumpida), el biopic (En la cuerda floja), la intriga (Identidad), el thriller policiaco (Cop Land), la comedia sofisticada (Kate & Leopold), el western (El tren de las 3:10)… Ahora, retoma varias comedias clásicas de acción en Noche y día, aparatoso y divertido vehículo para el lucimiento de Tom Cruise y Cameron Diaz, que muestran entre sí una química sorprendente.
Como la noche y el día. Así de diferentes son Roy y June, que coinciden accidentalmente en el aeropuerto de Wichita. Ella viaja a Boston a la boda de su hermana, y se tropieza dos veces con él en las salas del aeropuerto. Después, coincidirán dentro del avión, donde ella descubrirá traumáticamente que Roy o es una especie de agente secreto o un psicópata neurótico. El caso es que protege obsesivamente una valiosa pila de la turbia ambición de malvados de diversos pelajes, pero todos violentos y crueles. En su frenética escapada, la singular pareja recorrerá medio mundo, recalando incluso en Salzburgo y Sevilla.
Si uno se engancha con el penoso traficante de armas español —interpretado sin chispa por Jordi Mollá— o con los demenciales Sanfermines en Sevilla —similares a la Semana Santa sevillano-pamplonica-fallera de Misión: Imposible 2—, mandará esta película al cajón de los bodrios. Pero si, se abstrae de esas salidas de pistas y de la inverosimilitud de todo el argumento, pasará un rato muy divertido con esta comedia de acción, que mezcla la sofisticación de la saga James Bond con recursos narrativos de Alfred Hitchcock —el mcguffin o pretexto argumental, por ejemplo— y el humor alocado de la viejas aventuras y desventuras de Jean-Paul Belmondo, que le convirtieron en estrella en los años 60 y 70. Esos han sido los referentes principales del agilísimo y chispeante guión de Patrick O’Neill, de las divertidas interpretaciones y de la potente puesta en escena de Mangold, que se lo ha pasado en grande extremando descaradamente el viejo eslogan circense del más difícil todavía.
Por lo demás, domina en la película el tono cómico —casi de slapstick—, una violencia siempre peliculera y distendida, y un tono contenido, que casi nunca cede a la zafiedad. Incluso, la subtrama romántica se desarrolla con clasicismo y hasta emotividad, seguramente tomando como referencia concreta Con la muerte en los talones, de Hitchcock. De ahí el juego de palabras —knight (caballero) por night (noche)— del título original. No son pocos alicientes para un entretenimiento sin pretensiones que, en otras manos, seguramente habría caído en todos los defectos del cine veraniego más convencional.
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