[José Manuel López – Cinemanet]
Ya ha pasado la resaca de la gala de los Goya. Los trajes de alquiler, las joyas de las actrices, la sonrisa postiza… todo ha sido devuelto ya a su lugar de origen. Alex de la Iglesia ha dimitido y ahora toca pasarse la patata caliente: Icíar Bollaín dice que no da abasto con lo que ya tiene; Imanol Arias de nuevo agradece, pero no accede. Unos se van, otros regresan. El cine se queda.
¿Y qué cine tenemos en España?
Como sabrán, hace ya varias semanas la agencia Media Research and Consultancy (MRC) entregaba a la Academia un informe detallado sobre la última década de nuestro cine. Los datos, aunque pudiendo ser exactos, también puede sacarse de contexto. “Desmontando un tópico” es el título escogido a la hora de explicar los datos de la Guerra Civil en el cine patrio:
14 películas en los últimos diez años (un 1,45% del total de los títulos estrenados) es el número de películas cuyas historias se desarrollan en el contexto de la guerra española. No son muchas, cierto. Sin embargo, un dato: en los últimos Goya, dos de ellas estaban nominadas a mejor película. Una mejor explicación a esta tergiversación de los datos la tenéis aquí. Que luego es lo que pasa, te venden gato por liebre y aquí nadie dice nada.
En nuestro país se estrenan casi el doble de dramas (428) que de comedias (278). Eso, claro está, teniendo en cuenta que lleguen a estrenarse aún después de haber cobrado la subvención. Y, en el caso de intentarlo por otras vías, que te dejen hacerlo. Pero, vamos al tema: la gente quiere reírse. De ahí que la comedia (332.791.929 € – Recaudación media: 1.197.093 €) haya recaudado más a pesar de disponer de un menor abanico de títulos frente al drama (279.154.552 € – Recaudación media: 652.230 €). Con todo, una de las conclusiones del informe que he podido leer señala que “La temática criminal es la que más títulos concentra y además la que mejores resultados de explotación obtiene”. Supongo que mucha parte de culpa de este dato lo tenga Celda 211, de las pocas películas -sino la única- que ha ganado dinero durante este año.
La catarsis trágica frente a la comedia
Platón afirmaba que la tragedia era el género literario más parecido a la verdad, mientras que el género cómico era el menos parecido. No han sido buenos años para la sociedad española, así que: ¿quiere reírse y olvidar o quiere ver reflejos de su situación en la gran pantalla? ¿Quiere radiografías o dibujos animados?
No es fácil hacer reír: supone conectar con la gente, comprenderla, rodearla e invertir ese proceso de tal forma que provoque el chispazo de la risa. Señalo: no es fácil hacer reír sin herir. Así como la ironía supone un esfuerzo intelectual y de comprensión humana que el sarcasmo, es más fácil provocar la lágrima, el terror o la repulsa.
Por no hablar de los festivales y galas -que aumentan la taquilla- y que tan contadas veces premian a la comedia.
¿Sabemos hacer reír en España? Repaso los títulos encorsetados en el género de comedia durante los últimos años: Fuga de cerebros, Tensión sexual no resuelta, Fuera de carta, Pagafantas, Sexykiller, Que se mueran los feos, La torre de Suso, Mortadelo y Filemón, Primos, Torrente, El Gran Vázquez, Gordos, Spanish Movie, No controles, La daga de Rasputín, Mentiras y Gordas, Café solo o con ellas, Airbag… excepto contadas excepciones, la comedia está irremediablemente relacionada con el sexo de una forma brusca e incluso explícita. Y, además, no supone ningún tipo de estímulo intelectual más allá de la carcajada básica. Esa que todos tenemos, aunque haya que alimentar cada vez más y más para mantenerla. Esa hermana gemela de la mecánica de sentarnos en el sofá de casa a ver lo que pongan. Mea culpa.
“Eh, yo no voy al cine a pensar”- clamamos. Así nos va, desgraciadamente. A estas alturas, quien piense que una película está hecha a la ligera, sin ningún tipo de idea que la sustente, o de percepción de vida que la engloba, es que se ha perdido un capítulo importante en el libro: qué es el cine.
«La diferencia entre la comedia y la tragedia es que en la comedia sus personajes encuentran la forma de sobreponerse a la tragedia.» (Woody Allen)
El director neoyorkino quizá no es el referente del humor sano (más bien el estandarte del humor agridulce y exquisitamente irónico), sin embargo, por razones obvias, discurre uno o dos o mil escalones por encima de lo que se escribe en comedia en este país. Entiendo que cada persona es un mundo, y existen diferentes y variados tipos de humor. Hay quienes no soportan, por ejemplo, al grupo Muchachada Nui, y otros que no pueden parar de reír ante sus chistes. El Slapstick tiene fans incondicionales y acérrimos objetores. El uso del gag. Y así, sucede con todo.
La receta del humor universal, por así llamarlo, está al alcance de muy pocos.
¿A todo el mundo le hizo gracia la historia Con faldas y a lo loco? ¿Seguro? ¿Qué hay de Los Caballeros de la mesa cuadrada? ¿Tienen los Monty Python la clave? ¿La vida de Bryant? ¿Y qué hay del difunto Leslie Nielsen y sus Aterriza como puedas? ¿El gran Lebowsky? ¿El Jovencito Frankenstein? Seguramente, algunas le hayan gustado y otra no. Pues todas ellas están entre las mejores comedias de la historia del cine.
El humor es un juguete complicado, un arma muy sensible. A la hora de enfrentarse a un folio en blanco, es tentador acudir a las bromas comunes, a los tópicos manidos, a las frases hechas. Nos gusta la comedia, pero aún puede hacerse mejor. Y son tiempos difíciles, aunque realmente siempre lo han sido. En España, se tiene un concepto erróneo de lo que es el humor para el pueblo, como hace siglos se equivocó el concepto de espectáculo en Roma. Todo vale para tenerlos contentos. Démosle carnaza, pues carnaza han pedido.
Yo pido una cosa: háganme reír, si pueden.
1. Una pena pero me temo que aquí no, no pueden. Ojalá eso cambie pero, mientras tanto, si queremos reír DE VERDAD, tendremos que mirar fuera de estas fronteras.
2. “Eh, yo no voy al cine a pensar”. Pues la llevas clara, chaval. Mejor di que, en realidad, lo que quieres del cine es reír o distraerte. Porque si de verdad no piensas durante las 2-3 horas que dura la película, eres plastilina para todo aquél que te quiera manejar. Me acuerdo de lo que escribía Guillermo (http://www.cinemanet.info/2010/11/cine-neutral-una-utopia-busqueda-de-impactos-ii/) y es que el cine NO es neutral, no puede serlo así que… mejor pensar y, si acaso, ya nos dejaremos llevar.
Crack, Chema
Muy bueno.
Sinceramente, pienso que es más fácil escribir un guión para hacer llorar que para hacer reír. Sobre todo, tal como estamos hoy, embargados de sentimentalismo. El humor necesita inteligencia. Y el sentimentalismo, no: por su propia definición.
Gran artículo Chema. Para saber un poquito más sobre «la trastienda» del cine español: ya no solo qué tipo de cine produce España, sinó quién lo paga y quién lo ve. Me ha gustado, especialmente la reflexión sobre el humor, tan difícil de lograr.
Jaume, estoy de acuerdo. Y soy un sentimental (no un sentimentalista). El sentimentalismo -que nos llega a través de la pantalla- lo toca todo. Es lo que tienen los ismos, que desquician las cosas. Y, lo que pensábamos que er …a bueno, ya no lo es, si mis sentimientos deciden que no lo es. Y lo que era malo ayer, ahora es bueno. Ya no gobierna la cabeza, gobiernan los sentimientos.
Y los sentimientos -aunque tantas veces maravillosos- pueden ser muy caprichosos. Por eso muchos no alcanzan la estabilidad en tantos campos de su vida…
Gracias a todos por vuestros comentarios y lamento llegar tan tarde con los agradecimientos: la vida misma.
Saludos a todos!