[Julio R. Chico – La mirada de Ulises]
El próximo 2 de diciembre se entregarán en Berlín los premios de la Academia Europea de Cine a las mejores películas del año. Echando un vistazo a las nominadas, llama la atención el duelo entre El niño de la bicicleta y Melancholia, entre los hermanos Dardenne y Lars Von Trier, con una ligera ventaja del director danés. En Cannes, el Jurado dio su premio al trabajo de los belgas, mientras que el fundador del Dogma’95 se consolaba con el premio recibido por su actriz Kirsten Dunst… quizá por las inoportunas declaraciones de Lars Von Trier. Ahora, con permiso de The Artist y Le Havre -no vistas al no haber llegado a nuestras salas- hacemos una valoración y pronóstico para estos premios al cine europeo.
En nuestras apuestas, nos inclinamos por el cine más equilibrado y transparente, por el que demuestra mayor contención y un ritmo narrativo más mesurado, por el que huye de las emociones fáciles que la música puede suscitar o del impacto que la provocación genere, por el que retrata personajes de carne y hueso y les dota de recursos para salir airosos de las crisis sin perder por ello verosimilitud, por el cine esperanzado y optimista pero conectado con la realidad. Es decir, nos inclinamos por El niño de la bicicleta y por los hermanos Dardenne. La suya es una propuesta sincera y honesta, humana y social, en la que los directores dejan su marca con sencillez, sin hacerse notar de manera ostensible. Nada sobra en la cinta y son muchas las cuestiones de interés planteadas, sin subrayados ni una aparatosidad pretenciosa.
No cabe duda de que Lars Von Trier es uno de esos cineastas controvertidos y que no deja a nadie indiferente. Su sello autoral y espíritu indomable, su exquisita sensibilidad e inteligencia retorcida, su capacidad para construir imágenes provocadoras y persuasivas… contrasta con el carácter críptico y exagerado de sus propuestas, muy dadas al exceso irracional y a romper todo tipo de límites y normas. Siendo Melancholia una película con varias capas y gran fuerza hipnótica, su narcisismo y nihilismo laminan al espectador y le dejan frío y triste, arrojado al vacío y aplastado por la amenaza planetaria. No sería extraño que el danés se llevase en premio al mejor director, precisamente porque su mano se deja ver más que la de los Dardenne… y porque Terrence Malick no entra en liza. Gran trabajo también de la pareja de actrices protagonistas, quizá con una mayor presencia de Kirsten Dunst que posiblemente le reporte el premio de la Academia. Suyos serían también el premio de fotografía y el de dirección artística.
En cuanto al premio al mejor actor, me decanto por Colin Firth en El discurso del Rey, otra gran película que descansa sobre la pareja protagonista y sobre un montaje que podría llevarse también el premio europeo. Que el cine danés está llegando con fuerza lo demuestra Susanne Bier y su En un mundo mejor, para quien otorgaría el premio del público… porque esta directora sabe como nadie suscitar emociones y crear situaciones de tensión creciente. Por otro lado, no tengo dudas de la calidad del documental Pina de Wim Wenders -los otros dos nominados no los he podido ver- y de la conveniencia de que sea visto en 3D, porque en esta ocasión la técnica se hace necesaria y casi imprescindible.
En cuanto a la participación española, es más fácil que Chico & Rita salga premiada que lo haga Pedro Almodóvar y su La piel que habito, película que no acaba de funcionar en su intento de armonizar una puesta en escena esteticista y un guión barroco y retorcido. Para terminar esta aproximación que hemos hecho a lo que pueden deparar los próximos premios de la Academia de Europea de Cine, es necesario volver a insistir sobre el hecho de no haber visto The Artist ni Le Havre, películas que podrían hacer variar los pronósticos, en especial por lo que se refiere a la película de Aki Kaurismäki.
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