Desapacible drama intimista y social de supervivencia donde la directora pone de relieve la dureza de una infancia truncada por un hogar roto, caótico, con serias carencias afectivas y conmociona al espectador con su enfoque de la inocencia y el desamparo, le obliga a pensar y a examinar su propia conciencia, e incluso le anima a nadar a contracorriente.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título original: L’enfant d’en haut. |
SINOPSIS
Simon vive con su hermana mayor Louise en un bloque de pisos a los pies de una lujosa estación de esquí suiza. Louise entra y sale de pequeños empleos y breves relaciones sentimentales, por lo que Simon, con tan solo doce años, carga con la gran responsabilidad de mantenerlos a los dos. Cada día sube a la estación de esquí para robar los equipos a los turistas ricos y vendérselos a los chicos de la zona. Pero la llegada de un trabajador temporal británico a la estación de esquí le pondrá las cosas difíciles…
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín – COPE]
Simon (Kacey Mottet Klein) es un espabilado huérfano de doce años, que malvive en un deprimente bloque de pisos, situado en un pelado valle suizo. Con él convive —cuando está— su hermana mayor, Louise (Léa Seydoux), una joven guapa e inadaptada, que pierde sus precarios trabajos con la misma facilidad con que conoce a tipos que no le convienen. Así que Simon se monta diariamente en una telecabina para subir a una cercana y lujosa estación de esquí, para allí, con una sorprendente sangre fría, robar sus pertenencias a los ricos turistas. Con lo que gana al revender esquís, gafas, chaquetas y cascos de marca, logra sobrevivir él y ayudar a Louise, como si realmente fuera el cabeza de familia. Pero el sufrido chaval añora cada vez más el cariño de una madre…
Después de la singular “Home ¿Dulce hogar?”, la cineasta franco-suiza Ursula Meier da un paso adelante en sus retratos de familias disfuncionales con “Sister”, su segundo largometraje de ficción, galardonado con un Oso de Plata Especial en la Berlinale 2012. Se trata de un desapacible drama intimista y social de supervivencia, similar en su tono y factura a las premiadas películas de los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne. Como ellos, Meier recurre a una puesta en escena hiperrealista y extremadamente sobria —a ratos, demasiado—, pero cuya propia veracidad se multiplica al captar las conmovedoras interpretaciones, plenas de autenticidad, de todo el reparto, especialmente del niño Kacey Mottet Klein y la actriz Léa Seydoux.
El tono del filme es un tanto pesimista respecto a la fragilidad del ser humano, especialmente vulnerable en épocas individualistas e insolidarias como la actual. Pero, a la vez, también desvela con ternura destellos de su grandeza y tenacidad, sobre todo a través del paradójico sentido moral de Simon, laxo respecto a sus “recolecciones de objetos ajenos”, pero acertadamente riguroso y maduro respecto a la hedonista inmadurez de Louise. De este modo, Ursula Meier conmociona al espectador con su enfoque de la inocencia y el desamparo, le obliga a pensar y a examinar su propia conciencia, e incluso le anima a nadar a contracorriente, por ejemplo respecto a la deshumanizada cultura del aborto o a la tumbativa capacidad redentora del amor desinteresado.
[Ramón Ramos – Colaborador de CinemaNet]
En una estación de esquí en Suiza, un niño de 12 años llamado Simon se dedica a robar material de deportes de invierno a unos para revenderlo a otros. Se trata de un niño que vive con su hermana mayor, una joven emocionalmente inestable, de manera que el menor es quien demuestra mayor grado de madurez para salir adelante, aunque sea al margen de la ley.
Este es planteamiento de “Sister (L’enfant d’en haut)”, una producción franco-suiza dirigida por Ursula Meier, que pone de relieve la dureza de una infancia truncada por un hogar roto, caótico, con serias carencias afectivas, en un país del Primer Mundo. Se ve así cómo la ausencia de valores familiares en las sociedades avanzadas de hoy día, puede acarrear problemas como la maternidad no deseada, la falta de ilusión, la vida a la deriva, sin rumbo, sin aspiraciones, sin referentes. Este marco es el que lleva al protagonista a ganarse la vida de un modo moralmente reprobable, a pesar de que en su fuero interno no haya mala intención para delinquir sino el mero instinto de supervivencia.
En cuanto a valores cinematográficos, la película destaca por las magníficas localizaciones y unas sobresalientes interpretaciones de sus dos actores principales, especialmente la del niño. En contra, el film adolece de un ritmo irregular y una cierta ambigüedad de intenciones en el desenlace de la película. Deja cierta sensación de no saber exactamente qué nos quiere contar su autora.
En definitiva, estamos ante un potente drama social cuyo planteamiento es bueno, pero su resolución es discutible, y que en cualquier caso se trata de una producción de bajo presupuesto bien aprovechado. Recursos escasos de los que su directora sabe sacar el máximo partido tanto en el apartado técnico como artístico, con una estupenda dirección de actores.
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