Segunda parte de la aplaudida película de 2011, una cinta de animación que ofrece la posibilidad de su visionado en los formatos 2D y 3D. Ambientada en la selva amazónica, los protagonistas viajan hasta allí para buscar a sus congéneres y aprender a vivir como aves libres y no aves domesticadas de ciudad. Los deslumbrantes escenarios y los efectos visuales son solamente una de las razones para adentrarse en una historia que valora temas como la familia, la amistad, la educación y la fidelidad.
SINOPSIS
Blu, Perla y sus tres hijos llevan una vida perfecta. Cuando Perla decide que los niños tienen que aprender a vivir como auténticas aves, insiste en que la familia se aventure a viajar al Amazonas. Mientras Blu trata de encajar con sus nuevos vecinos, le preocupa la posibilidad de perder a Perla y a los chicos ante la llamada de la selva.
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CRÍTICAS
[Mª Ángeles Almacellas – CinemaNet]
Espectacular noche de fin de año en Río de Janeiro, un brillante espectáculo de luz y sonido. Los adorables guacamayos azules Blu y su esposa Perla bailan y celebran alegres la fiesta. Pero se ven obligados a regresar precipitadamente a casa, porque piensan que puede haber problemas con sus revoltosos hijos, Carla, una adolescente loca por la música, Bia, que, como su padre es un fanático de la información y de los datos concretos sobre cualquier cosa, y Tiago, el más pequeño, un temerario aventurero.
Inesperadamente se ven sorprendidos por la noticia de que en la selva amazónica se han encontrado indicios de la existencia de guacamayos azules, lo cual indicaría que ellos no son los únicos representantes de la especie. Perla decide entonces que merece la pena viajar a la Amazonia para buscar a sus congéneres y que los niños aprendan a vivir como auténticas aves, no como pájaros domesticados de ciudad. Y así empieza la gran aventura, en escenarios deslumbrantes y con efectos tan vivos que cortan el aliento. A lo que se suma una sorprendente banda sonora, que cuenta con la voz de Carlinhos Brown entre otros.
“Río 2” constituye una deliciosa película familiar, entretenida y divertida, pero que, además, encierra un gran contenido de valores ecológicos, familiares y humanos. El film presenta, plásticamente, la importancia de preservar la tierra de especulaciones egoístas y la necesidad de comprometernos todos en su conservación. Las imágenes de la selva amazónica herida por las máquinas que avanzan talando árboles y destruyendo la vegetación son impactantes, y tanto más eficaces para la concienciación cuanto que terminan con una hilarante acción conjunta de animales y humanos, amigos y rivales, todos unidos para la defensa de la naturaleza.
Las relaciones entre los personajes son de amistad sincera, lealtad, fidelidad… En el marco de los valores familiares, destaca el amor generoso del matrimonio; la preocupación de los padres por la formación y educación de los hijos; el respeto por las raíces, abuelos y hermanos de especie y el aprecio a la tradición. La historia encierra también algunas advertencias, como la injusticia que supone no aceptar a las personas tal como son; el peligro de los prejuicios, las descalificaciones gratuitas, el rencor; el egoísmo…
Es una buena propuesta para ir al cine en familia, disfrutar con una buena película sobre la que poder dialogar después con los más pequeños para ayudarles a que capten todo el contenido formativo de la historia.
[Jerónimo José Martín – COPE]
Tres años después de su accidentado traslado de Canadá a Río de Janeiro, el culto y sedentario guacamayo azul Blu vive feliz en el Centro de Conservación de Especies de la ciudad carioca. Le acompañan Perla y los tres hijos de ambos: Carla, una adolescente rebelde, que ansía triunfar como cantante; la empollona Bea, que ha salido a su padre, y el pequeño y travieso Tiago, siempre en busca de aventuras. Éstas les llegan a todos cuando, tras la impresionante fiesta de Fin de Año, ven en la televisión cómo sus dos amigos ornitólogos denuncian la tala ilegal de árboles en una recóndita zona de la selva amazónica, donde han encontrado indicios de una numerosa comunidad de guacamayos azules. Hacia allá vuela la familia al completo —que se creían los últimos representantes de su especie—, en compañía de sus temerosos amigos Nico, Pedro y Luis, que les advierten de los terribles peligros que les acechan en la naturaleza salvaje. Por ejemplo, la vengativa cacatúa Nigel, de la que se ha enamorado la romántica Gabi, una venenosa rana rosa.
Fundador de los Blue Sky Studios y director de la exitosa saga “Ice Age”, el brasileño Carlos Saldanha vuelve a rendir un vistoso homenaje a su tierra en esta entretenida continuación de su película de 2011. Esta vez, su sencillo mensaje ecologista critica el expolio de la Amazonia, al tiempo que elogia la abnegada labor de sus protectores. Y, de nuevo, subraya el alto valor de la capacidad de superación, la familia, la maternidad y la amistad, apoyándose esta vez en el lúcido consejo que el siempre optimista Rafael regala a Blu: “¡Una esposa feliz significa una vida feliz!”.
La planificación y la animación son todavía mejores que las de su antecesora, y deparan secuencias enormemente espectaculares, tanto en la propia ciudad de Río de Janeiro —el arranque es sensacional— como en el interior de la selva amazónica, recreada con un detallismo y un colorido apabullantes. Por su parte, la vibrante banda sonora de John Powell mantiene un nivel muy alto, y se completa con magníficas canciones brasileñas de diversos autores. Lo único que vuelve a flaquear un poco es el guión, ágil y divertido, pero de nuevo demasiado disperso —por exceso de subtramas—, de ritmo irregular y con un tono excesivamente infantil. De todas formas, queda una estimable producción para toda la familia, que gustará sobre todo a los más pequeños.
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