¿Qué cara tiene el mal? Según Brian Helgeland, tiene la de Tom Hardy. O las de Tom Hardy, porque en «Legend» el actor inglés interpreta a los dos gemelos Kray, Reggie y Ronald, unas figuras ya casi míticas del East End que tuvieron el mundo del crimen londinense en sus manos durante los años 50 y 60.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: Legend |
SINOPSIS
Reggie y Ronald Kray son dos gemelos nacidos en el East End de Londres que sueñan con ser los gángsteres más grandes de la capital inglesa. Muy diferentes uno del otro pero unidos por un vínculo inquebrantable, los Kray lucharán por abrirse un surco sin importar los cuerpos o víctimas que queden por el camino.
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CRÍTICAS
[Guille Altarriba. Colaborador de Cinemanet]
El mal adopta muchos rostros, y “Legend” muestra dos de ellos. O uno, si nos ponemos puristas: el camaleón Tom Hardy se desdobla para interpretar a los gemelos Kray, dos figuras ya míticas de los bajos fondos londinenses en los años 60. La película sigue el ascenso y caída de Reggie y Ronnie, los dos hermanos gángsteres del East End que soñaban con controlar el crimen organizado en la capital inglesa.
A primera vista, lo que más llama la atención de la cinta es el reto actoral que supone para Hardy encarnar al mismo tiempo a los dos hermanos con igual contundencia. Tan pronto aparece en pantalla Reggie –más refinado, sibilino y carismático- como Ronald –desquiciado, exaltado y temible-, pero las facciones no varían. La labor del actor inglés es realmente notable y se come la pantalla cada vez que aparece, pero todo está al servicio del trasfondo del film: una historia turbia sobre el mal, un escaparate de conductas violentas e insanas.
Las formas en las que se concreta este mal son variadas, pero, del mismo modo que la cara de Tom Hardy no cambia, el fondo de violencia sigue siendo el mismo. Ya sea de un mal escondido tras capas de apariencia como el de Reggie o de una violencia explícita y sádica como la de Ronald, la película ilustra sus consecuencias sin vergüenza ni pudor. Si “Legend” estuviera preocupada por añadir una moraleja, esta podría ser la de que la violencia –verbal, física o emocional- solo lleva a una violencia peor.
Pero esta posible moraleja no es explícita, porque el objetivo del director no es moralizar sino comprender. A pesar de lo dicho hasta ahora, buena parte de las virtudes de la película se encuentran en su intento de acercarse a los Kray como a personas. El director, Brian Helgeland, intenta acercarse a los gemelos más peligrosos de Londres con mentalidad de psicólogo, queriendo verlos no como arquetipos sino como hombres, con sus muchas sombras pero también sus luces. Este enfoque, además de dotar a la cinta de más profundidad, enriquece lo que decíamos antes.
El tándem Helgeland-Hardy muestra como esta maldad de la que hablábamos no es absoluta ni abstracta, se encarna en dos personas. Así uno puede intentar comprender a través del film los resortes que mueven a Reggie y Ronald a asesinar, extorsionar y mentir. Los crímenes de los Kray no aparecen como algo necesario, sino como fruto de su libertad y sus circunstancias. De esta forma, sin justificar las atrocidades, “Legend” nos intenta meter en las cabezas de los dos gángsteres y nos hace plantearnos qué nos separa de ellos.
Por último, volviendo a los aspectos cinematográficos, la ambientación de los suburbios londinenses de mediados de siglo está bastante bien conseguida. Además, la cinta tiene ritmo. Que sea una película que busque la introspección no está reñido con la acción esporádica –es una cinta de gángsteres al fin y al cabo- y un cierto tono macarra que le sienta como un guante a los Kray. En definitiva, Helgeland nos hace asomarnos al abismo, sí, pero también hace que el viaje sea tan entretenido como perturbador.
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