SABER VER
[Mª Consuelo Tomás y Garrido – Colaboradora de CinemaNet]
El cine es como un contador de cuentos con un arte especial. Utiliza la narración, las imágenes, la poesía, la música, la belleza. Lleno de metáforas y cargado de sugerencias, los cuentos que narra son las historias de los hombres.
Y en los hombres, el trato con los demás es parte sustancial de la vida. Con asombro y satisfacción aceptamos que nos necesitamos unos a otros -nos complementamos- y si bien todo hombre posee una dignidad constitutiva, la grandeza de una persona está en relación directa con la calidad de las relaciones que posee con la familia, con los amigos, con la sociedad ¡con Dios!
Lo específicamente humano: la palabra
“Si solo pudiera enseñarte una palabra…; estoy segura, de que con una palabra conseguiría poner el mundo en tus manos”. Es el reto de Anna Sullivan con Hellen Keller, niña sordomuda y ciega; violenta y consentida, sin apenas acceso al mundo humano. «El milagro de Anna Sullivan” (Arthur Penn, 1962) es la ruptura del aislamiento con una primera palabra: “agua”. “Todo lo que el hombre piensa, siente y sabe lo expresa con palabra, y ellas disipan las tinieblas”. La palabra, que despertó el alma de la niña, le dio oportunidad de insertarse en el mundo humano al que pertenecía.
La necesidad del «otro»
“Naúfrago” (Robert Zemeckis, 2000), narra la fascinante aventura de Chuck Noland, brillante empresario, único superviviente de un accidente aéreo, en una isla lejana y solitaria. La película pone de manifiesto con un cruel realismo y de una manera tan trágica como evidente, la necesidad que tiene el hombre de la presencia de otras personas. Ante la soledad, una de las raíces más profundas del sufrimiento humano, Chuck dibuja una cara “humana” en un balón de voleibol, al que convierte en su interlocutor; se relaciona con el balón dirigiéndose a él por su “nombre propio”: Wilson.
Cuando el silencio lo dice todo
Se trata de un canto a la valentía y confianza en la fuerza seductora de la imagen y del “lenguaje del cuerpo”, al filmar, en pleno s. XXI, una película muda en blanco y negro. Resucita el silencio como medio para contar poderosas y complejas historias. La mirada, los gestos, los silencios, se dan cita en esta obra maestra “The artist” (Michel Hazanavicius, 2011). Drama, comedia, acción y romance se entremezclan en dosis justas para conformar una obra de sutil exquisitez, en la que el silencio lo dice todo.
El diálogo en la familia
Matrimonio, familia, educación se dan cita en esta impresionante película “Cinderella man» (Ron Howard, 2005). Basada en la historia real del boxeador Jim Braddock, hombre de fuerte y ejemplar personalidad: entrañable y abnegado con sus hijos, enamorado y fiel con su mujer, honesto y afable con sus amigos. Resalta el lado más humano de quien probó el polvo de la pobreza y el desamparo. Emociona su preocupación por el buen hacer educativo, cuando acompaña a su pequeño hijo a devolver el “salami” robado, mientras sostiene con él un diálogo que manifiesta el enorme cariño, la confianza y la exigencia en el entorno familiar.
Los amigos
El guión de “Cadena perpetua” (Frank Darabont, 1994) relata un drama carcelario, y la más hermosa de todas las películas nunca antes contada en la entera historia del cine sobre la amistad, sobre la relación entre los dos presos, pues en su seno se halla una de las elegías más intensas que se recuerda en torno a la búsqueda de la libertad personal y espiritual. A pesar de la dureza que la película ofrece, el final -el hombre caminando al encuentro del amigo, hacia una esperanza por fin recobrada-, es un precioso canto a la vida y a la amistad, una oda a los sueños, una obra maestra.
La apertura a los demás
Relato muy humano de magníficos y tiernos personajes, que se relacionan con cotidianos y entrañables diálogos, y que viven al día sabiendo desvivirse por amor por los que tienen alrededor. “Le Havre” (Aki Kaurismäki, 2011) ilustra dos valores esenciales: el primero de ellos es la dignidad, la dignidad de cualquier ser humano y en cualquier circunstancia. La solidaridad es el segundo. Es una fábula moral que ilustra una evidencia: quienes menos tienen son con frecuencia los más solidarios. Por eso se mueven en pequeños mundos donde anida la grandeza.
El diálogo con Dios
El hombre sospecha que detrás del universo y del mismo ser humano hay un Ser Superior que da sentido y coherencia a todo. Ese sentido está en Dios, con el que todo hombre, cualquier hombre, puede tener una relación de diálogo personal. El realizador alemán Philip Gröning se aventuró a llevar un singular proyecto -“El gran silencio” (2006)-, que recoge el día a día en la Gran cartuja de Grenoble. Asistimos, entre asombrados y admirados a una experiencia estética de armonía y libertad, que recuerdan la belleza de la contemplación y transportan a la paz y gozo del alma en el diálogo con Dios de unos monjes que le han entregado la vida.