Sinopsis
Dirigida por el mexicano Roberto Girault, Onyx, los reyes del grial es un documental con narraciones ficcionadas sobre la investigación que en 2010 iniciaron unos profesores de la Universidad de León.
Crítica
En busca del Grial perdido
[Crítica cedida por la Fundación López Quintás]
Dirigida por el mexicano Roberto Girault, Onyx, los reyes del grial es un documental
con narraciones ficcionadas sobre la investigación que en 2010 iniciaron unos
profesores de la Universidad de León, después del hallazgo fortuito de unos
pergaminos del siglo XI, según los cuales el cáliz que usó Jesucristo en la última cena,
fue llevado en el siglo XI desde El Cairo hasta Denia y finalmente fue ofrecido al rey
cristiano Fernando I de León.
A su muerte, pasó a manos de su hija doña Urraca y actualmente se encuentra en el Museo de la Colegiata de San Isidoro de León. Es decir, según los resultados de dichas investigaciones, la copa que se venera hoy en la Colegiata sería realmente la que tomó Jesús en sus manos, bendijo y pasó a sus discípulos, en esa noche de la institución de la Eucaristía.
La película hace una crónica del proceloso itinerario de la reliquia y del intenso proceso de investigación de los profesores y su equipo. El conductor del relato es Jim Caviezel, caracterizado como un monje medieval, que nos va llevando de una época a otra, de un acontecimiento a otro.
Son especialmente interesantes las intervenciones de los profesores universitarios responsables del proyecto, Margarita Torres y José Luis Ortega, sin olvidar la presencia de historiadores de prestigio y expertos en la materia. Pero, cuando la historia se dramatiza, son encarnados por actores, como así sucede con los personajes históricos, interpretados a su vez por profesionales, que nos ofrecen un trabajo realmente muy bueno.
El equipo de guionistas, encabezado por Roberto Girault, director del film, con la
profesora Margarita Torres y Luis Fernandez Reneo ha sabido crear un guion muy ágil, que mantiene la intriga y el interés y hasta conmueve en algún momento. Es una película de calidad, con una fotografía muy lograda, un elenco de calidad, con una sorprendente variedad de localizaciones y, sobre todo, con un contenido histórico
sugerente y apasionante.
Por otra parte, es sorprendente cómo deja ver de qué modo se avanza en un proyecto de investigación, entre dudas y certezas, pero con un compromiso decidido por la verdad. La película sabe plasmar perfectamente ese esfuerzo de unos investigadores que han trabajado incansablemente en busca de la verdad, y aunque sus conclusiones no sean definitivamente concluyentes, no carecen de rigor académico y de verosimilitud.
Es cierto que hay otras opiniones igualmente cualificadas que no aceptan la tesis que
muestra el film, pero, como es propio de los ámbitos académicos de calidad, abre
nuevas perspectivas en torno al Cáliz de la Última Cena. Una película documental totalmente recomendable.
Ficha técnica
- Título Original: Onyx, Kings of the Grail
- Dirección: Roberto Girault
- Guión: Luis Fernandez Reneo, Roberto Girault, Margarita Torres
- País: España
- Año: 2018
- Duración: 84 min. min.
- Género: Drama | Religión
- Interpretación: Jim Caviezel, María de Medeiros, Anthony Howell
- Productora: Sevenfor Servicios Audiovisuales
- Música: Eduardo Ortega
- Fotografía: Rafael Bolaños
- Estreno en España: 22 de Marzo del 2018
Quiero hacer un matiz a lo expuesto en la crítica de la Fundación López Quintás, y es que en sus investigaciones Margarita Torres en ningun momento asegura que el grial sea el usado por Jesucristo en la última cena, porque reitera en varias ocasiones que hasta el siglo IV no se sabe nada de él, lo que ella afirma es que con muchísima probabilidad, el grial de León sea el mismo que fue venerado desde el siglo IV en Jerusalem, hasta el siglo XI, cuando despareció. Si que es cierto que expone algunos indicios que apuntan a la autenticidad del cáliz como una pieza del siglo I, dada su forma, material del que está hecho, entre otras cosas, pero siempre evitando afirmar con contundencia que el grial que aparece en Jerusalem en el siglo IV, sea el mismo usado por Jesucristo.