Sinopsis
Jordi nació hace 51 años con parálisis cerebral, pero no se considera un enfermo. A pesar de no poder hablar, se comunica a través de su tabla de cartón. Cuando tenía 21 años sintió que Dios le hablaba por primera vez. Sin embargo, hoy, tras dejar su hogar y a sus padres y mudarse a una residencia, no siente la presencia de Dios: necesita ir a Lourdes.
Crítica
Palabras vivas
Maider Fernández Iriarte, la directora de la película, se reúne una vez a la semana con Jordi Desquens, 51 años, con parálisis cerebral. En la habitación de la residencia donde este vive en la actualidad, sin otros testigos que la cámara y los dos interlocutores, se van desgranando las confidencias de Jordi.
La iniciativa cinematográfica de Maider va quedando paulatinamente en segundo plano, para dejar paso a una relación humana cálida y cordial que, sesión a sesión, escena a escena, va convirtiéndose en una amistad entrañable. De este modo, de lo que iba a ser una experiencia cinematográfica, surge una experiencia humana de hondo calado. Paradójicamente, al oscurecerse los recursos y elementos del cine para dejar que la vida inunde la pantalla, emerge la grandeza del cine en todo su esplendor. El cine es capaz de captar la vida y mostrarla, haciendo que el espectador entre a participar de esa experiencia. Es la maravilla del séptimo arte.
*Lee aquí nuestra entrevista con la directora de Las letras de Jordi, Maider Fernández
Jordi emite sonidos pero no puede hablar. Su padre le ha preparado una tabla de cartón con letras y signos de puntuación. Moviendo por ella los dedos, va componiendo palabras y frases y Maider las repite para cerciorarse de que ha comprendido bien el mensaje. Tras ellos, la cámara constituye los ojos del espectador que asiste, invisible y silencioso, a ese conmovedor proceso por el que dos seres humanos aprenden a comunicarse de corazón a corazón.
La película habla de la fe, de la relación íntima de Jordi con Dios, que se dejó percibir un día con claridad y que ahora parece hacerse el huidizo. O tal vez solo es que quiere que Jordi lo busque, que vaya con ilusión a Lourdes porque en el camino de la búsqueda se encontrará a sí mismo y el sentido de su vida.
Y la película habla del valor de la palabra. La palabra es mucho más que un medio transmisor de un contenido, es mucho más que una vibración material o que un signo escrito que encierra un significado. Permite la comunicación y constituye el medio en el cual pueden gestarse vínculos interpersonales. El dedo de Jordi moviéndose por la tabla va desvelando sus sentimientos más hondos, que Maider acoge y devuelve hechos sonrisa y sentimiento. La palabra es el medio en el que se lleva a cabo un acto de comunión.
El documental es una pequeña joya de humanismo y, cinematográficamente resulta impactante. Las sensaciones del espectador están muy bien dosificadas: al principio el foco se centra en la tabla de las letras. Es el ámbito de posibilidad de expresión de Jordi, su ventana al exterior, su hilo de comunicación. Poco a poco el plano se va ampliando y aparecen los dos personajes, Jordi y Maider. Al principio dos conocidos, pero, a medida que avanza el diálogo, la cámara enfoca hacia la hondura y muestra cómo se va gestando la amistad.
Más adelante, Maider está lejos de Cataluña, pero sigue hablando con Jordi, su amigo. Y todavía falta algo más que mostrar: todo lo que constituye el ámbito vital de Jordi, la ternura de la madre que lo mima y lo acaricia. Y el Santuario de Lourdes, la meta espiritual de Jordi, que la directora presenta con unas imágenes bellísimas, llenas de simbolismo.
Una historia humana tierna y apasionante y un documental que merece ser visto y saboreado.
[Crítica cedida por Pantalla 90]
Ficha técnica

- Título Original: Las letras de Jordi
- Dirección: Maider Fernández Iriarte
- Guión: Maider Fernandez Iriarte, Virginia García del Pino
- País: España
- Año: 2019
- Duración: 70 min.
- Género: Documental
- Interpretación: --
- Productora: Señor & Señora
- Música: --
- Fotografía: Maider Fernandez Iriarte, Carlos Muñoz Gómez-Quintero
- Estreno en España: 10 de julio 2020