Pinocho

Ana María Martínez Casamitjana

El pasado 8 de septiembre la plataforma Disney+ lanzó el estreno de la adaptación live-action de «Pinocchio». Todos conocemos muy bien esta historia y la moraleja que ningún niño olvida. Debido al historial de Disney con los últimos remakes versión live-action de estos últimos años, donde prácticamente ha calcado las versiones originales, muchos estábamos a la expectativa de esta película. Y más cuando supimos que Robert Zemeckis y Tom Hanks volvían a la acción como director-actor, ya que ya lo habían hecho en anteriores películas como en «Forrest Gump«, «Náufrago« o la última antes de esta, «Finch«, interpretando esta vez Hanks a Geppetto.

Definitivamente, sucede lo mismo que con las anteriores adaptaciones, y vuelve a ser un copia y pega de la película original. Esta adaptación solo nos ha cambiado pequeños detalles como alguna canción, personaje o escena, pero se ha mantenido en su zona de confort para no defraudar a aquellos que esperaban la copia exacta de la versión original, sin ningún tipo de riesgo ni sorpresa. Lo que nos hace sospechar que lo mismo pasará con los remakes en versión live-action recientemente anunciados en la D23 expo: «La sirenita«, «Hércules«, «Blancanieves«, y «Peter Pan y Wendy» entre otros.
Aquello que en la versión animada daba tanto terror como el honrado Juan, el marionetista Strómboli o la escena en la que los niños se convertían en burros, es en esta versión, hasta casi divertido.

Sin embargo, esta adaptación justifica sucesos que ocurrían en la versión animada, que nunca obtuvimos el por qué de estos y ha resuelto dudas con las que nos dejó. Además se profundiza más en el personaje de Geppetto que logra más empatía por parte del espectador. El mensaje es igual de claro que ofrecía la versión original en el que los niños espectadores ven como el desobedecer o mentir no les va a llevar a ninguna parte, y son el respeto, el esfuerzo y el perdón los valores que se deben alcanzar.

En cuanto al diseño de personajes por CGI son muy poco creíbles exceptuando a pinocchio y por poco a pepito grillo. Si no fuera porque había algún personaje de carne y hueso, hubiera sido difícil reconocer esta versión como live-action, puesto que personajes como el gato, la gaviota o incluso los burros estaban diseñados también por CGI causando incredulidad. Sobre todo cuando personajes como el honrado Juan o el gato fígaro compartían escena con personajes humanos.

Respecto al papel de Tom Hanks, no es de los mejores de su carrera, sin embargo no defrauda con su interpretación y nos muestra a Geppetto como un anciano entrañable y cariñoso, tal y como es en la obra de 1940.

A todo esto es una obra audiovisual buena, entretenida y divertida, es apta para todos los públicos, pero quien la disfrutará más serán sin duda los más pequeños de la casa.