Hoy nos referimos a Atelier Fontana, una miniserie que consta de dos capítulos y dura en total doscientos minutos; tiempo que se hace increíblemente corto y entrañable. Quizás la mayoría de las personas que leemos esta revista no sepamos nada de las hermanas Fontana: ¡aquí se nos presenta la ocasión! Además de pasar el rato, creo que podemos descubrir un montón de virtudes humanas, y disfrutar por supuesto de la belleza hecha moda.
Vayamos por partes. El relato de esta película es la historia de una buena familia italiana, que vive en una pequeña ciudad de Parma, Traversetolo. Pertenecen a una condición social sencilla y desde el primer momento destaca la unidad entre todos. La madre es costurera y ha introducido a sus tres hijas, desde pequeñas, en la artesanía de la aguja. Es una madre coraje para la educación de las hijas, para la defensa de los valores de la familia, para prever circunstancias futuras y un largo etc. El padre, encantador y servicial; disponible para ayudar a sus hijas, lo que, a lo largo del film no siempre es el resultado de buenas maneras, porque cuando hace falta ser algo más violento no le faltan arreos.
El núcleo son las tres hermanas, representadas en el film por unas artistas italianas con muy buena presencia. La hermana mayor es Zoe, discreta y laboriosa que se casará con un chico de su estilo, Mario. Micol, la protagonista principal, tiene el don de la elegancia en sus confecciones, y un osado corazón dispuesto a superar y vencer todo tipo de barreras. Desgraciadamente, se casa con el rico del pueblo, Enrico Lanzi, que la engañará y hará sufrir lo indecible. Micol sueña con abrir un taller de alta costura, cosa que ve posible y que realizará. No, no va a dedicarse monótonamente a lo habitual de una buena costurera.; para ello se esforzará superando todo tipo de desengaños. Giovanna es cálida y sencilla; acoge y ayuda.
La película es lineal al ir contando lo que ocurre en la vida de estas tres mujeres -expertas en costuras-, en donde Micol dará unos audaces y arriesgados saltos hasta lograr profesionalmente el triunfo definitivo. No se trata en esta colaboración de seguir explicando el argumento, del que ya he mencionado lo esencial. Aquí nos importa saber ver cine con valores y también recordar, renovarse, descubrir…
Lo realmente importante es ver que con la unidad entre ellas, con su tenacidad, con su buen trabajar, con muchas dificultades económicas, sentimentales, incluidas algunas injusticias, van superando todo y llegan al cenit. Así, en Atelier Fontana podemos afirmar que se cumple felizmente lo que dijo el científico francés Louis Pasteur, y que amplió y popularizó el escritor estadounidense Isaac Asimov: “La suerte solo favorece a la mente preparada”, lo que significa que solo aquel que procede con método, disciplina y rigor, puede aspirar a tener éxito.
Continuemos con algunos detalles de la biografía de estas protagonistas. Zoe nació en 1911, Micol en 1913 y Giovanna en 1915. Esta época alude también a que en su madurez vivieron en su trabajo la penuria económica de la guerra; pero trabajaban y trabajaban, incluso comprando telas a cambio de frutas y verduras de producción familiar. Con su laboriosidad, su unión y la capacidad creativa de Micol el verdadero boom del atelier fue en los años 50.
Llegaron a relacionarse y vestir a personajes de la alta sociedad como María Pía de Saboya y Jacqueline Kennedy y artistas como Sofía Loren, Audrey Hepburn o Grace Kelly y un largo etc. Su éxito con las estrellas de Hollywood comenzó cuando entre las tres y bajo la dirección de Micol confeccionaron el traje de boda de la actriz Linda Christian con el actor Tyrone Power; era el año 1949 y el vestido se confeccionó en raso blanco, tenía una cola de más de cinco metros, cubierta de bordados; la fotografía de la novia se difundió casi por todo el mundo (aparece todavía en Google).
Alguna revista de la época publicó la siguiente letrilla “¿Roma? Veinte minutos en San Pedro, veinte en el Coliseo y al menos dos días en el estudio de las hermanas Fontana”.
Se cuenta que, cuidando al mismo tiempo cada una a su familia, lograron una división del trabajo y tal compenetración que las hicieron casi invencibles. Micol viajó alrededor de todo el mundo; Zoe era la encargada de Relaciones públicas y Giovanna supervisaba los detalles del estudio.ç
En realidad fueron capaces de inspirarse en ropajes tradicionales italianos y franceses de siglos anteriores y darle el estilo adecuado. Su moda conjugaba una exquisita e impecable elegancia y también riqueza de bordados y brocados. Además de telas de alta calidad como la seda y el terciopelo.
La influencia de las Fontana es tal que junto a otros creadores estilistas en 1953 fundaron el Sindicato Nacional de Moda Italiana (SIAM). Fueron por tanto de las primeras personas en dar un impulso a la moda italiana por todo el mundo. Las Fontana han fallecido pero su buen hacer continúa. Y ha sido tan grande su buen gusto que en importantes museos (desde el Guggenheim al Metropolitan) se encuentran sus vestidos y diseños. El año 1992 la empresa pasó a un grupo financiero italiano; también Micol creó una Fundación con el objetivo de promover la moda y descubrir nuevos talentos.
La película es verídica y no es exhaustiva. Mi objetivo en esta colaboración es optimista. De una parte porque con una película simpática se remozan y valoran muchas virtudes tanto familiares como las propias del trabajo abnegado y bien hecho. Y es una ocasión grata para contemplar la belleza tanto de los lugares en los que se mueven estas hermanas como por los vestidos que crean. Se contempla una traje y se ve también la densidad emocional y el lenguaje de quien lo ha elaborado y para quien.
La fascinación que conlleva el arte, la belleza, que nos introducen en otros mundos, de los cuales nos sentimos capaces, pero la vida, a veces estrecha, en parte nos puede negar esta posibilidad. Disfrutemos de la belleza; tiene algo de viaje a la propia intimidad y logra que nuestra vida brille la magnanimidad, la esperanza. Como le pasó a Micol. Ciertamente toda construcción bella lleva su parte técnica, pero es sobre todo una aventura individual que vislumbra lo tangible de lo intangible.