Separación | Doble vida, misma persona

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

El 18 de febrero Apple TV estrenó Separación (Severance), una serie de ciencia-ficción dirigida por el actor y director Ben Stiller (Los padres de ella o La vida secreta de Walter Mitty, entre muchísimas otras). El caso es que Separación, aunque esté dirigida por Stiller, no es una comedia ni se le parece. Separación es un thriller-psicológico de ciencia-ficción lleno de cliffhangers al final de cada capítulo. Siendo una de las series mejor valoradas del año, no se llevó ningún premio Emmy, pero sí que obtuvo un total de 7 nominaciones: Mejor Serie Drama, Mejor guión, Mejor dirección, Mejor actor principal y 3 nominaciones por actores de reparto. Todo un éxito.

Separación cuenta la historia de Mark (Adam Scott), un hombre de mediana edad que ha decidido trabajar en Lumon, una innovadora empresa de tecnología que ofrece a sus trabajadores la separación de la memoria. Es decir, a través de un sistema de implante cerebral, logran que en el trabajo la persona no recuerde absolutamente nada de su vida afuera, mientras que cuando sale sucede lo contrario, la persona no recuerda nada de lo realizado en el trabajo. Una especie de doble vida. 

Ahora bien, esto tiene una gran desventaja, y es que el empleado no sabe qué es lo que realmente hace durante sus horas de trabajo, a qué dedica su tiempo. Y esto empezará a tener consecuencias que nos irán llevando de capítulo en capítulo de la mano de Mark.

El diseño de producción y la fotografía son geniales para una obra de ciencia-ficción: planos simétricos que transmiten control, medida y ciencia; mucho blanco, dando una sensación de pulcritud demasiado inquietante; y unos jefes de esos en los que no confiaría nadie, pero que siempre llevan una falsa sonrisa en el rostro. Todo limpio y ordenado por fuera pero que parece lleno de engaños y mentiras en el interior.

La banda sonora tampoco se queda atrás pues logra sonorizar la tensión y el desconcierto que envuelven a toda la serie. El guión es bueno también, y las interpretaciones dignas de una serie de esta ambientación (ahora bien, no falta la licencia a la ideología de género, una pena). En definitiva, es una serie que mantiene al espectador pegado a la pantalla queriendo saber qué pasa después. Su 2ª temporada ya está firmada desde abril.