Sinopsis
Una joven familia algo extraña se muda a un barrio decente de Madrid donde irá conociendo al resto de familias vecinas. Tenemos a una pareja que quiere adoptar por la esterilidad de la mujer, una madre de un niño con minusvalía mental y con el marido siempre de viajes de negocios, y otra familia compuesta por una madre (soltera o viuda, no se sabe) y una aupair que cuida de su bebé mientras ella trabaja. Las cuatro mujeres empezarán a entablar amistad a la vez que el oscuro pasado de una de ellas comienza a asomar. Nada es lo que parece.
Crítica
Buen comienzo, atmósfera acertada
Lo primero que debería resaltar de Sagrada Familia de Alfonso Caro (México, 1984) es que se trata de una primera temporada de ocho episodios de tan solo 35 minutos de duración cada uno. Este hecho juega claramente a favor de que finalmente resulte un producto bastante adictivo. Eso no se le puede negar, pues engancha sobremanera en ciertos puntos del metraje general.
A esta evidencia se suma que al principio uno no entiende absolutamente nada, y dado el gran ambiente de tensión que se sufre, haces por entenderlo. Solo basta con poner el siguiente episodio, y después el otro, y así sucesivamente. Recordemos que esto es Netflix. Además, por si fuera poco, la línea tonal de la serie es sobre todo inquietante, con un género de intriga muy marcado y en ocasiones perturbador. El plato está servido.
Mala premisa y peor ejecución
Este mismo suspense marca el tempo de la primera temporada (deben confirmar la continuidad de la serie con una segunda). Y esto es genial, porque la atmósfera es agónica y, como he señalado, tantas veces siniestra. El problema llega cuando este canal o medio, que es fantástico, no está respaldado por la premisa ni el desarrollo de la misma idea, que no es otra que desarmar todas las formas de maternidad.
Primeramente porque se plantea de forma equivocada y la hipótesis es desacertada, pues las madres que salen no hacen lo que hacen por ser madres, por ese supuesto endogámico cordón afectivo con los hijos, sino que precisamente esa ligazón emocional hace de puente y quizá potenciador de vicios propios y anteriores. No son madres confundidas, sino mujeres confundidas que por casualidad son madres. Ciertamente nos encontramos con un error grave, pues el vacío se presenta en la propuesta argumental, elemento básico que denota bajo el nivel del producto.
Después ya podemos abrir otro melón de debate sobre la idoneidad de la proposición de fondo que, a mi parecer, rompe en pedazos el termómetro moral. Nunca ha terminado de convencerme la presentación que el director hace de la maternidad, queriendo desarmar su pureza y conveniencia naturales a través de una visión torcida y turbada, que retrata en la serie a través de figuras de todo deformadas que ejercitan su día a día con decisiones injustificadas, ni en el guion ni en la realidad. Yo no conozco madres así.
Pobres personajes e interpretaciones
Al problema estructural mencionado anteriormente se suma un conjunto de personajes levemente construidos y superficialmente evolucionados en sus arcos narrativos a lo largo de los ocho capítulos. El primer pilar resquebrajado es el de las figuras que se introducen en tramas secundarias totalmente inconexas con la historia principal, que incluso aportan poco y no avanzan.
La segunda base agrietada corresponde a los principales: el de Najwa Nimri termina por ser una figura alejada de todo sentido común o siquiera un desarrollo lógico de su personalidad y contexto; el de Macarena Gómez acaba siendo un vacío existencial; y el de Alba Flores, aunque personaje algo absurdo, se salva porque se nota que la actriz se gusta con el mismo, uno bien distinto a lo que hemos visto de ella hasta ahora. Eso sí, ese acento ruso que se lo hagan mirar.
Es cierto que a esta realidad tampoco ayuda que el nivel interpretativo del elenco sea bastante deficiente, salvando a Nimri (aunque ya me resulta algo repetitiva) y Flores, que demuestra algo de nivel fuera de su zona de confort habitual. He leído por ahí que ha sido la comprobación de una masterclass interpretativa, y sinceramente no lo entiendo, pues las actuaciones en general me han resultado poco creíbles y realmente forzadas, siempre acompañadas, eso sí, por una puesta en escena del todo innatural.
Es una verdadera lástima, porque el director y guionista tenía entre manos el material para hacer algo destacable, al margen de solo generar adicción (me recuerda al despropósito en el que se convirtió La Casa de Papel). Sí, podrá batir todos los récords que quiera, pero poco tiene que ver eso con la solidez del producto. No miento si digo que el primer capítulo me generó bastante interés, pero todo terminó por ser un bucle de tramas y personajes sin sentido. Y lo que es peor, un thriller potencial convertido en una lastimosa demostración de una mala praxis maternal de serie que no existe.
Ficha técnica
- Título Original: Sagrada Familia
- Dirección: Manoro Caro
- Guión: Manolo Caro, Fernando Pérez, María Miranda
- País: España
- Año: 2022
- Duración: 35 min.
- Género: Drama de suspense sobre familia y maternidad
- Interpretación: Najwa Nimri, Alba Flores, Álex García, Macarena Gómez, Carla Campra, Iván Pellicer, Ella Kweku, Álvaro Rico, Laura Laprida, Gemma Solé, José Emilio Vera, Patricia García Quirós, Pol Hermoso
- Productora: Noc Noc Cinema, Netflix España
- Música: Lucas Vidal
- Fotografía: Pablo Díez
- Estreno en España: 14 de octubre de 2022