Asteroid City | La creatividad y el ingenio de Wes Anderson

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Asteroid City es una película diferente, ahí lo dejo como aviso a navegantes. Si estás buscando una producción al uso, lineal y fácilmente comprensible para el espectador, este no es tu filme. Ahora bien, si lo que estás buscando es un largometraje creativo a más no poder, con una preciosa, a la vez que imaginativa, fotografía; un guión preciso, rebuscado, inteligente y culto; unos actores y personajes fuera de lo ordinario, con un plantel de famosos que en pocas cintas se ha visto con anterioridad y sin dejar de lado tantos clichés e ideologías actuales, entonces esta sí es tu opción.

El aclamado y seguido director y guionista norteamericano Wes Anderson (Isla de perros, Gran Hotel Budapest) vuelve a volcar toda su creatividad y capacidad cinematográfica en su última película, estrenada nada más y nada menos que en el prestigioso Festival de Cannes. La dirección de actores que realiza es admirable pues consigue captar la atención del espectador tanto con los diálogos como con los silencios y miradas. Tom Hanks, Scarlett Johansson, Margot Robbie, Tilda Swinton, Adrien Brody, Edward Norton, Steve Carell (The Office), Willem Dafoe o un excelente Jason Schwartzman, son sólo algunos de los nombres que aparecen en la pantalla. Ante esto solamente queda disfrutar del viaje.

Ahora bien, como he comentado más arriba, no faltan los guiños a las ideologías más candentes: beso entre hombres, chicas empoderadas que rechazan ser llamadas princesas, caricatura de la religión cristiana, razas para dar y regalar que en aquellos años no eran tan representativas, y relaciones extramatrimoniales y algún desnudo, por comentar algunas. Vamos: nada nuevo bajo el sol. Aunque hay que decir que las utiliza como de pasada, no incide en ellas.

Mención especial se merecen tanto las actuaciones (quizá en algunos momentos algo forzadas), la fotografía (una absoluta delicia para los ojos), el montaje (creativo sin igual) y el guión (lleno de frases rápidas y con un vocabulario y lenguaje inteligente y muy, muy creativo). Directores como Wes Anderson son necesarios en la industria del cine pues, a pesar de los pesares, llevan la creatividad cinematográfica (sin caer en lo insulso sino todo lo contrario) al siguiente nivel, estimulando de esta manera la producción de obras cada vez más trabajadas y de calidad en vez de acudir al falso “gancho” de un guión precocinado y previsible.

Sé que no he hablado de la historia en sí (a la sinopsis me remito), pero es que en esta película es casi lo de menos. Es la forma, las palabras, las imágenes, los cambios de escena, etc. lo que la hacen recomendable, aunque repito, no para todos los públicos.