Según el creador del término, el profesor de psicología Gary Salomon, se puede definir la cineterapia como una forma de terapia o autoayuda que utiliza películas y vídeos como herramientas terapéuticas. La cineterapia puede ser así, un catalizador para la curación y el crecimiento personal de aquellos que están abiertos a aprender cómo las películas afectan a las personas y a visionarlas con conciencia, desarrollando la intuición, la inspiración, la liberación emocional o el alivio.
Sus posibilidades son innumerables, porque la imagen impacta en cada persona de un modo único e intransferible. Su riqueza radica ahí. En contacto con la imagen se produce una conmoción emocional, que puede tener un efecto catártico, de evasión o regreso, de reencuentro.
Como docente y arteterapeuta, considero interesante aproximarnos al cine desde las herramientas que nos ofrece la cineterapia. Podemos acercarnos a los protagonistas y resonar con ellos. Resonar, del latín resonare, significa hacer sonar una cosa. El fenómeno de la resonancia se produce cuando las ondas vibracionales de los cuerpos se equilibran y conectan, están en la misma frecuencia. Esa resonancia con lo que está pasando en la película, a sus actores y actrices, dice algo de mí, me interpela, me conmueve.
La cineterapia receptiva facilita que la visión de una película, corto o vídeo, a través de la resonancia, pueda ayudar a descubrirme, aprender y mejorar mi vida.
En los tiempos que nos ha tocado vivir, la cineterapia así entendida, nos ayudará a reconectar con los demás, con nosotros mismos, con nuestra dimensión más esencial y espiritual. Cuidaremos de este modo, la salud emocional, corporal, física y espiritual, a través del cine.
La cineterapia a través de “Soul” (Pete Docter y Kemp Powers, 2020)
Esta película de Disney-Pixar nos muestra un sinfín de propuestas para el crecimiento personal y el bienestar psicológico. Propongo puntos de partida para el trabajo, en grupo o en el aula.
Jazzear aparece como el nuevo verbo inventado por esta producción de Disney. Jazzear entendido como sinónimo de fluir, de improvisar, de estar en la vida como en una sesión de música jazz, donde hay espacio para el diálogo y la creatividad. Así jazzeando, nos invita a un viaje hacia el más allá y hacia el más atrás, en busca de nuevas oportunidades. Nos habla de recomenzar y de encontrar el sentido vital. Van ahí algunas propuestas que me sugiere la película. Como un cajón de sastre de donde ir sacando herramientas para el crecimiento personal y espiritual.
Aquí van algunos puntos destacados para el debate y la reflexión:
- La visita al Pabellón de la emoción, nos presenta el lugar de donde salen las distintas personalidades. Aquí se abre una línea de debate, ¿se nace con la personalidad o se hace?
- Los mentores, que ayudan a las nuevas almas a formar su personalidad, nos remiten quizás a las temidas “etiquetas”, y afirman sin cesar que deben buscar su chispa de la vida. Hay una apología en toda la película, de buscar el sentido vital. Sería como el contrapunto cinematográfico al libro El elemento, de Ken Robinson.
- Resaltar la importancia de las primeras experiencias vitales. El protagonista narra como el asistir a un concierto de jazz con su padre cambió su vida: “Ahí empezó todo, me enamoré del jazz”. Para él la canción será sólo una excusa para sacar lo que tiene dentro, expresar, jazzear, fluir, crear.
- La galería del tour: ver su vida en imágenes. Si pudiéramos ver nuestra vida expuesta en una galería, ¿qué contendría? ¿qué faltaría? ¿cómo dispondríamos los elementos? Este ejercicio nos llama a la toma de conciencia, a la exploración de nuestras fortalezas y debilidades y, a la vez, nos brinda el reto de seguir construyendo nuestro día a día.
- La galería del todo: en ella se contiene un sinfín de posibilidades para experimentar, para encontrar tu chispa, tu elemento. Esa búsqueda se plasmará en el insight, que es como “entrar en una nueva dimensión, un espacio entre lo físico y lo espiritual, como cuando te gusta mucho algo y te transporta a otro lugar”. El insight se manifiesta a menudo, en un destello en la mirada, fruto de diversas conexiones neuronales, que demuestran que estamos en nuestro elemento.
- Los Místicos sin fronteras, ayudan a las almas perdidas a encontrar su camino y volver a la tierra. Les invitan a conectar con su cuerpo terrenal, favoreciendo un estado meditativo para la conexión. Alertan de que las almas perdidas, cuando se convierten en una obsesión se desconectan de la vida. Vemos también aquí como el lenguaje crea la realidad: la joven 22 afirma en su desconexión vital: “no puedo, no tengo ninguna posibilidad, no tengo ningún propósito”. Repite así aquello que se le ha dicho anteriormente, estableciendo muros infranqueables en su estado mental, emocional, físico y espiritual. Educar en positivo facilita la consecución de las metas y da alas a la creatividad.
- La alumna de trombón, necesita que alguien la escuche realmente, una aprobación, una palabra de ánimo. Le apasiona tocar aunque diga que no, sus obras hablan más que las palabras. Es el grito callado de niños y adolescentes que claman por ser escuchados en profundidad y que se les dedique tiempo de calidad.
- El estribillo de fondo de la película es la llamada al descubrimiento de las pequeñas cosas de la vida…un trozo de pizza, un buen baño caliente, unos dulces, la corriente de aire en el metro, apreciar la música en directo, luces de la naturaleza, hojas que caen… “nunca me había sentido así”, afirma 22.
- La escena en la barbería nos habla de sueños, pasiones, decisiones, amor, escucha y apertura. “Nunca me habías preguntado sobre mi vida, pero me alegro de que hoy sí”. El barbero quería ser veterinario, pero ante la enfermedad de su hija se decantó por la barbería. Se siente un hombre feliz con todo lo que tiene, y siente que sirve y hace felices a los demás. Un chico entra a la barbería, encarnando el rol de persona tóxica, destructiva, que no aporta buenas vibraciones. El protagonista sabe detectar a tiempo el mensaje sutil que le transmite “me está criticando para tapar sus sueños fracasados”, para no dejarse intoxicar.
- Interesante metáfora que aparece después de actuar en el ansiado concierto, ya que el protagonista siente un vacío vital aun habiendo materializado su sueño. Esta metáfora le hace reflexionar: “Había una vez, un pez joven que estaba buscando un océano donde nadar, de pronto, se encontró un pez anciano y le preguntó, ¿sabe dónde está el océano? Y el anciano contestó, estás en él. A lo que el joven replicó Esto es agua, lo que yo busco es el océano” A veces buscamos y buscamos sin parar, idealizamos situaciones y la verdadera felicidad está a nuestro alcance, en las pequeñas cosas de la vida.
- Destacable la relación con su madre, que se muestra vulnerable y se abre en confidencia a su hijo ante el miedo a repetir errores del pasado. “Coser remienda el alma”. La metáfora del acto de coser nos habla de reparar, de recomenzar, de nuevas oportunidades, de experiencia, de transitar, sentir, vibrar.
- ¡He sacado mi yo interior: ¡he jazzeado! afirma 22. Y también nos dice: ¡quiero encontrar mi propósito! El piano será el receptor de los tesoros hallados por 22. Y así los coloca el protagonista encima del piano: valorar las cosas pequeñas, vivir. Tu chispa no es tu propósito, es vivir y se te da muy bien jazzear, ¡dar inspiración!
Dinámicas vivenciales:
- ¿Qué mensaje me ha transmitido la película?
- ¿Cuál es la pasión del profesor?
- ¿Cuál es la pasión de 22?
- Visualización guiada, cierra los ojos, conecta con tu respiración, piensa en ti hace ahora justo un año. ¿Qué imagen, palabra, dibujo te viene?
- Visualización guiada, cierra los ojos, conecta con tu respiración, piensa en ti ahora mismo. ¿Qué imagen, palabra, dibujo te viene?
- Visualización guiada, cierra los ojos, conecta con tu respiración, piensa en ti dentro de cinco años. ¿Qué imagen, palabra, dibujo te viene?
- ¿Te has sentido alguna vez “jazzeando”? ¿Cuándo? Puedes escribir un cuento de ese momento.
- Cierra los ojos y siente una imagen o palabra que te sugiere esta película.
- Busca o crea una canción que describa tu pasión en la vida.
- Entre todos los participantes se hará un mural con una lluvia de descubrimientos del grupo que se han obtenido en la propuesta de la actividad 8.