Sinopsis
Leonard Bernstein, compositor, director de orquesta, pianista y educador, fue el primer gran músico nacido en los Estados Unidos que obtuvo fama mundial. Célebre por haber dirigido la Orquesta Filarmónica de Nueva York, por sus Conciertos para jóvenes, por sus múltiples y famosas composiciones. Por hacer resurgir la música de Mahler, compositor al que admiraba apasionadamente.
En contra de lo que se podría esperar, el metraje no expone la relevancia de su obra -que sí constituye su excepcional banda sonora- sino que narra la turbulenta y difícil relación del gran músico con esposa la actriz chilena Felicia Montealegre. Maestro es honesto acerca de los grandes defectos y vicios de su personaje central. Aunque el matrimonio se mantuvo hasta el final de la vida de Felicia -por su amor, paciencia y capacidad de perdón- Berstein -aunque la amaba- siempre fue infiel a su esposa.
Crítica
Maestro | Grandeza y miseria de un genio
Maestro, la esperada película sobre uno de los mejores compositores de música de todos los tiempos, Leonard Bernstein, es una magistral y complicada filmación presentada por un no menos fascinante, e “irreconocible”, Bradley Cooper, que aquí ejerce de protagonista y estrella principal, coguionista (en colaboración con el gran escritor –Josh Singer), director y productor; trabajos que le confirman como un cineasta capital del actual cine de Hollywood.
Cooper vuelve a demostrar su interés por historias donde la música importa y la batuta del inigualable músico es de gran peso para esta ambiciosa filmación. Sorprende el guion argumental, que quizás esperábamos centrado en el proceso creativo del genio musical, construido a partir de su complicada historia de amor con la actriz Felicia Montealegre, mujer a la que sin duda amaba. Un amor que quiso hacer compatible con la inmensa atracción que sentía por hombres jóvenes. Berstein era un bisexual de voluble naturaleza, escasamente proclive a contener sus apetitos.
Y Cooper no quiere esconder nada. Al comienzo -diciembre de1943- la cinta nos presenta a un joven maestro recién levantado de la cama donde todavía dormita otro joven, la mañana que debuta como director de la gran Orquesta sinfónica de Nueva York. A lo largo de la película aparecen constantes escarceos amorosos de estas relaciones -presentadas con sobriedad y quizás con una cierta elegancia (Cooper respeta la distancia, casi los primeros planos, las escenas duras)- pero cansinos, que provocan en el espectador un cierto aburrimiento y quizás un rechazo de la grandeza del genio musical por su incoherencia, su doble vida y el sufrimiento que produjo en la, paradójicamente estupenda, familia que había formado.
Estamos ante la compleja historia de un hombre atrapado en múltiples contradicciones, con una personalidad marcada por un claroscuro existencial, atormentado por un miedo incontrolable a la soledad, por su permanente inconformismo profundamente narcisista y esclavo de sus adicciones. Parece que esta película no es para todo el mundo. Quizás estas contradicciones, y que no se trate propiamente de un biopic, sean razones por las que no ha tenido el éxito esperado por Nefflix.
Una puesta en escena de gran calidad
Esta magnífica filmación, con grandes valores cinematográficos, ofrece un magnífico paseo estético por el cine americano de la segunda mitad del siglo XX.
La primera parte, rodada en un deslumbrante blanco y negro -recuerda el “color brillante” de la Roma de Alfonso Cuarón-, es la época más alegre del compositor, época en que Berstein conoce a Felicia, la ilusión preside la relación de la pareja -siempre tormentosa- y la felicidad entra en sus vidas.
Una acertadísima fotografía de Matthew Libatique, extraordinario director de fotografía, con apabullantes planos y momentos muy emotivos, en los que regala preciosos travellings, amorosos besos a contraluz y veloces diálogos que logran capturar el romanticismo de los años de la inmediata postguerra. Presenta a un joven Berstein, pura energía creativa, con un ritmo de trabajo del que disfruta y una voz ligera y aguda, en contraposición de la voz grave y nasal que le caracterizará en épocas posteriores. En este momento solo le relaja su atracción por los hombres.
Cuando piensas que la filmación es una historia en blanco y negro, a medida que “pasan los años”, el nítido monocromo es reemplazado por colores vivos y por una estética sobresaturada de los años 70. Aparece el Thecnicolor. Los colores, con largas tomas y escenas más sórdidas y menos inocentes, distancian al espectador de los protagonistas y sitúan en una época diferente. Es la época en la que asoma la crisis, el matrimonio empieza a fracturarse y, con frecuencia, no viven juntos; la hija mayor hace preguntas de difícil respuesta.
Hay discusiones fuertes, violentas, desgarradas, sobre todo impacta la furiosa y desgarrada discusión entre Leonard y Felicia en la celebración del Día de Acción de Gracias, escena que capta profundamente al espectador, en una instantánea fascinante de su durísima y complicada relación. Felicia sabía la verdad sobre la sexualidad del compositor y de los amantes que frecuentaba, pero decidió casarse con él -“estoy dispuesta a aceptarte tal como eres”- y renunciar a todo por acompañarle y formar la pareja feliz que la sociedad de entonces reclamaba. Ella murió entre sus brazos en 1978. A pesar de todo, aquella unión en apariencia precaria, era sólida en sus cimientos.
¿Una carrera hacia los Oscar?
Es de esperar que tanto Bradley Cooper como Carey Mulligan -sus actuaciones son brillantes y dignas de ser reconocidas- sean nominados candidatos a los Oscar de la edición de 2024. El consagrado cineasta dirige un retrato impresionante -aunque desigual, un poco a bandazos como la misma película-, del extraordinario compositor.
Sin duda Cooper, impresionante en su papel, es el protagonista principal de la película. Su actuación y la personificación que consigue del gran compositor es inquietantemente exacta: pone en esta actuación todo lo que había aprendido sobre el músico casi desde niño “sobre el corazón y el alma” de Bernstein.
En cada momento del film, que se desarrolla en varias décadas, es absolutamente asombrosa y digna de contemplar su transformación constante en el gran gigante musical. Con un peinado y maquillaje espectaculares, el actor sabe ajustar el estilo para que su aspecto corresponda en cada momento a la edad de Berstein. Consigue captar su torrencial gesticulación, su increíble contorsionismo en el podio, sus candenciosos andares y esa voz grave y nasal que le fue caracterizando. Todo esto cobra especial fuerza cuando el metraje llega al final de la Sinfonía nº 2 de Mahler: durante más de cinco minutos, la cámara enfoca a Cooper dirigiendo, de modo asombroso, esta pieza musical.
Mulligan, por su parte, da vida a la heroína del metraje, la atormentada Felicia Montealegre. Cooper concede especial relevancia al personaje femenino interpretado, en esta ocasión, por una actriz extraordinaria que firma uno de los mejores y más difíciles papeles del año: el de una mujer quebradiza y resilente que, en el arco narrativo de la película, atraviesa tres fases afectivas notorias: auge, caída y resurrección. En ninguna de ellas le faltó el amor de su marido. Impacta su actuación capaz de proporcionar los momentos más dramáticos de la cinta. Destacan las escenas de contundentes discusiones con Leonard, discusiones llenas de dolor que se repiten cuando se va acercando el final. La paciencia y el amor de Felicia fueron el ancla de salvación de Leonard Bernstein.
Insuperable banda sonora
La banda sonora cuenta con grandes composiciones del genial músico, y de otros grandes compositores como Beethoven, Mahler o Lincoln Chase. Se trata de piezas geniales, conmovedoras, tan adecuadas a cada momento del metraje, que consiguen conmover y elevar el espíritu del asombrado espectador. Esta excelente selección y la forma gloriosa en que se utiliza la música, elemento clave de la película y estrella en sí misma, se convierte en sí misma en un homenaje a los grandes logros de Benstein.
El trabajo de mezcla de sonido y la utilización de las distintas composiciones es de una grandeza excepcional. El director de orquesta Yannick Nézet-Séguin, asesor de dirección musical, declaró que necesitaron mucha preparación y pocos trucos utilizados en Hollywood, para lograr el impactante efecto de la música. Fue un gran acierto contar, a lo largo de la filmación, con una orquesta de talla mundial y con un prestigioso coro siguiendo la batuta de Bradley Cooper.
Maestro rescata grandes éxitos de gran compositor, maravillosamente engarzados en el metraje, como West Side Story (en una escena preciosa y totalmente distinta a la del carismático baile de la legendaria película), On the Waterfront y su obra coral Mass. Presenta, con gran aciertom una recreación de su legendaria interpretación de Mahler en 1968 (el actor aprendió a dirigir una orquesta de verdad para esta escena, quizás la más importante de la película), que “casi hace volar el techo” de la Catedral de San Patricio de Nueva York.
Ficha técnica

- Título Original: Maestro
- Dirección: Bradley Cooper
- Guión: Josh Singer, Bradley Cooper
- País: EEUU
- Año: 2023
- Duración: 120 min min.
- Género: Drama biográfico
- Interpretación: Bradley Cooper, Carey Mulligan, Matt Bomer, Maya Hawke, Sarah Silverman
- Productora: Sikelia Productions, Amblin Entertainment, Netflix, Fred Berner Films, 22 & Indiana Pictures. Distribuye Netflix
- Música: Leonard Bernstein
- Fotografía: Matthew Libatique
- Estreno en España: 20 de diciembre 2023