Las familias están preocupadas por los contenidos de los audiovisuales que pueden verse en el propio hogar. Es bien sabido que lo visionado afecta a todas las personas, en unos casos para elevarlas, en otros para degradarlas. Pueden mejorar o manchar. Ello se da en cualquier edad y situación, nadie queda al margen, pero la influencia de cuanto se ve y se oye a través del cine es mucho mayor sobre los niños y jóvenes. Por ello, para proteger a sus hijos, para educarlos adecuadamente, muchos padres asumen que es necesario adoptar cautelas ante películas, series, etc.
Es más que evidente que en casi todas las programaciones de cadenas televisivas, en las películas y series, en los contenidos de las plataformas, hay exceso de sexo -en muchos casos tan explícito que llega a extremos brutales-, y también de violencia, lenguaje agresivo innecesario, promoción ideológica claramente hostil a los valores familiares, etc.
Muchos padres se cuestionan cómo actuar ante esta situación. Lo hacen de entrada con la selección de los films, series… que pretenden ver en casa. Ello exige descartar claramente los que consideran perniciosos. Pero, de un lado, no siempre se dispone de información suficiente y solvente, y, de otro, muchos films no son en conjunto negativos e incluso no pocos tienen suficiente valor tanto como entretenimiento como por su contenido que podrían verse en familia, o verlos los hijos, pero en muchísimos de aquellos hay alguna o varias escenas, imágenes o secuencias inadecuadas que muchos padres desearían que se eliminaran. Para ayudar a que puedan hacerlo, Methos Media ha creado la plataforma-filtro Klinema, una herramienta para tener el control de los films que se ven en casa.
Como explica el director de Klinema, Miguel Fernández Basturén, es un proyecto pionero en España cuyo objetivo es disponer de “contenidos saludables”, eliminando aquellas secuencias, escenas o audios que se consideran inconvenientes. Disponer de ello evita “sorpresas” a los padres, que pensaban que estaría muy bien ver una película que alguien les había recomendado o de la que habían leído o escuchado una crítica elogiosa, pero al visionarla en familia se encuentran con escenas que les asustan o incomodan porque pueden dañar a sus hijos. Esto es lo que evita la aplicación de Klinema. Este filtro es, por tanto, un instrumento orientado a defender y promover los valores familiares enlazando con los principios que los padres desean para la formación de sus hijos.
Los filtros que utilizan están estructurados en tres niveles, de forma que cada usuario pueda escoger hasta qué grado desea “filtrar”. El nivel 1 limita incluso las escenas ligeramente eróticas; el 2, los niveles sexuales mucho más explícitos, y el 3 las escenas muy eróticas junto a aspectos de violencia sangrienta y blasfemias.
Miguel Fernández Basturén ha explicado en las presentaciones de Klinema que ésta no accede a los contenidos ofrecidos en las plataformas, ni los corta. Las películas están en la correspondiente plataforma de streaming (Netflix, HBO, Movistar, Prime Video, A Contracorriente, Filmin, Google Play, Rakuten…), al cual cada usuario está suscrito, pero si éste accede a ellas a través Klinema al pasar el film se “salta” las escenas consideradas negativas, las que se desea excluir. Es decir, Klinema actúa como mando a distancia, siguiendo la instrucción que ha dado la persona que ha contratado el servicio.
Podría deducirse que aplicarlo limita ver películas, pero los directivos de Klinema consideran que es precisamente lo contrario, ya que muchos padres de familia que en estos momentos no se atreven a poner muchas de las películas con sus hijos o para éstos ante el peligro de encontrarse con “sustos desagradables”, podrán hacerlo con tranquilidad si se suscriben a Klinema.
Por el momento, según informó Miguel Fernández, ya tienen unas 2.000 películas, series y documentales que han visto y “filtrado”, y su número sigue creciendo. Además, dan recomendaciones sobre films.
La suscripción a Klinema tiene un coste de 24 euros al año.