Sinopsis
En Kivu (República Democrática del Congo), una de las zonas más violentas del mundo, un grupo de mujeres llega hasta el Hospital de Panzi después de haber sido violadas en grupo por las guerrillas de la zona que dominan los recursos minerales. Su tratamiento psicológico antes de la reinserción las enfrenta al dilema de aceptar a los bebés que han dado a luz tras las violaciones, encontrando en la cuestión de la maternidad una manera de resistir.
Crítica
Semillas de Kivu | Flagelo y esperanza
Poco se encuentra uno con relatos impecables como Semillas de Kivu, un corto documental de eminente vocación correctiva que nos sitúa en el conflicto del Congo para apelar a la conciencia sobre el segundo mayor genocidio de la historia. Un flagelo con las mujeres como abanderadas.
Es imposible salir de este tipo de visionados igual que como se entró. Los directores Carlos Valle y Nestor López se jugaron el cuello grabando en tierra manchada de sangre por unas guerrillas que nunca terminan. Ciertamente, los periódicos más influyentes del mundo prefieren sacar rédito informativo con guerras, siempre terribles, como las de occidente, una desvirtuada profesión editorial que deja en el olvido la crudeza de otras como esta. No es nada nuevo, ya nos lo han contado, y aún así se invisibiliza. Siendo periodista, algo sé de esto.
Durísimo es el testimonio de este corto candidato al Goya, inaudito que persista la acumulación de muertos estos lugares. Por eso el trabajo detrás del documental es tan libre y valiente como fascinante. Menos de 30 minutos con el cuerpo congelado observando qué nos cuenta el doctor Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz por su trabajo con las mujeres violadas de las formas más atroces a perpetuidad generacional. Las palabras del ginecólogo, que ha visto su vida atentada infinidad de veces, se entremezcla tierna y duramente con el grito acallado de las víctimas.
Pero voy más allá. Lo realmente virtuoso de Semillas de Kivu no es retratar el clamor con naturaleza reportera, sino reflejar con absoluta fidelidad la vida que florece entre la muerte y el desprecio internacional. Como bien dice Mukwege, más terrorífico que las armas convencionales es el sistemático quebrantamiento de las mujeres nativas, pretendiendo extirparlas de su tierra para explotarla como más les conviene. El asunto de los recursos naturales y las corporaciones instaladas está ahí, es evidente, pero más interesante me parece esta parte del discurso. Bien sabemos que las mujeres son, precisamente, esas semillas de Kivu, a las que se ha arrebatado su connatural derecho a la felicidad, y sin embargo, con una fuerza vital insuperable, resisten sin victimismo y cambian la justicia privada por el regalo de su futuro acompañadas.
¿De quién? Primeramente del resto de mujeres sufrientes, cual familia involuntaria, y después de las crías que han decidido amar. Esta es la mayor prueba de vida y, perdonadme por mi insistencia, una propicia lección para la sociedad occidental, aburguesada en su complaciente imbecilidad postmoderna. Ahí sí se cumple que «los hijos son como flechas», es para ellas la prueba viviente de unas heridas que han preferido iluminar. Qué difícil.
Cuánto fuego reproduce Semillas de Kivu, un corto documental urgido de ser visto por todos.
Ficha técnica
- Título Original: Semillas de Kivu
- Dirección: Néstor López, Carlos Valle Casas
- Guión: Teresa Bellón, Néstor López
- País: España
- Año: 2024
- Duración: 29 min.
- Género: Documental, guerra, abusos
- Productora: Auntie Films, Filmakers Monkeys
- Música: Arturo Cardelús
- Fotografía: Pablo D. Solas
- Estreno en España: 8 de noviembre de 2024