– Volver –
Dirección y guión: Pedro Almodóvar. País: España. Año: 2006. Duración: 110 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Penélope Cruz (Raimunda), Carmen Maura (Abuela Irene), Lola Dueñas (Sole), Blanca Portillo (Agustina), Yohana Cobo (Paula), Chus Lampreave (Tía Paula), María Isabel Díaz (Regina), Neus Sanz, Pepa Aniorte, Yolanda Ramos, Antonio de la Torre, Carlos Blanco. Producción: Esther García. Música: Alberto Iglesias. Fotografía: José Luis Alcaine. Montaje: José Salcedo. Estreno en España: 17 Marzo 2006. |
SINOPSIS
Madrid. Ahora. Raimunda (Penélope Cruz) es una madre joven, emprendedora y muy atracti-va, con un marido en el paro y una hija en ple-na adolescencia. La economía familiar es muy precaria, por lo que Raimunda tiene varios tra-bajos. Es una mujer muy fuerte, una luchadora nata, pero a la vez muy frágil emocionalmente. Desde su infancia guarda en silencio un terrible secreto. Su hermana Sole (Lola Dueñas) es un poco ma-yor. Su marido la abandonó y desde entonces vive sola. Un domin-go primaveral, Sole llama a Raimunda para decirle que la Agustina (Blanca Portillo), una vecina del pueblo, le ha comunicado por telé-fono que su tía Paula (Chus Lampreave) ha muerto. Raimunda ado-raba a su tía, pero no puede ir al entierro porque momentos antes de recibir la llamada de su hermana ha encontrado a su marido muerto en la cocina, con un cuchillo clavado en el pecho. Su hija le confiesa que lo ha matado ella porque el padre, borracho, la acosó insistentemente. A regañadientes, Sole se desplaza sola al pueblo. Entre las mujeres que la acompañan en el duelo escucha rumores de que su madre (que murió en un incendio con su padre) volvió del otro mundo para cuidar en los últimos años a su tía Paula, que es-taba enferma. Las vecinas hablan con naturalidad del "fantasma" de la madre (Carmen Maura). Cuando Sole vuelve a Madrid, después de aparcar su coche, escucha unos ruidos procedentes del malete-ro. Sole lo abre y allí encuentra, rodeada de bolsas, al fantasma de su madre. Sole no tiene otra opción que convivir con el fantasma materno e integrarlo en el trabajo de la peluquería. Por su parte, Raimunda sólo le comenta que Paco, su marido, las ha dejado y que intuye que no volverá. En realidad está tratando de desembara-zarse del cadáver. Lo insostenible se convierte en cotidiano, cada cual por su lado, las dos hermanas emprenden una huida hacia adelante, sobreviviendo a situaciones muy tensas, melodramáticas, cómicas y también muy emocionantes. Ambas mujeres las solu-cionan a base de descaro y mintiendo sin la menor contención. "Volver" es una historia de supervivencia. Todos los personajes lu-chan por sobrevivir, incluso el fantasma de la abuela.
CRíTICAS
El regreso de almodóvar
Por J. M. Caparrós Lera
Volver es un nuevo culebrón del más famoso cineasta del posfranquismo, que acaba de ser reconocido en el Festival de Cannes.
Sin duda, Pedro Almodóvar –antiguo representante de la “movida” madrileña del posfranquismo– es el más popular cineasta de la democracia. Tras recibir el Premio “Príncipe de Asturias” de las Artes, su última película ha sido galardonada al Mejor guión original en el pasado Festival de Cannes. Poco antes, la Cinemateca Francesa le había dedicado una exposición-homenaje.
Volver (2006) es una obra mucho más madura y comedida que sus anteriores, la cual retoma el estilo que le hiciera famoso hace más de dos décadas: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), también con Carmen Maura como protagonista. Ahora, Almodóvar (con sendos Oscar en su haber, por Todo sobre mi madre y Hable con ella ) abandona la estética gay y el desmadre a que nos tiene acostumbrados, para ofrecer un homenaje al mundo que le vio nacer: sus recuerdos en un lugar de La Mancha. Así explicó su voluntad de expresión: “ Volver es un título que incluye varias vueltas, para mí. He vuelto, un poco más, a la comedia. He vuelto al universo femenino, a La Mancha… He vuelto a la maternidad, como origen de la vida y de la ficción. Y naturalmente, he vuelto a mi madre. Volver a La Mancha es siempre volver al seno materno”. Ciertamente, Volver es un filme algo autobiográfico, que le ha servido a su autor para exorcizarse un tanto, ya que además de homenajear a su madre –como ya hiciera en La flor de mi secreto (1995)– hoy fallecida, evoca recuerdos y retrata la idiosincrasia de su tierra.
La verdad es que este último filme resulta muy ambicioso y presenta algunas de las preocupaciones de su obra. Cabe de nuevo volver –parangonando el título– a lo que manifiesta el propio Almodóvar: “Tengo la impresión, y espero que no sea un sentimiento pasajero, de que he conseguido encajar una pieza (cuyo desajuste, a lo largo de mi vida me ha provocado mucho dolor y mucha ansiedad, diría incluso que en los últimos años ha deteriorado mi existencia, dramatizándola más de la cuenta). La pieza a la que me refiero es ‘la muerte’ (no sólo la mía y la de mis seres queridos, sino la desaparición implacable de todo lo que está vivo). Nunca lo he aceptado, ni lo he entendido. Y eso te pone en una situación angustiosa ante el cada vez más rápido paso del tiempo”.
Aun así, Volver sabe a otro culebrón made in Almodóvar, con un toque de costumbrismo que el cineasta manchego denomina naturalismo surreal. Con alguna ligera concesión de cara a la galería –la obscenidad aquí está más sugerida que mostrada–, posee algunos momentos de notable categoría creadora, especialmente la interpretación de Carmen Maura –que recupera después de 17 años– y de las otras “chicas Almodóvar”: Penélope Cruz como Raimunda –mucho mejor que en su aventura hollywoodiense–, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Johana Cobo y la veterana Chus Lampeave, también premiadas en Cannes’06. Dos secuencias destacan sobremanera: el velatorio en el pueblo y la crítica a los programas de Reality Show ; esa telebasura que vapulea con razón, si bien antaño él mismo cultivó.
Pero a Almodóvar –como ha dicho más de un crítico– le falla el acabado de su filme: las secuencias dobladas al estilo enlatado de José Luis Garci –se nota en los labiales de las actrices, sobre todo al principio del relato–, o la actuación musical de Penélope Cruz imitando a Estrella Morente en su versión del tango Volver con la frente marchita .
Asimismo, el tono de comedia dramática –como también la ha calificado el propio director– posee momentos brillantes, que provoca la hilaridad del público, y otros que se hacen poco verosímiles en la evolución psicológica de los personajes, no siempre creíbles en su actuación. Eso rompe un tanto la dramaturgia de la historia –incluso con el engaño de un fantasma que no es tal–, pero logra hacer entrañable una narración que posiblemente gustará más a las mujeres, ya que los hombres quedan muy vapuleados (en este caso, violadores de sus propias hijas).
La pasión de Almodóvar por el melodrama –como mejor cabría calificar a este filme, para mí bastante superficial– se manifiesta en la música de Alberto Iglesias, que retoma el tema de una zarzuela que cantaba su madre en el río ( La rosa del azafrán ) –en ese escenario en que Raimunda, sin remordimiento alguno, entierra a su marido– y que incluye en los títulos de crédito. No obstante, la película adolece de cierta frialdad, ya que el espectador la ve un poco desde fuera, aunque quizá no saldrá de la sala del todo insatisfecho. Por tanto, Pedro Almodóvar no sólo ha revalidado su éxito, sino que el cine español obtendrá un gran aumento de recaudación durante el presente año.
El Jurado del Premio “Príncipe de Asturias”, parangonando a una de sus más celebradas películas, destacó “la integración de sus raíces en la sociedad de un planeta al borde de un ataque de nervios”. Con todo, muchos ciudadanos españoles no se sienten demasiado identificados ni reflejados en su universo personal. Aún le falta conquistar al gran público de su país. Acaso porque nadie es profeta en su tierra .