Dirección: Bryan Singer. País: USA. Año: 2008. Duración: 120 min. Género: Drama, thriller. Interpretación: Tom Cruise, Kenneth Branagh, Bill Nighy, Tom Wilkinson, Carice Van Houten, Eddie Izzard, Christian Berkel, Thomas Kretschmann, Terence Stamp, Jamie Parker. Guión: Christopher McQuarrie y Nathan Alexander. Producción: Bryan Singer, Christopher McQuarrie y Gilbert Adler. Música: John Ottman. Fotografía: Newton Thomas Sigel. Montaje: John Ottman. Diseño de producción: Lilly Kilvert y Patrick Lumb. Vestuario: Joanna Johnston. Estreno en España: 30 Enero 2009. |
SINOPSIS
Un orgulloso militar, el coronel Claus von Stauffenberg es un leal oficial que sirve a su país con la esperanza de que algún día alguien encuentre la forma de parar a Hitler antes de que Europa y Alemania sean destruidas. Dándose cuenta de que el tiempo se está acabando, decide entrar en acción él mismo y unirse a la resistencia alemana. Armado con una estrategia ingeniosa para usar el propio plan de emergencia de Hitler-conocido como Operación Valkiria- estos hombres planean asesinar al dictador y derrocar su gobierno nazi desde dentro.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, La Gaceta]
Desde hace años, unas cuantas películas han vuelto a recordar la oposición al nazismo dentro de Alemania. Así, en 1993, Rebeldes del swing, de Thomas Carter, homenajeaba a un grupo de jóvenes aficionados a la música estadounidense que lucharon contra los nazis. Diez años después, en su tendenciosa Amén, Costa-Gavras afrontaba el tema desde una perspectiva pro comunista y anticatólica, que daba vuelos a la leyenda negra sobre la actitud de Pío XII. Este enfoque parcial fue rectificado en 2005 por Marc Rothemund en su excelente película Sophie Scholl, en torno a La Rosa Blanca, el movimiento universitario de resistencia pasiva al Tercer Reich, que impulsaron jóvenes católicos y luteranos. En esta misma línea se sitúa ahora Valkiria, que recrea el más ambicioso de los quince intentos de asesinato que sufrió Hitler, algunos recreados en películas como Rommel, el Zorro del Desierto (1951), de Henry Hathaway, o La noche de los generales (1967), de Anatole Litvak.
La acción de Valkiria comienza en 1943, en el norte de África. Allí es gravemente herido el prestigioso coronel alemán Claus von Stauffenberg, un militar aristócrata, patriota y católico, que ya por entonces consideraba a Adolf Hitler un cáncer para Alemania y un asesino loco. Instalado en Alemania, donde se repone de la pérdida de un ojo, la mano derecha y varios dedos de la izquierda, Von Stauffenberg comienza a organizar una conspiración para asesinar al Führer y poner en marcha la secreta Operación Valkiria, prevista por el propio Hitler para movilizar a los reservistas y establecer un gobierno provisional en caso de que él mismo muriera. El audaz golpe de Estado, previsto para el 20 de julio de 1944, implica a numerosos políticos y militares de alto rango, y pasa por matar al Führer en la misma Guarida del Lobo, su potente búnker en el cuartel de Ratensburg.
Quizá por un excesivo afán de fidelidad a la historia real, al guión de Nathan Alexander y Christopher McQuarrie le falta a ratos la intensidad narrativa, dramática y hasta moral que sí tiene el poderoso arranque. Y también se echa en falta un análisis más nítido de las motivaciones profundas —también religiosas y familiares— de los conspiradores, que sólo se apuntan fragmentariamente. Y, en todo caso, a la puesta en escena de Bryan Singer le falta a menudo la personalidad y fluidez que sí mostró en películas como Sospechosos habituales, X-Men o Superman Returns, e incluso cae puntualmente en un frío academicismo.
En cualquier caso, el argumento tiene mucho interés histórico, dramático y ético; además, está narrado con claridad y sentido de la intriga, y depara unas cuantas secuencias de gran intensidad emocional, gracias también a la magnífica ambientación, a la épica partitura de John Ottman y a las excelentes interpretaciones de todos los actores, y especialmente de Tom Cruise, que vuelve a demostrar su profesionalidad. De modo que, aunque quizá no alcance el nivel esperado, Valkiria resulta una notable película, entretenida, ponderada y profunda, muy por encima de la media.
El coronel Stauffenberg es un orgulloso militar y leal oficial que ama a su patria, pero que ve con horror cómo la ascensión de Hitler ha desencadenado la Segunda Guerra mundial. Mientras continúa con su carrera militar, espera que alguien encuentre la manera de detener a Hitler antes de que Europa y Alemania queden destrozadas. Pero al darse cuenta de que el tiempo se agota, Stauffenberg decide que debe pasar a la acción y, en 1942, intenta persuadir a los comandantes de más experiencia del frente oriental para enfrentarse y derrocar a Hitler. Después, en 1943, y mientras se recupera de las heridas sufridas en combate, Stauffenberg se une a la Resistencia Alemana, una antigua conspiración civil anti-Hitler compuesta por hombres ocultos en los máximos cargos del poder. Este grupo conspiró para asesinar al dictador y derrocar al gobierno nazi, empleando la ingeniosa estrategia de utilizar el propio plan de emergencia de Hitler para estabilizar el gobierno en caso de su fallecimiento (la Operación Valkiria), pero eliminando en su lugar a los que estaban en el poder y paralizando el régimen hitleriano.
Fue McQuarrie, el guionista de “Sospechoso habituales ” (película que dirigió el mismo Singer, también director de “House”, “Superman returns” y las dos primeras “X-men”), quien empezó a investigar en estos hechos reales para promover su traslación a la gran pantalla. De hecho, McQuarrie y Alexander desarrollaron una curiosa táctica en la concepción del guión. Mientras uno preparó un borrador plenamente histórico, el otro confeccionó un libreto liderado por el efecto dramático. La interacción entre ambos dio como resultado la película, para la cual se tuvo que comprimir el tiempo real así como muchos personajes.
Rodada en Alemania, en ella se buscaron los emplazamientos de los propios hechos reales, como por ejemplo Benderblock, donde está el monumento a la Resistencia alemana. Además, Bryan Singer ha contado con su habitual director de fotografía Newton Thomas Sigel para conseguir la atmósfera del momento, cargada de tensión.
Y lo que no se puede negar es que la película atrapa de principio a fin, a pesar de contar con un final conocido por todos. Pero aquí Singer, un maestro del entretenimiento del gran público, ha sabido convertir un hecho histórico –poco conocido pero de gran relevancia- en un hecho narrado con ritmo, intensidad y contenido, para que llegue a un amplio abanico de espectadores.
Por otra parte, el trabajo de los actores en su conjunto es convincente en su retrato de un auténtico patriotismo y lealtad a Alemania. A pesar de que no todas las decisiones que tomaron algunos de ellos en los últimos momentos fueron las más positivas, en la película también resuenan otros valores como el amor a la familia y cierto sentido de la trascendencia auténtica, que contrasta con el perverso uso que Hitler hace de la palabra Providencia.
[Victor Alvarado, director y presentador de “Directo a las Estrellas” en Cadena Radio Murcia]
En los últimos años, el cine alemán se ha caracterizado por contar la historia de su país desde diversos puntos de vista, mostrando sus luces y sus sombras con la objetividad de la que adolece nuestro cine. En esta ocasión lo ha tenido más fácil porque esta coproducción estadounidense-alemana narra las aventuras y desventuras de un grupúsculo de personas, que arriesgaron la vida, para evitar la destrucción de Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
El argumento es el siguiente: Claus von Stauffenberg es un coronel destinado a combatir en el frente africano, conocido como El Deutsches Afrika Corp, por sus diferencias con miembros del aparato nazi. A su regreso a Berlín es reclutado por el general Olbricht para participar en una conspiración contra el Führer, utilizando la Operación Walkiria, que resumiendo, consistía en movilizar al ejército de la reserva con la finalidad de dar un golpe de estado que permitiera acabar con el Partido Nacional Socialista.
Tom Cruise representa al coronel Stauffenberg. Su interpretación es magnífica. La bella actriz holandesa, Carice van Houten, cuya aparición es breve, pero bastante oportuna, si se quiere comprender el drama que vive la pareja protagonista. Los secundarios están espléndidos. Se trata de actores ingleses, aunque parecen auténticos teutones. Sin duda, la impecable estética de los uniformes alemanes mejora sus buenas actuaciones. La narración deja entrever la lealtad de la secretaria del golpista y del teniente Werner von Haeften que se contrapone a la ambigüedad del General Erich Fromm, excelentemente interpretada por Tom Wilkinson.
En líneas generales, se puede decir que Bryan Singer es un gran director, aunque los críticos coinciden en elogiar su ópera prima” Sospechosos habituales” (1994). El realizador americano cuenta la historia de un modo especial, capaz de atrapar a cualquier aficionado al cine por experimentado que sea. Aun conociendo como termina la historia, se llega a creer que el objetivo es posible. Sobre todo, por la maestría con la que está montada la película y por la gran banda sonora que la complementa.
Seguramente, algunos lectores se preguntarán qué se puede destacar de la cinta. Lo mejor es el planteamiento inicial en el que un grupo de personas con buena posición social y de un buen nivel cultural; y detractores de las malas artes de la política nazi debaten sobre la posibilidad de cometer un magnicidio. También resulta interesante, el dilema moral que supuso, al grupo de cristianos católicos y luteranos practicantes, atentar contra la vida de cualquier ser humano.
Esta parte de esta obra del celuloide hubiese necesitado un mayor desarrollo. Probablemente, habrá sido recortada por Tom Cruise coherente con su pertenencia a la secta de la Cienciología. Como dato curioso, uno de los hijos del coronel Stauffenberg, pensaba que el actor no era la persona ideal para representar a su padre, un hombre de fuerte convicciones católicas, y por lo tanto opuestas a los valores propuestos por la Iglesia de la Cienciología. De todas formas, hay que reconocerle a este actor el interés por contar este episodio del siglo XX que si se hubiese conseguido, hubiera salvado muchas vidas y hubiera cambiado el rumbo de la historia. Además, los buenos aficionados a los sucesos históricos le agradecemos que no haya eliminado ciertas escenas esenciales, que nos permiten comprender los ideales de los personajes.
A lo largo del largometraje aparecen dos secuencias que resultan claves para comprender los pensamientos que rigen a los protagonistas. En la primera de las escenas descubrimos a un Tom Cruise con el torso desnudo, mostrando una cadena de la que cuelga una alianza y un crucifijo. Por otra parte, la escena de la catedral desprovista de la cúpula por los bombardeos junto con la sencilla plegaria, mirando hacia el cielo, explica el profundo vínculo que une a ese grupo de valientes que se jugaron literalmente la vida.
En contra posición con lo positivo, la prensa española ha sido muy dura con Valkiria porque perciben una gran carencia dramática y la consideran muy fría. No obstante, se divisa cierta humanidad del protagonista en el momento crucial de la película, donde el actor principal se preocupa por su familia.
Conclusión, nos encontramos con un filme vibrante, muy bien documentado, que apunta una serie de temas dignos de una tertulia histórico-cinematográfica.
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la actuacion de tom cruise a mi parecer fue excelente, el drama toma un toque frio que se le da a un hombre bueno como fue el coronel que al ver las tiranias y horrores de hitler decide porner en riesgo su vida, por su patria, familia y por el futuro de toda alemania. sin duda un hombre exepcional….bien interpretado por tom cruise