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Título original: Five minutes of Heaven. |
SINOPSIS
Lurgan, Irlanda del Norte, 1975. Alistair Little, de 16 años, es el líder de una célula UVF (Fuerza Voluntaria del Ulster) impaciente por derramar sangre. Él y su cuadrilla reciben el visto bueno para matar a un joven católico, James Griffin. Cuando se perpetra el golpe, Joe Griffen de 11 años ve con horror cómo muere su hermano. Treinta años más tarde, Joe Griffen y Alistair deben encontrarse, ante las cámaras, de cara a una reconciliación. Alistair ha cumplido su condena, y la paz se ha establecido en Irlanda del Norte, pero Joe Griffin tiene otros planes en mente.
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CRÍTICAS
[Enrique Chuvieco, Pantalla 90]
Podría haber llegado a ser el «reality show» más espectacular de todas las televisiones y con todas las papeletas para venderlo a las cadenas de todo el mundo, pero los dos hombres transpiraban tanto miedo y rencor que aquella puerta que los separaba se convertía en acero infranqueable.
Belfast, octubre de 1975 en pleno conflicto entre católicos y protestantes en el Ulster, cuatro adolescentes salen de «caza» para obtener el beneplácito de sus mayores. A sus 16 años Alistair Little destila ansiedad mientras temblorosamente carga su revólver en solitario y se dirige a su cuadrilla con voz forzosamente atrevida, la de quien intenta ser un líder, para ultimar el plan. Es la primera vez que va a disparar a un hombre. Su víctima es el católico James Griffin que espera ignorantemente sentado ante la televisión de su casa, hasta que varios proyectiles a quemarropa taladran su cuerpo y tiñen de rojo la estancia. Little, encapuchado, ha hecho su trabajo mientras recibe la mirada aterida de un niño maniatado por el miedo: Joe Griffin.
Sin concesiones sentimentales, sin atajos bobalicones al uso, el director alemán Oliver Hirschbiegel («El hundimiento«, «El experimento«, «La invasión«) nos cuenta en «Cinco minutos de gloria» una historia verdadera sobre el dolor y el rencor que anidan en los corazones humanos cuando cruzamos la línea que conduce a nuestro propio infierno, por el cual «el paso de los años se hace cada vez más pesado», nos preguntamos «cómo superar cada día» y nos vemos condenados a «seguir adelante con trampas».
Little (Liam Neeson) dirá esto pasados los años e intentará enfrentarse ante las cámaras con los ojos de aquel niño, ahora hombre (James Nesbitt), que vieron el crimen de su hermano sin hacer nada y con el más amargo reproche que podía recibir y que le acompañaría en su vida. Pero toda la formalidad impuesta por los focos, los consejos «sensatos» e interesadamente equilibrados de directores, presentadores y «manager» clamando por «verdad y reconciliación» serán insuficientes para contener el drama de los dos hombres, tan antiguo como el mundo.
Había que apostar más, ir hasta el final. Aquel espectáculo mediático era banal porque después de hacer la comedia «lo que pasa después la gente no lo cuenta» y se lo come un solitario hombre roto en la desnudez de un apartamento funcional. Era el día a día de Little, un martilleo que no paraba ni en los momentos en que dirigía la terapia para recuperar a otros del mismo pozo, pero ineficaz para él mismo.
«Cinco minutos de gloria» es una película visceralmente honesta, con un guión cuidadísimo y con una dirección de actores magnífica, en la que sobresale salvajemente un cíclope llamado James Nesbitt. Cine con músculo que no descuida los matices y la caligrafía fina de situaciones y actores secundarios, reconocida también con la obtención de algunos premios.
Espejo, también, para abordar nuestro terrorismo que sólo será posible si se recorre un largo camino en el que la justicia debe satisfacer a las víctimas sin intentos de manipulaciones interesados sobre la vivencia cristiana de algunas de ellas para «exigirlas» el perdón a sus verdugos. Éste, si alguna vez se produce, será consecuencia de un largo camino de petición, iniciado primeramente con la satisfacción jurídica.
Alejados de este trayecto cristiano (lástima que el espléndido guión de Guy Hibbert no recorra este trayecto), Little y Griffin son incapaces de perdonarse y perdonar pero lo anhelan con la necesidad de un niño que busca a sus padres en la oscuridad, al tiempo que evidencian espasmódicamente que el enfrentamiento civil interreligioso entre católicos y protestantes en el Ulster era y es -se podría hacer extensivo a otros conflictos- una pantalla que encubre una contienda ideológica y política que poco tiene que ver con el hecho genuinamente religioso.
Una película, en suma, que nos ayuda a conocernos mejor, también con nuestras bajezas e iniquidades necesitadas de perdón, que nos permitirán mirar compasivamente las de los otros sin reducir su drama y el nuestro con atajos y componendas muy al uso de nuestra mediática sociedad, a la postre completamente estériles. Por estas y otras muchas razones que descubrirán no se pueden perder «Cinco minutos de gloria», y les recomiendo que lo hagan en versión original.
Reencuentro
Una mirada diferente a la muy manida, cinematográficamente hablando, cuestión terrorista. Siendo un jovenzuelo imberbe, Alistair Little, que desea demostrar su ‘valía’ ante el UVF protestante en Belfast, asesina a un pobre diablo católico ante la mirada atónica de su hermano, el niño Joe Griffen. Años después, la televisión ha arreglado un cara a cara entre el terrorista arrepentido, y la víctima marcada por el terrible asesinato. Puede ser la ocasión de la reconciliación y el perdón, o bien puede emanar el deseo de venganza.
Sorprende, para bien, el tratamiento del alemán Oliver Hirschbiegel, a partir de un inteligente guión de Guy Hibbert, del conflicto en torno a Irlanda del Norte. Se obvia aquí cualquier aproximación política a la cuestión para abordar el drama personal de los dos protagonistas, repleto en ambos casos de matices. En tal sentido conecta el film con El hundimiento, donde la mirada se centraba en las personas y su humanidad (o falta de ella), de Hitler y compañía.
Así, Alistair está realmente compungido, pero es el hombre que sabe que nunca podrá alcanzar la paz completa, que trata de ayudar a otros terroristas arrepentidos, pero es incapaz de ayudarse a sí mismo y está solo, que entiende el odio visceral de las víctimas que no perdonan. Mientras que Joe ha sido capaz de formar una familia, pero vio cómo se desintegraba la suya, le ha perseguido el complejo de culpa de no haber hecho algo para detener al hombre que disparó a su hermano, y en el fondo lo único que desea es verle muerto.
La estructura narrativa está preparada para conducir al encuentro entre los dos hombres. De modo que el reto de Hirschbiegel era responder a las expectativas, no defraudar. Y lo supera tomando riesgos, de un modo inesperado que permite no caer en el tópico, un vibrante clímax del que no es cuestión dar aquí detalles. Estamos también ante una película de actores, y Liam Neeson y James Nesbitt están sensacionales. Apoyan bien los secundarios, especialmente Anamaria Marinca, ayudante del programa televisivo, y que asume el papel de confidente de uno y otro antes de que se produzca el encuentro.
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Considero que peliculas como estas tocan lo mas profundo del ser humano, y contienen en si mismas mucho de las batallas espirituales en las que cada ser humano se enfrenta como un desafio a vivir en la paz y la libertad que todos deseamos en nuestro interior a pesar de las adversidades, el que estas peliculas contengan un mensaje de libertad espiritual en medio de los torvellinos que pueden presentarse en la vida
llenan al espectador de Fe.
Gracias por compartir este boletin, desearia una respuesta más directa de como tomaron el material que les envie, y si es posible llevarlo a una realidad en pelicula, pues los primeros correos de dos archivos adjuntos que me enviaron no los pude abrir, creo que pedire ayuda, pues se poco de utilizar el correo, y tambien lo intente con los productores de Marcos Witt de altar7.
Bendiciones en Crito Jesús Señor Nuestro.
Carolina de Archila.
Me resulto una pelicula densa, aburrida cero emocion, me resulta dificil pensar que gente que se dedica a eso pueda tener tan poca imaginacion para hacer algo tan malo, si criterio, cuando termina te preguntas que sentido tuvo. Realmente MALISIMA!!!!