Título original: Fair game. |
SINOPSIS
Como oficial secreta de la División de Anti-proliferación de la CIA, Valerie Plame dirige una investigación sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq. Su marido, el diplomático Joe Wilson, se ve arrastrado a la investigación para confirmar una supuesta venta de uranio enriquecido por parte de Níger. Pero cuando la administración de la Casa Blanca ignora sus conclusiones y utiliza el tema para respaldar la entrada de Estados Unidos a la guerra de Iraq, Joe escribe un editorial en el New York Times explicando sus conclusiones e iniciando una encendida polémica. Poco después, el estatus de agente secreto de Valerie es revelado por un periodista de alto nivel de Washington. Con su identidad al descubierto y sus contactos en el extranjero en peligro, Valerie se ve empujada a una situación límite al ver como su carrera y su vida privada se desmoronan.
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
[Lourdes Domingo, TAConline]
Valerie Palmer es una agente secreta de la CIA que combina su ajetreada vida profesional (con múltiples viajes a Oriente Medio) con su vida familiar. Casada con un diplomático –poco diplomático en sus formas-, Valerie descubre la inexistencia de un programa de armas nucleares en Irak. Mientras, Joe Wilson, su marido, ejecuta un encargo de la CIA en Níger acerca del mismo asunto. Cuando Wilson ve que sus conclusiones son negadas públicamente por el gobierno, empieza una lucha pública que tendrá consecuencias en la carrera profesional de Valerie y en su propio matrimonio.
A partir de sendos libros que escribieron el matrimonio Wilson-Palmer (The politics of the truth y Fair game respectivamente), tras el escándalo político e internacional que les tuvo como protagonistas, los dos hermanos Butterwoth han escrito un guión donde se combinan muy bien las tramas de thriller y las secundarias-familiares.
Con un material como el presente, con una carga dramática evidente en lo histórico y en lo personal, es complicado no conseguir una película interesante para el espectador. Si a esto se le suma la inquieta dirección (producción y dirección de fotografía) de Doug Liman (El caso Bourne, y realizador de spots para candidatos demócratas, entre ellos Barack Obama) y a dos actores de la talla de Sean Penn y Naomi Watts (que trabajaron juntos en 21 gramos), el resultado es una cita con ese tipo de thrillers que entretienen al mismo tiempo que provocan que la inteligencia se active.
La caracterización de personajes se centra sobre todo en los protagonistas, y quizá queda algo descuidada la de los antagonistas, a veces demasiado plana para la relevancia que tienen en la historia. Con todo, esos descuidos quedan escondidos en unas tramas bien llevadas, gracias también una planificación entre la cámara en mano y algún plano-contraplano bastante sostenido que encajan perfectamente en la elegante ambientación e iluminación del film.
¡Debate esta película en nuestros foros!