ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: Starbuck |
SINOPSIS
A sus 42 años, David Wosniak (Patrick Huard) sigue viviendo como un eterno adolescente. Trabaja lo justo en una carnicería, juega al fútbol con su católica familia polaca, debe dinero a unos mafiosos y mantiene una relación complicada con Valérie (Julie LeBreton), una joven policía.
Ésta le comunica que está embarazada justo cuando David choca de golpe con su pasado. Fruto de sus donaciones de esperma de hace veinte años, descubre que es padre de 533 hijos, de los cuales 142 quieren conocerle. Así que han emprendido una acción legal conjunta para que se revele la identidad de su padre biológico, de quien hasta entonces sólo conocen su pseudónimo: Starbuck.
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CRÍTICAS
[Jerónimo Jose Martín – COPE]
A sus 42 años, David Wosniak (Patrick Huard) sigue viviendo como un eterno adolescente. Trabaja lo justo en una carnicería, juega al fútbol con su católica familia polaca, debe dinero a unos mafiosos y mantiene una relación complicada con Valérie (Julie LeBreton), una joven policía.
Ésta le comunica que está embarazada justo cuando David choca de golpe con su pasado. Fruto de sus donaciones de esperma de hace veinte años, descubre que es padre de 533 hijos, de los cuales 142 quieren conocerle. Así que han emprendido una acción legal conjunta para que se revele la identidad de su padre biológico, de quien hasta entonces sólo conocen su pseudónimo: Starbuck.
Tras un arranque zafio, esta segunda película en francés del canadiense Ken Scott (Les doigts croches) encara con buen humor y hondura dramática la acelerada maduración del típico personaje con síndrome de Peter Pan, magníficamente interpretado por el cómico Patrick Huard, justo ganador del Premio al mejor actor en la Seminci de Valladolid 2011. Sin abandonar un tono divertido y disparatado, puntualmente grosero pero siempre entrañable, la película exalta la amistad y el cariño familiar —sobre todo la paternidad y la fraternidad—, al tiempo que repasa las dramáticas consecuencias de la ausencia del padre en muchos de los hijos de David.
Especialmente emotivas resultan las secuencias provida del protagonista con su novia embarazada, sus silenciosos encuentros con un hijo discapacitado y la íntima conversación con su propio padre. Queda así una fresca comedia indie, crítica con la inseminación artificial y certera en sus análisis de ciertas patologías actuales.
La gran familia
Sorprendente comedia del realizador Ken Scott, que hasta ahora sólo había sido responsable del poco conocido largometraje Les doigts croches, de 2009. El protagonista, Patrick Huard, obtuvo el premio al mejor actor, ex-aequo con Brendan Gleeson por El irlandés, en la Semana Internacional de Cine de Valladolid.
David Wozniak, repartidor de una carnicería de origen polaco, ha pasado de los 40 pero se comporta como un adolescente, no para de meterse en líos y debe una escandalosa cantidad de dinero a unos mafiosos. Poco después de que su novia, Valérie, una policía local, le desvele que se ha quedado embarazada, un abogado le comunica que le han interpuesto una demanda. Años atrás, se prodigó como donante de esperma en una clínica protegido por el anonimato. Como resultado de esta actividad nacieron 593 hijos, de los cuales 142 quieren averiguar su nombre para conocerle.
El surrealista punto de partida da lugar a una comedia disparatada y exagerada, que aprovecha bien el punto de partida, dando lugar a secuencias hilarantes. Sin embargo también consigue momentos de gran dramatismo, como la visita al hijo discapacitado, o la conversación del protagonista a solas con su padre. Acaba siendo una fresca y sentida apología de la paternidad, que reflexiona sobre la madurez, la responsabilidad y el apoyo familiar por encima de los defectos de cada individuo. Asímismo también cuestiona la moralidad de la donación de esperma en la inseminación artificial, pues las clínicas de fertilidad que utilizan este método propician que los nacidos estén destinados a no conocer nunca su origen biológico.
Scott dirige con un estilo fresco y dinámico, cercano al cine independiente estadounidense. Aprovecha la expresividad del citado Huard, cómico muy popular en su país, y de un correcto elenco de secundarios en el que sobresale Antoine Bertrand (Frisson des collines), que encarna al campechano amiguete y abogado del protagonista.
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