ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: Plumíferos |
SINOPSIS
“Plumíferos, Aventuras Voladoras” cuenta la historia de una canaria llamada Feifi, que logra escaparse de la jaula que la tenía prisionera en la residencia del Sr. Purtas, y un gorrión llamado Juan, que quiere destacarse de los demás. Junto a sus amigos el La Paloma Libia, el Colibrí Pipo y la Murciélago Clarita, Juan y Feifi vivirán grandes aventuras en búsqueda de la libertad y para librarse de sus enemigos el Gato Fredy, Tero Líder, el Aguilucho y el Sr. Puertas. Otros de los personajes destacables en la película son la Monjita Blanca, el Papagallo, el Gallo de la mañana y el Jote.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín – COPE]
Juan es un presumido y ligón gorrión de Buenos Aires, con grandes habilidades para volar y que ansía convertirse en un pájaro exótico. Feifi es una canario hembra que siempre ha vivido en cautiverio en el siniestro laboratorio del Señor Puertas, un obsesivo y tiránico magnate del software. Un día, Feifi logra escapar, pero se angustia en la gran ciudad. Entonces, Juan, una mordaz paloma y un nervioso colibrí la ayudarán a controlar sus miedos y a escapar de las garras del tenaz Señor Puertas, que la persigue sin tregua.
Tras ganar el Oscar al mejor filme en lengua no inglesa con El secreto de sus ojos, el bonaerense Juan José Campanella ha dirigido Futbolín, su primer largometraje de animación digital, y ha asesorado a sus compatriotas Daniel De Felippo (Los superagentes, nueva generación) y Gustavo Giannini (Inex, la sombra de la verdad), codirectores de Plumíferos: aventuras voladoras, simpático largometraje de dibujos animados en 3D, realizado con software libre, exento de derechos de autor. Cabe reprocharles ciertas fracturas narrativas y una animación un poco limitada, sobre todo de texturas. Pero, en general, cuidan los fondos, salen airosos de varias complejas secuencias de acción y logran una divertida galería de personajes porteños, que protagonizan varias situaciones hilarantes. También funciona bien la banda sonora de Daniel Martín, completada con una brillante versión rockera de la canción italiana Nel blu dipinto di blu (Volare), de Domenico Modugno, interpretada por Smitten. Queda así una notable producción familiar, que gustará sobre todo a los más pequeños.
[Decine21]
Pájaros de cuidado
Modesta producción argentina de animación que se anuncia como la primera realizada mediante la utilización de software libre, exento de derechos de autor. Cuenta como asesor artístico con Juan José Campanella, responsable de El hijo de la novia, y peso pesado del cine de su país, muy interesado en estas lides, pues ha dirigido Futbolín, también creada con gráficos computerizados. La realización ha recaído en sus, por el momento, desconocidos compatriotas, Daniel De Felippo (Los superagentes, nueva generación) y Gustavo Giannini (Inex, la sombra de la verdad), en su debut en el género animado.
Feifi, un canario hembra en cautividad, aprovecha que su amo, el Sr. Puertas, un magnate de la industria del software, le permite revolotear por la habitación para escapar por una ventana abierta. Cuando intenta sobrevivir en el mundo exterior recibe la ayuda de Juan, un gorrión común que se hace pasar por pájaro exótico para darse ínfulas, aprovechando que le han salpicado varias latas de pintura que han teñido sus plumas de colores.
Al menos juega a su favor su absoluta falta de pretensiones, y que no pierde en ningún momento su tono amable, pensado para el público más joven. Tiene cierto interés el choque entre los protagonistas, el canario hembra que quiere ser como los demás, y el gorrión que desea ser excepcional. A la manera de las fábulas tradicionales incluye una moraleja que enseña que todo el mundo tiene algo especial, y también alecciona sobre la importancia de la libertad. Puesto que enarbola la bandera del software libre, también se permite cierta crítica (inteligible sólo para el público adulto) a las megacorporaciones del sector, personificadas en la figura del villano, un tipo mezquino que recuerda a la figura de Bill Gates, y se llama no en vano Puertas.
Mientras que otras producciones animadas argentinas sumamente baratas tenían cierto encanto, dirigidas por Dante Quinterno (Patoruzito) o Manuel García Ferré (Manuelita, El libro gordo de Petete), en este caso la estética resulta poco atractiva, a los diálogos les falta inspiración, y acumula ‘bromitas’ fáciles que no logran hacer esbozar muchas sonrisas. Lo peor es que la animación se aleja demasiado de la calidad, no ya de las maravillas de Pixar, sino de otras producciones más baratas, pues por ejemplo las aves protagonistas no tienen textura de plumíferos, y parecen excesivamente rígidas e irreales. Se diría que su intento de promoción del software libre ha salido al revés, pues pone de manifiesto que por el momento no se pueden realizar con él grandes maravillas.
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