Cinta de acción bien llevada que sabe encontrar y mantener con facilidad al espectador que la busca. Muchas situaciones inverosímiles pero todo desarrollado sin rupturas de ritmo y encarnado convincentemente por el notable reparto, con un divertido toque irónico.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título original: Olympus has fallen. |
SINOPSIS
Mike Banning es un agente del Servicio Secreto estadounidense que, tras un accidente de coche en el que únicamente puede salvar la vida del presidente Asher, decide dejarlo para trabajar en el Departamento del Tesoro. Pero cuando un comando coreano liderado por Kang ataca La Casa Blanca tomando como rehenes al Presidente y su equipo, Banning se verá obligado a entrar de nuevo en acción.
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CRÍTICAS
[Jeronimo José Martín – COPE]
Mike Banning (Gerard Butler) es un leal agente secreto de Estados Unidos, cuya carrera se trunca después de un desafortunado accidente de coche, en el que sólo puede salvar la vida del presidente Benjamin Asher (Aaron Eckhart). De modo que Mike deja su puesto de escolta presidencial para trabajar en el Departamento del Tesoro. Hasta que un día un comando norcoreano, liderado por Kang (Rick Yune), ataca la Casa Blanca y toma como rehenes al presidente y a su equipo. Entonces, Banning se ve obligado a entrar de nuevo en acción. Mientras tanto, el presidente del Congreso, Trumbull (Morgan Freeman), intenta apoyar al agente desde fuera sin despertar las sospechas de los norcoreanos.
En esta trepidante película de palomitas, Antoine Fuqua (Training Day, Shooter: El tirador) da exclusivamente lo que se espera de él. Es decir, secuencias de acción a raudales —más aparatosas que espectaculares—, mucha violencia —a veces, demasiada— y una mínima trama de intriga para articular en ella los básicos conflictos dramáticos y morales de los personajes. Nada de originalidad por ningún lado, y demasiadas situaciones inverosímiles; pero todo desarrollado sin rupturas de ritmo y encarnado convincentemente por el notable reparto, al frente del cual destaca el escocés Gerard Butler, con un divertido toque irónico a lo Bruce Willis.
[Juan Xipell, TAConline]
Mantener a raya a los grandes peligros para su nación ha sido siempre una de las especialidades del cine estadounidense. Desde que Hollywood es Hollywood, todo aquel que se ha atrevido a poner en jaque la estabilidad del gran poder de Occidente ha sucumbido en el celuloide frente al vigor de los héroes y valores americanos. Ahora, en pleno 2013, con los enfrentamientos con los soviéticos ya lejanos y con Jack Bauer y compañía mitigando los miedos post 11-S, una nueva amenaza se cierne sobre la Casa Blanca.
Vistas las dinámicas de Olympus has fallen, pocas novedades pueden aportar los grupos armados norcoreanos del film (parece que el nuevo enemigo de USA tanto fuera como dentro de la gran pantalla), a lo que en su día llevaron a cabo rusos, chinos, islamistas radicales e, incluso, extraterrestres. Antoine Fuqua, especialista en cintas de acción y responsable de este enésimo ejercicio de patriotismo cinematográfico (en un escenario que invita a ello más que nunca), parece saberlo al abandonar cualquier intención de imprimir cierta personalidad a su obra, y vivir del convencionalismo en este thriller que remite, inevitablemente, a los años de Jungla de cristal, La Roca o Air Force One, tanto en su estilo como en su temática.
Sin dejar de ser una más dentro de su género ni llegar, siquiera, al nivel de efectividad de los precedentes citados, Objetivo: la Casa Blanca es una cinta de acción bien llevada que sabe encontrar y mantener con facilidad al espectador que la busca.
Mucho ritmo, muchos tiros, muchas explosiones, un duelo de tipos duros y un alto grado de inverosimilitud son los ingredientes que el responsable de Training day o Shooter pone, sin sorpresas, al servicio de un entretenimiento muy básico, en el que lo de menos es tomarse seriamente su contexto político o su sobredosis, muy al estilo Roland Emmerich, de fervor americano (con un Gerard Butler deshaciéndose de un terrorista con el busto de Lincoln o una Melissa Leo negándose, como Secretaria de Defensa, a dar información a los asaltantes mientras jura fidelidad a la bandera, incluidos).
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