Ofrece un sabroso cóctel de emotivo melodrama fraternal, fresca comedia romántica, hilarantes parodias anacrónicas e imaginativas aventuras fantásticas. La trama se desarrolla a ritmo trepidante a través de una espléndida animación 3D, muy espectacular en sus efectos estereoscópicos. Más discutible resulta la inclusión de alguna fugaz broma gay, un tanto irritante.
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ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título original: Frozen. |
SINOPSIS
Una profecía condena a un reino a un invierno eterno, así que Anna, una optimista redomada, se une a Kristoff, un temerario montañero y a su compinche el reno Sven. Juntos emprenden un viaje épico en busca de Elsa, Reina de las Nieves para poner fin al gélido hechizo. Por el camino, Anna y Kristoff se encontrarán con duendes místicos, un divertido muñeco de nieve llamado Olaf, temperaturas extremas propias del Everest y mucha magia. Se verán obligados a luchar contra los elementos para salvar al reino de la destrucción más absoluta.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martin – COPE]
Basado en el cuento “La Reina de las Nieves” (1845), del danés Hans Christian Andersen, este largometraje número 53 de los Walt Disney Animation Studios ha sido producido por Peter Del Vecho (“Tiana y el sapo”, “Winnie the Pooh”), y dirigido por Chris Buck (“Tarzán”, “Locos por el surf”) y Jennifer Lee, coguionista de “¡Rompe Ralph!”, que debuta así tras la cámara. La película da continuidad a la recuperación del espíritu clásico de la productora de Burbank, iniciado en 2010 con “Enredados”, y ofrece un sabroso cóctel de emotivo melodrama fraternal, fresca comedia romántica, hilarantes parodias anacrónicas e imaginativas aventuras fantásticas.
Hijas de los Reyes de Arendelle, la heredera al trono Elsa y su hermana menor Anna se llevaban genial de niñas hasta que la primera hirió gravemente a la segunda ejercitando su mágico poder para crear hielo y nieve de la nada. Tras muchos años de traumática separación, las dos hermanas se reencuentran el día de la coronación de Elsa. Pero el don de ésta se descontrola y provoca accidentalmente un perpetuo invierno en el reino. Así que Elsa huye a lo más alto y perdido de las nevadas montañas, se construye allí un palacio de hielo y se convierte en la Reina de las Nieves. Entonces, Anna deja al frente del reino al apuesto príncipe Hans, y emprende la búsqueda de su hermana con la ayuda del tosco vendedor de hielo Kristoff, su inteligente reno Sven y el parlanchín muñeco de nieve Olaf.
La trama se desarrolla a ritmo trepidante a través de una espléndida animación 3D, muy espectacular en sus efectos estereoscópicos —sobre todo en las espectaculares secuencias de acción— y ciertamente antológica en lo referente a diseños de fondos y personajes, y a la expresiva gestualidad de estos últimos, sobre todo de humanos y animales. Cabe elogiar también la esmerada ambientación y el original vestuario, en gran medida inspirados en la cultura noruega y, concretamente, en el pueblo lapón o sami. El conjunto se redondea con la bella banda sonora de Christophe Beck, que incluye pegadizas canciones al estilo Broadway, compuestas por los especialistas Robert López (música) y su esposa Kristen Anderson-Lopez (letras). Más discutible resulta la inclusión de alguna fugaz broma gay, un tanto irritante.
“Frozen: El Reino del Hielo” se estrena precedida del magistral cortometraje “Get a Horse!”, dirigido por Lauren McMullan. Se trata de un originalísimo, divertido y vibrante homenaje a los primitivos cartoons de Mickey Mouse, resuelto mediante las técnicas más avanzadas de 3D estereoscópico.
Hermanas
Dos destacados colaboradores de Walt Disney combinan sus talentos como realizadores de Frozen: el reino de hielo. Chris Buck había dirigido para la compañía Tarzán, mientras que Jennifer Lee fue la guionista de ¡Rompe Ralph!.
Anna, hija menor de los reyes, estuvo a punto de morir de niña por culpa de la habilidad de su hermana, Elsa, la heredera del trono, que crea hielo y nieve por arte de magia. El día de la coronación de Elsa sus emociones se descontrolan, provocando un perpetuo invierno en el lugar. Anna emprende un viaje en su busca, con ayuda del montañero Kristoff.
Frozen: El reino del hielo continúa la senda abierta con Enredados, que venía a aplicar a la factoría Walt Disney aquélla vieja consigna ‘lampedusiana’ de que algo tiene que cambiar para que todo siga igual. Al igual que aquella, se vale de la animación digital más avanzada (se nota que Pixar ya está completamente integrada en Disney) para recuperar los viejos esquemas de los grandes títulos de la casa.
Así, Frozen: El reino del hielo, se inspira en un cuento clásico, en concreto «La reina de las nieves«, publicado en 1845 por Hans Christian Andersen, aunque introduce muchos cambios, pues por ejemplo, allí los protagonistas eran hermano y hermana. Incluye además numerosas canciones al estilo de Broadway, creadas precisamente por dos grandes del musical neoyorquino, Robert López («Avenue Q«, «The Book of Mormon«) y su esposa Kristen Anderson López. Ambos habían trabajado para Walt Disney, en los temas musicales de Winnie the Pooh, y en la versión teatral de Buscando a Nemo. Su trabajo aquí quizás resulta convencional, pero bastante efectivo.
No faltan otras señas de identidad que reconocerán los apasionados, como esos secundarios que siempre han sido el alma de las producciones de la casa (desde Pepito Grillo al cangrejo Sebastián). Frozen: El reino del hielo cuenta con Sven, un expresivo reno, y sobre todo con el simpático e hilarante muñeco de nieve Olaf, al nivel de sus predecesores más recordados. Ambos oscurecen a ratos al plantel protagonista, que sin embargo también derrocha personalidad propia, especialmente las dos hermanas Elsa y Anna.
En Frozen: El reino del hielo se mezclan con fluidez las numerosas partes emotivas, con la abundante acción, y los momentos puramente humorísticos. No faltan reflexiones sólidas, especialmente sobre el amor fraternal, que sobrevive a distanciamientos provocados por errores y malas decisiones.
Conviene quedarse a ver los títulos de crédito, pues incluye una pequeña broma final en torno al personaje de Marshmallow, enorme y amenazante sicario de hielo. Frozen: El reino del hielo se estrenó en cines en compañía del magistral corto Get a Horse!, de Lauren McMullan, que homenajea a las primeras cintas de Mickey Mouse mediante una imaginativa utilización del 3D moderno.
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