Interesante y atractivo planteamiento sobre la otra cara de la guerra. Es una película intensa, con una música magnífica, que tiene la capacidad de sorprender, de mantener la tensión hasta llegar al final. No obstante, se trata de una ocasión desaprovechada a causa del ritmo irregular y la excesiva delectación en el despertar sexual de la protagonista, más desagradable incluso que la recreación bélica.
ESTRENO Título original: Lore. |
SINOPSIS
Alemania, 1945. La guerra ha terminado. Un grupo de niños se propone atravesar el devastado país para reunirse con su abuela. Lore, la mayor, queda a cargo de sus cuatro hermanos cuando sus padres, miembros de las SS, son capturados por las tropas aliadas. Todos juntos emprenderán un viaje que les mostrará la realidad y las consecuencias de las acciones de sus padres. Pero cuando conoce al enigmático y carismático Thomas, un joven refugiado judío, Lore ve cómo su mundo se llena de sentimientos contradictorios. Por un lado queda paralizada por el miedo que siente hacia este joven pero, por otro, debe confiar para sobrevivir, en la persona que, tal y como le han enseñado, es el enemigo.
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
[Mª Ángeles Almacellas – CinemaNet]
La acción se sitúa en la Alemania de 1945, recién terminada la guerra. Lore es una adolescente, la mayor de cinco hermanos, que ve cómo su familia y su misma vida se desmoronan en un momento. Sus padres pertenecían a las SS y ambos son detenidos. La madre, antes de irse de casa, le encarga a Lore que se haga cargo de sus cuatro hermanos y vayan a Hamburgo para refugiarse en casa de la abuela. Los pequeños admiran a su padre y hablan de sus gestas guerreras, pero Lore está totalmente imbuida por las ideas nazis, venera al Führer y considera a los judíos una despreciable subraza. Durante su recorrido, conocen al enigmático Thomas, un joven aparentemente judío, que los protege y que despierta en la joven sentimientos contradictorios. Esos 900 kilómetros constituirán para ella un auténtico viaje iniciático, que culmina en la tremenda escena, sentados todos a la mesa, comiendo con fiereza un pedazo de pan, en actitud desafiante.
Cate Shortland nos ofrece una película magnífica, de una impresionante belleza visual. Pero lo más destacable es la forma novedosa y original de presentar la Segunda Guerra Mundial. Los últimos horrores de la contienda son sugeridos a veces, otras explícitamente mostrados o descritos, pero siempre desde el punto de vista de la niña. Ella intenta explicarse lo que ve y vive sobre la base de su ideología nazi, pero poco a poco, a medida que va descubriendo una realidad totalmente distinta a la que le habían enseñado sus padres, sus convicciones empiezan a tambalearse. Las palabras que oye a unos y a otros de que todos los horrores del régimen son mentiras de los americanos van golpeando su cerebro al tiempo que su instinto de supervivencia y el afán por proteger a sus hermanos, la ponen al borde de renunciar a los principios más firmes sobre su dignidad personal. El guión nos ofrece todas las vicisitudes, angustias, miedos y miserias del viaje en busca del hogar familiar, pero es esencialmente una película intimista, porque todo lo que ve, imagina o siente el espectador es a través de los ojos, la imaginación o el corazón de Nora.
Es una película intensa, con una música magnífica, que tiene la capacidad de sorprender, de mantener la tensión hasta llegar al final, en que el espectador se queda clavado en la butaca, sobrecogido por el desconcierto interior de Lore, que se ha quedado sin las convicciones de la infancia y todavía no ha encontrado en qué creer.
[Jerónimo José Martín – COPE]
Sur de Alemania, 1945, nada más acabar la Segunda Guerra Mundial. Antes de ocultarse, para no ser capturados por las tropas aliadas, el oficial de la SS Vati (Hans-Jocken Wagner) y su esposa Mutti (Ursina Lardi) obligan a sus cinco hijos a huir y atravesar el devastado país para reunirse con su abuela Omi (Eva-Maria Hagen), que vive cerca de Hamburgo, a 900 kilómetros al norte de donde se encuentran. De este modo, Hannelore, “Lore” (Saskia Rosendahl), la hija mayor, de 16 años, queda a cargo de sus cuatro hermanos: la preadolescente Liesel (Nele Trebs), los gemelos Gunter (André Frid) y Jürgen (Mika Seidel), y el bebé Peter (Nick Leander Holaschke). Durante su agónica escapada por Alemania —ya dividida en zonas controladas por Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y Francia—, los cinco hermanos descubrirán las dantescas consecuencias de la guerra y, en concreto, de las acciones de sus padres, que ellos desconocían totalmente. En este proceso de desamparo, miedo, hambre, pérdida de la inocencia y maduración ética, serán ayudados por Thomas (Kai-Peter Malina), un joven carismático y misterioso, que dice ser un refugiado judío procedente de un campo de concentración nazi.
Era muy atractivo el planteamiento de esta adaptación fílmica de la novela “The Dark Room”, de la inglesa Rachel Seiffert. Y, ciertamente, la cineasta australiana Cate Shortland (“Somersault”) obtiene vigorosos logros parciales en su trabajo como directora y guionista, que justifican en parte los numerosos galardones que ha recibido la película, como el Premio del Público en el Festival de Locarno 2012, el Premio Pilar Miró a la mejor nueva directora en la Seminci de Valladolid 2012 o los Premios 2013 del Australian Film Institute a mejor película, director, joven intérprete (Saskia Rosendahl) y guión adaptado. En este sentido, cabe elogiar la atmósfera opresiva de la puesta en escena y la cierta hondura de los conflictos dramáticos y morales que sufren los personajes, todos ellos muy bien interpretados, con una memorable Saskia Roshendal a la cabeza. También se agradecen ciertos insertos poéticos al estilo Terrence Malick —subrayados con fuerza por la sugerente partitura de Max Richter—, que oxigenan un poco la dureza y amargura de la trama.
Sin embargo, el conjunto se ve perjudicado por su escasez de diálogos —que torna artificiosa alguna situación— y por un ritmo demasiado lento y reiterativo, a menudo, tedioso. Además, su excesiva insistencia y delectación en los pasajes sexuales de la trama —relacionados con el despertar afectivo de Lore— acaba por resultar más desagradable que las crudas recreaciones de la brutalidad bélica.
¡Debate esta película en nuestros foros!