Os presentamos esta muy recomendable película. No es que sea una gran obra maestra, pero se ve con agrado, hace reír y te permite pasar un buen rato en el cine. En resumen, un entretenimiento mucho mejor de lo que su trailer parece anunciar.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: A Walk in the Woods |
SINOPSIS
Cuando Bill Bryson nota que su vida como famoso escritor de viajes entra en tono “jubilado” decide buscar una nueva aventura que le centre y revitalice. Por casualidad encuentra el sendero de los Apalaches y no parará hasta organizar su escapada junto a un amigo de juventud que se ofrece voluntario a acompañarlo cuando los demás no se prestaban al plan.
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CRÍTICAS
[María del Pilar Madrigal y Alós. Colaboradora de Cinemanet]
En clave de humor resulta agradable acompañar a estos dos grandes actores mientras se visten con la piel de unos señores mayores con ganas de enfrentar una última aventura juntos:
Robert Redford ha demostrado a lo largo de su carrera buen gusta para elegir sus papeles como actor y sus argumentos cuando decidió pasar detrás de la cámara. Consigue resultar muy creíble y por momentos juvenil. Conserva ese halo de gran estrella que le permite dar brillo a un papel tan cercano y normal como el que interpreta en esta película. Su Bill Bryson recuerda a todo hombre exitoso que ha ido cumpliendo sueños y planes a lo largo de una vida completa pero al cual parece escapársele el secreto para disfrutar de todo ello en su madurez.
Por contra Nick Nolte es…Nick Nolte. Me refiero a que este papel no es tal, en realidad se interpreta a sí mismo pues los paralelismos con su vida repleta de claroscuros da cuerpo al personaje. Se permite bromear sobre el alcoholismo, una vida bastante caótica y el esfuerzo por superar todo ello. Hace reír, sabe utilizar toda su enorme emvergadura física para bromear sobre sí mismo. Y sin embargo el espectador lo quiere porque tras sus muchas bromas acaba confesando a su amigo el enorme cambio que tuvo que afrontar para dejar la bebida y el vacío que ha tenido que ir llenando tras conseguirlo. Una bonita manera de tratar un tema tan delicado sin dejar casi de sonreír. Los grandes de la escena poseen esa virtud, te acercan las miserias y maravillas de la vida haciendo que conectes con sus personajes. Y consiguen brillar aún con aspecto desaliñado.
El tercer gran protagonista no es humano, el sendero de los Apalaches, la naturaleza y el propio deporte del senderismo ocupan el resto. Un decorado precioso y relajante. No se exceden con grandes cumbres ni magnificencias que quizá habrían resultado excesivas por la edad de los caminantes. Así nadie necesita hacer mucho esfuerzo para situar el relato que está basado en un libro que escribió Bill Bryson. He pasado la vida haciendo excursiones parecidas por el campo y la montaña, incluídas cumbres. Reconozco que reí a carcajadas con algunas escenas, todo es real, entrañable y cariñosamente real. Doy fe de que no ha inventado nada, puede que haya acumulado situaciones pintorescas y personajes secundarios excesivos, pero existen tal y como los presenta: los excursionistas hipermusculados y segurísimos de su pericia saltando entre rocas como las cabras…en un alarde que a nuestros pobres amigos a veces les revienta y al final acaba salvándoles la vida; la neurótica perfeccionista que los deja con la boca abierta cuando la conocen y consigue que huyan de ella a pesar de ser dos hombres de lo más tolerantes con todos; seductoras maduritas que a quien dejan con la boca abierta es al espectador porque parecen casi de dibujos animados…hay mucho humor en todo, eso hace que se vea con gusto de principio a fin.
Dejo para el final el personaje de la esposa del escritor porque lo encontré desubicado. No me convenció. Y eso que eligieron para representarlo a la consagradísima Emma Thompson. Concedo que está mona de mayor, que sus tablas como actriz británica le permiten representar bien casi todo, de clásicos a modernos…pero aquí no se me hacía creíble. El amor tiene que provocar chispa, actuar no es lo mismo que vivirlo en la vida real. Cuando actúas debes conseguir que haya magia entre enamorados, lograr que los espectadores vean ese algo especial. Yo no lo vi en esta película. Hasta la confidencia de Bill con su amigo Stephen a solas en las alturas de la montaña cuando no saben si saldrán con bien de su aventura sonaba rara. O bien el escritor no supo expresarlo o no estaba bien interpretado. No existía charme entre ellos, se veía impostado.
Con todo es una película muy recomendable. La fotografía y la música saben elegir momentos álgidos para el recuerdo. Hay belleza, impulso en el ritmo del guión que fluye con mucho encanto de principio a fin. Las risas son refrescantes, yo siempre doy por bueno toda película, libro o conversación que me haga reír…es la fuente de la vida y en este film está presente con soltura. Un pero, se les va un poco la mano con los chistes “masculinos” o bromas explícitas entre hombres. Ignoro si ellos tienen la costumbre de hablar así a solas pero hay cierto lenguaje obsceno y bromas gruesos en unos cuantos momentos entre los protagonistas. Por lo demás es para todos los públicos.
Me quedo con algunas palabras claves de cada personaje: Bill explicando al amigo soltero que en el amor matrimonial a veces no hace falta decirlo todo con palabras, que hay ternuras personales que llenan el corazón; a Stephen asegurando al amigo que pueden dar por completada su aventura, que todos sus esfuerzos y peripecias lo confirman sin que sea necesario hacer marcas completas ni espectaculares; a Catherine despidiéndolo con un sencillo te quiero, vuelve bien.
Si “el sendero es como la vida, que no sabes qué vas a encontrarte pero debes hacer tu mejor esfuerzo al caminarlo”…vayan de excursión con estos dos amigos que deciden reencontrarse tras muchos años sin contacto y podrán recordar con ellos vivencias pasadas y reír con los achaques actuales. El bosque y las montañas siempre llenan el alma, merece la alegría de ir a perderse un poco en ellos para poder encontrarse. Entonces regresas a casa con entusiasmo y muchas cosas que contar. Y puedes soñar con lo que has visto allí arriba. Que les agrade y la rían con gusto.
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