Con los mismos actores y el mismo director de la famosa serie histórica de Televisión Española Isabel, llega a la gran pantalla esta recreación de la lucha entre Fernando el Católico y Felipe el Hermoso para hacerse con el control del reino de Castilla, una vez muerta Isabel.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: La corona partida |
SINOPSIS
Tras la muerte de la Reina Isabel, Fernando de Aragón se verá en disputa con su yerno Felipe el Hermoso por la Corona de Castilla. Juana, su legítima heredera, será apartada de la sucesión tras mostrar signos de poca cordura.
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CRÍTICAS
[Pilar Madrigal i Alòs. Colaboradora de Cinemanet]
Con una ambientación muy cuidada que nos sitúa en el estilo de vida de las cortes reinantes en la Europa del s. XV, se nos presenta una de las situaciones más delicadas de la Historia española. El acierto de la película estriba en mostrar mucha sensibilidad hacia una Juana enamorada y traicionada. Bellísimo el vestuario, lleno de delicados detalles que harán las delicias de los amantes del pasado y su recreación cinematográfica. Cada vestido, cada remate en pieles, armaduras, terciopelos y brocados, han efectuado un gran trabajo de realización. Al igual que la elección de exteriores, una agradable sorpresa pues se ha rodado en castillos españoles, aprovechando su entorno natural. Mucha luz, claridad que compensa el fondo tenebroso de lo que sucedió en la vida de Juana y la difícil situación provocada tras la muerte de su madre.
Ser heredera única de dos monarcas tan extraordinarios como fueron los Reyes Católicos suponía ya un reto. Su buena educación queda patente en escenas de la película en las que se ha elegido representar a una Juana responsable y acertada en sus opiniones. Pero no poseía el carácter fuerte de sus progenitores para lidiar con éxito entre intrigas y traiciones. Parece que su gran mal consistió en ser una mujer enamorada de su marido y en que la belleza de él (pasó a la posteridad por un apelativo muy gráfico, no debía tener otra virtud más destacada) y sus devaneos rompieron sus nervios. Se agradece que el film la respete, sus supuestos ataques de locura aparecen más como impotencia por no ser libre para moverse sin el control férreo del hermoso. Y que viera con mucha nitidez los intentos de él de apartarla para quedarse con su cuantiosa herencia materna. Muchas propiedades, no olvidemos que ya se había descubierto América y que lo que de allí llegaba era casi incalculable. Sumado a todo lo que ya estaba bajo su corona en la propia península ibérica y otras partes de la actual Europa. Un imperio que en los siglos posteriores se convertiría en el “que no se ponía el sol” pues daba la vuelta al planeta.
Irene Escolar interpreta con mucha dignidad a una Juana en lucha por su posición, tratando de conservar un matrimonio que no era de dos pues demasiados interferían. A la vez delicada y firme, sin histrionismos. Hace que el espectador la comprenda y sitúa el peso del guión en los movimientos de poder político y territorial más que en el desequilibrio de ella. Siendo la protagonista aún lo son más las circunstancias que llevaron a apodarla “la Loca”.
Rodolfo Sancho como Fernando el Católico aparece creíble. Posee como su padre la capacidad de crecer bastantes centímetros cuando se mete en el papel de un hombre importante. Sabe resultar regio sin exageraciones. La etapa con su segunda esposa Germana de Foix sirve para suavizar el resto del argumento, poner algo de paz y amor entre tantas tensiones y acercarlo al espectador que descubrirá a un monarca preocupado por sacar adelante tanto sus posesiones como a su propia familia.
El personaje que sorprende por su centralidad en toda la trama y el buen hacer de Eusebio Poncela es el Cardenal Cisneros. Está perfecto, de principio a fin, con una sutileza de gran intérprete capta tu atención desde el instante en que es llamado por el Rey Fernando y cada momento álgido de las negociaciones. Tuvo mucha importancia en la preservación de la unidad de España que como tal nació en aquella época. Resultará interesante a todos los que sigan la actualidad política de nuestro país ver cómo se gestan las naciones. Uno de los atractivos de esta película es justo ese, nos explican los esfuerzos por conservar el poder, por hacer pactos de gobernabilidad muchas veces convenciendo de palabra o por la fuerza de las obras a los grandes señores. Nuestra España de hoy se la debemos a Reyes como los Católicos y otros posteriores. Perdimos buena parte de nuestras posesiones pero es apasionante comprobar cómo se compuso todo. Aunque las tensiones geopolíticas puede que no hayan cambiado tanto salvando las distancias. Todo ello está bien trazado en el relato de esta película. El ritmo en algunos momentos adolece de aire teatral y se repite, parte del metraje resulta monótono. Pero en conjunto es una buena obra de cine histórico.
Los secundarios son todos buenos, destacan Fernando Guillén Cuervo, José Coronado y Úrsula Corberó. Interpretan bien sus respectivos papeles. Con escenas de acción sin dobles, agrada ver una cabalgada a toda velocidad junto a un hermoso río en la que Fernando Guillén Cuervo muestra su pericia como jinete.
En conjunto está bien hecha, es armoniosa y muy elegante en las formas. El fondo hace reflexionar sobre el valor de la familia, el amor entre los esposos y la importancia del respeto y la fidelidad en las parejas.
Como decía el Papa Benedicto XVI “¡Sí!, el amor ha de ser apasionado. Eso dará estabilidad y permanencia ante embestidas de las dificultades, desgaste del tiempo, de la rutina”. Justo lo que vemos en esta película que les sucede a los protagonistas. Como ejemplo complicado en el caso de Juana y Felipe. El segundo utiliza esa pasión cuando pretende contraprestaciones que respondan a sus interese personales. Ella se va adaptando a las circunstancias como mejor puede, pero el desgaste que en la convivencia se produce tiene efectos devastadores en su propio equilibrio personal.
Por el contrario el guión presenta el caso del padre, un Fernando que fue feliz con su primera esposa y vuelve a serlo con la segunda. Esa parte del relato suaviza tensiones y nos permite comprobar cómo se construye un amor y un matrimonio felices. El mismo Benedicto XVI consideraba como “un camino maravilloso el aprender a amarse como pareja, realizar ese aprendizaje laborioso”. Con pocas escenas lo vemos, interpretado con una delicadeza enorme. Lo que parecía un matrimonio de conveniencia por cuestiones políticas se transforma en una relación personal entre un hombre y una mujer.
Para completar ese fijarse en los ámbitos que componen el amor (sentimiento, emoción, pasión) también está muy presente en la película lo relacionado con las virtudes del buen gobierno, el peligro de las ambiciones desmedidas y la necesidad de criterio a la hora de regir los designios de pueblos. Hoy en día nos parece que todo lo político está impregnando nuestras vidas, es posible, pero entonces también sucedía sólo que no se tenía tanta información a nivel particular. Virtudes como la honradez, la lealtad, el servicio público…se aprecian en los diálogos, suponen la base para la toma de decisiones o suponen traiciones evidentes. Lo mejor y lo peor del ser humano se nos muestran, no sólo en los monarcas con derecho divino entonces a decidir, también en sus colaboradores y hasta en las relaciones más privadas entre todos ellos. Los “desequilibrios” de Juana por momentos parecen entenderse ante tanta tensión encubierta, egoísmo evidente y complejidad en las relaciones de poder. Quedará para la famosa Historia saber si todo fue tan enfermizo y extremo o sólo el resultado de tiras y aflojas entre poderosos del S XV con problemas a veces muy similares a los actuales, tanto en política como en el tema del maltrato aún no hemos resuelto las dificultades de la convivencia.
críticas de diferentes autores separadas por líneas horizontales
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Grande esta película, grandes las actuaciones de Rodolfo Sancho e Irene Escolar, y tambien de secundarios como José Coronado y Ramón Manduela. Merece mucho la pena «La Corona partida».
Me encantó la serie Isabel y deseo mucho ver esta peli.
Saludos!
Vi con entusiasmo cada capítulo de Isabel. Igualmente la de Carlos. Y he visto la corona partida, a la que califico de «obra maestra». Con una fotografía, guión, dirección, vestuario, escenarios exteriores e interiores, interpretación, etc. etc. sencillamente insuperables. Felicito vivamente a todos los que la han hecho posible y les animo a seguir haciendo el mejor cine q sabemos hacer en nuestro país. Tenemos historia y saber hacer para seguir levantando esa industria. Sólo hay q sacudirse complejos, de los muchos q tenemos en España.
La recomiendo vivamente.
Peliculón para disfrutar en el cine, excepcional reparto, en especial los tres protagonistas que aparecen en el cartel, esplendorosa peliícula, lo tiene todo, musica, exteriores y buen guión. No os la perdais.