Sinopsis
En la Coney Island de la década de 1950 el joven Mickey Rubin (Timberlake), un apuesto salvavidas del parque de atracciones que quiere ser escritor, cuenta la historia de Humpty (Jim Belushi), operador del carrusel del parque, y de su esposa Ginny (Winslet), una actriz con un carácter sumamente volátil que trabaja como camarera. Ginny y Humpty pasan por una crisis porque además él tiene un problema con el alcohol, y por si fuera poco la vida de todos se complica cuando aparece Carolina (Juno Temple), la hija de Humpty, que está huyendo de un grupo de mafiosos.
Crítica
Gira y gira el sinsentido
Una metáfora del sinsentido de la vida del ser humano nos propone Woody Allen en Wonder Wheel, película que toma el nombre de la noria que enmarca uno de los primeros encuadres. El temple a tragedia griega, donde los personajes son títeres de los hados –los dioses- y en el que los hombres y mujeres no tienen escapatoria, parece ser el cuadrilátero cerrado donde se desarrollan las pasiones y en el que hay escaso espacio para la libertad.
Sin humor que suavice esta propuesta en un guion trabado por él mismo, el director estadounidense —con gran predicamento siempre en nuestro país— ha urdido las vidas de náufragos humanos a la deriva. Nos encontramos a mediados del siglo pasado en Coney Island, una península en el extremo sur de Brooklyn (Nueva York) con una gran playa sobre el océano Atlántico.
En la playa hay levantada una gran verbena donde viven Humpty (Jim Belushi), que atiende el carrusel de caballos, y su esposa Ginny (Kate Winslet). Ambos presentan problemas con el alcohol y pasan una crisis, hasta que aparece el rutilante Mickey Rubin (Justin Timberlake), un apuesto salvavidas -que ejerce, a la par, de narrador del filme-, quien conoce Ginny: juntos comienzan una aventura amorosa.
Para complicar la cuestión, aparece por sorpresa Carolina (Juno Temple), hija de Humpty, a la que no veía hace años después de que ella se casase con un mafioso. De este cuadrilátero humano, el que juega más cartas es Mickey, un intelectual que sabe tocar las teclas sensibles de las mujeres. El resto han perdido el tren de la vida y sus decisiones parecen confirmarlo.
El director de títulos tan plenos como La rosa púrpura del Cairo, Match Point o Misterioso asesinato en Manhattan ha decidido instalarse en un ensimismamiento vital por el cual su mejor propuesta es columpiarse en su tristeza y nihilismo y dejar que pase el “sol de la vida” sin darle demasiado crédito.
Por eso, brilla débilmente la relación entre Humpty y Ginny, a pesar de que ambos reconocen haber experimentado un bien recíproco con su matrimonio. Después de proponerlo, Woody Allen no tiene interés en desarrollar esta relación y excavar en sus raíces y qué queda de ellas. Los errores de ambos, juntos o separados, son incapaces de triturar lo que ambos reconocen delante de la cámara y que un día fue abrazo para sus vidas respectivas.
Por supuesto, Wonder Wheel es también un ingenio de diálogos, unas actuación sobresaliente de los cuatro intérpretes -especialmente,Winslet y Belushi-, una estupenda banda sonora de jazz de los 50 del siglo XX -a Allen le debemos que nos lleguen esos ritmos y, lo que es más excepcional, que nos gusten- y una fotografía preciosista de Vittorio Storaro. Sin embargo, todo ese magnífico envoltorio no es suficiente para que cobren vida, la de sus personajes, recluidos forzosamente en un escenario vigilado por su autor y a los pies de la noria gigante.
A sus 82 años, el director norteamericano Woody Allen sigue con su media de película por año. En esta ingente producción de cerca de cincuenta filmes se puede encontrar de todo, desde obras maestras hasta películas totalmente insulsas, pero lo que es indudable es que todas sus creaciones están impregnadas de un sello propio. Esta circunstancia, que al principio de su carrera supuso un punto a favor del neoyorquino, a lo largo del tiempo se ha revertido, pues el espectador, si conoce medianamente su creación, va al cine con prejuicios y, a no ser que sea seguidor acérrimo de su estilo, lo que ve le puede resultar poco novedoso.
El guion de Wonder Wheel es justo el paradigma perfecto de esto. Tiene las principales señas de identidad del director neoyorquino: personajes neuróticos, líos amorosos, humor ácido y fatalismo ante la vida… pero, además de ser excesivamente dramático, peca de previsible. Desde el comienzo de la película se intuye lo que va a pasar. Allen ya no sorprende.
Ambientada en un parque de atracciones de la Coney Island de 1950, Wonder Wheel está narrada por Mickey Rubin (Justin Timberlake), un socorrista que sueña con ser escritor, y cuenta la historia de Humpty (Jim Belushi), operador del carrusel del parque, y su infeliz mujer Ginny (Kate Winslet), camarera de uno de los restaurantes del lugar con pasado en el mundo de la actuación. Ambos viven inmersos en la rutina de su matrimonio hasta que aparece Carolina (Juno Temple), la hija de Humpty, que ha huido de un grupo de mafiosos, cuyo líder es su marido, que revoluciona sus vidas para siempre.
No obstante, más allá del guion, en el apartado visual la producción es impecable. La fotografía del italiano Vittorio Storaro –ganador de tres Oscar por Apocalypse Now (1979), Rojos (1981) y El último emperador (1987)-, que ya colaboró con el realizador en su anterior película, Café Society, es de una belleza conmovedora, y utiliza de una manera magistral la luz, tanto artificial como natural, al compás de la narración logrando planos realmente emotivos. Asimismo, la ambientación de la sociedad neoyorquina de la década de los 50 también está muy bien conseguida, convirtiéndose en otro punto a realzar de la película.
Otra de las señas de identidad de Allen consiste en ser capaz de sacar lo mejor de sus actores y en esta ocasión, a pesar de que la profundidad psicológica de alguno de ellos no está muy bien definida, vuelve a conseguirlo. Destaca sobremanera Kate Winslet en su papel de madre preocupada, mujer amargada y amante frustrada, con una actuación llena de matices y rica en emociones que podría haber entrado perfectamente en la carrera de premios de este año. Justin Timberlake, Jim Belushi y Juno Temple completan el cuarteto protagonista un escalón por debajo de Winslet, pero en un buen nivel generalizado.
No es la mejor película del neurótico director –tampoco de las peores- pero a alguien que ha hecho filmes como Annie Hall, Manhattan o Hannah y sus hermanas, por nombrar algunas que ya forman parte de la historia del cine, siempre se le puede exigir más. Quizá ese sea su principal problema.
Ficha técnica
- Título Original: Wonder Wheel
- Dirección: Woody Allen
- Guión: Woody Allen
- País: EEUU
- Año: 2017
- Duración: 101 min.
- Género: Drama
- Interpretación: Kate Winslet, Justin Timberlake, Juno Temple, James Belushi, Max Casella
- Productora: Gravier Productions / Amazon Studios
- Música: --
- Fotografía: Vittorio Storaro
- Estreno en España: 22 de diciembre 2017