Ted Lasso | Cómo se construye un equipo

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Ted Lasso, nombre propio que da título a la serie, es un entrenador de fútbol americano al que un equipo de fútbol de Inglaterra ficha para que sea su nuevo entrenador. Todo esto tiene su explicación, que se irá conociendo a lo largo de los distintos capítulos. Siendo el argumento de fondo de la serie tan creativo, da pie a muchísimos gags y comparaciones entre la cultura de los EEUU y de la isla británica, apoyándose en la gran actuación de su protagonista Jason Sudeikis, él mismo uno de los creadores de la serie.

Nominada a un total de 13 premios Emmy en 2021 y ganadora de 4 de ellos (mejor serie comedia, mejor actor y dos de actores de reparto), este año 2022 ha obtenido el número de 20 nominaciones, que incluyen: mejor serie comedia, mejor actor, mejor guión y mejor dirección y, nada más y nada menos que, 9 actores y actrices de reparto o invitados con sus respectivas nominaciones. Todo un récord, por detrás de la ya aclamada Succession, con 25 candidaturas este año y 9 ganadas el año pasado.

Los capítulos tienen ciertamente un hilo conductor, pero funcionan casi como historias a parte, cada cual con sus tensiones y problemas. También han decidido dedicar capítulos a casi cada uno de los personajes principales, entrando así en su “interior” y haciendo al espectador partícipe de sus miedos e ilusiones vitales. Es cierto que hay historias con menos pegada y más artificiales, donde se nota demasiado un intento de transmitir o reflejar las diversas ideologías y pensamientos modernos, pero en general logra no desentonar demasiado.

Moralmente, las relaciones sexuales de pareja fuera del matrimonio están a la orden del día y es tema de broma entre los intérpretes. El divorcio como solución a los problemas matrimoniales es tratado también con poca profundidad, aunque sí que se da “una de cal y otra de arena” pues también hay buenos ejemplos de fidelidad y amor. La ideología de género sólo asoma en un par de capítulos, aunque no es algo explícito en la serie. Y, por último, la idea de Dios y la religión se pinta bastante difuminada, dando así pie a un par de escenas en las que esta se ve como amuleto o superstición.

En conjunto es una serie divertida, con sus más y sus menos, con mensajes profundos sobre las relaciones entre personas, sobre cómo llevar situaciones complejas dentro de un grupo, e incluso, se normaliza la necesidad del apoyo de una psicóloga dentro del equipo, que realiza una labor auxiliar esencial para que todo salga adelante. No todos los gags son igual de graciosos, por supuesto, pero el guion esta lleno de ingenio y Sudeikis borda el personaje.

Habrá que ver si con la 3ª y última temporada, que parece se estrenará este año, tratan de estirar el chicle sin pena ni gloria o la terminan de redondear y la finalizan “in bellezza”, como dirían los italianos.