Sinopsis
Damien Chazelle nos retrotrae a Los Ángeles de los años 20 para contarnos las traumáticas consecuencias que tuvo el cambio del cine mudo al sonoro para multitud de intérpretes, algunos de ellos estrellas absolutas, así como la exigente y constante presión que la industria ejercía sobre ellas para mantenerse en lo más alto. Es una historia de amor al arte y sufrimiento por todo lo que le envuelve.
Crítica
El gran Chazelle
A día de hoy, hablar de Damien Chazelle es poner en la palestra a un director de talento puro, capaz de dar la vuelta a todo Hollywood con sus propuestas tan agresivas como impecables. Ayer 20 de enero de 2023 se estrenó en España su apuesta más excitada, una Babylon cuyo sofocado tono deja a sus anteriores películas en cándidas piezas cinematográficas. Es cierto que tiene puntos en común con la para mí todavía mejor obra del director francoestadounidense, Whiplash (2014), y que guarda ciertas semejanzas con su más reconocida apuesta, La la land (2016), que yo nunca tragué pero que reconozco como uno de los mejores musicales de la historia.
Pero amigo mío, Chazelle ha vuelto a lo grande. ¿Qué nos ha vomitado esta vez? Ni mucho menos lo digo en el mal sentido, sino más bien en el de ambos extremos. Confieso que albergaba cierto escepticismo por el tema de la duración (más de tres horas) y el tratamiento que le daría. Y la verdad es que me ha sorprendido bastante. Así de claro lo dejo, y aunque a más de uno le pique, es una cinta demasiado larga, dentro de esta tendencia de extender el metraje, pero no aburre en ningún momento. Siempre estás metido, eres partícipe de lo que el director te propone, y te lleva como loco de aquí para allá.
Del exceso a la reflexión
La primera parte de la película es demencial. Con su estilo tan particular, Chazelle dirige con excelencia a través de una caótica, desmesurada, frenética, excesiva por los cuatro costados y abrumadora presentación de los locos años 20 en Los Ángeles. Ahí se mantiene un ritmo altísimo sin desfallecer gracias en gran parte al primerísimo plano secuencia de la orgía festera, que es una salvajada. La atmósfera es irrespirable, te marea como a una peonza, te vuelve loco para que te sumerjas en los excesos que muestra sobre esa burbuja en la que vivían los que componían la industria del cine de la época. Es tan brillante como perturbador, porque director no se deja nada a la imaginación, y resulta bastante desagradable por la explicitud de elementos sobre todo de cariz sexual. ¿Había necesidad de ello? Mi opinión al respecto es de sobra sabida.
La segunda porción del metraje de Babylon genera un contraste absoluto con lo ya visto. El ritmo desciende en gran medida para comenzar a desarrollar la idea de ese cambio del cine mudo al sonoro y todo lo que conllevó. Aquí es donde la gente quizá se pierda, porque es cuando comienza la esfera reflexiva de Chazelle y su crítica de fondo a los males endémicos de la industria (sobre todo la indiferencia en el cambio y la época de censura y moral impuesta). Es decir, no ataca al arte sino a lo que le rodea, a toda la parafernalia y las fuerzas supracinematográficas que se apropian de la esencia. Este es ya un argumento manido, y de hecho me recuerda a una película que salió hace poco, El Menú, pero en ese caso sobre el arte de la cocina.
En ese punto es donde precisamente me conquista el cineasta de Providence, en esa confrontación y vía al debate, que por otro lado se trata de una discusión inabarcable e irresoluble. Aquí es donde uno puede echarse para atrás, porque dedica muchísimo metraje a sobreexplicar el problema que subyace, cómo la industria extrae la vida misma a sus trabajadores, cómo la trascendencia del cine muchas veces no es la obra sino esa estructura del mal. Una reflexión parecida a la de Whiplash con el clásico ‘el fin justifica los medios’. Y a su vez cómo la fama es siempre efímera, porque te ensalzan y te escupen. Sobrevive la actuación, no la persona.
La visión del director
No digo que sea malo, pero es verdad que Babylon termina siendo algo excluyente, pues está dirigida a los amantes del cine en todas sus expresiones. Maneja multitud de códigos de puertas hacia dentro, infinidad de detalles y nombres reales que el público debe escrutar por sí mismo, pero si no está en el mundillo se puede perder y terminar en un gran hastío. Por eso mismo, porque Chazelle peca de sobreexplicarse, de alargar demasiado la duración de su película, y creo que ahí pierde muchos puntos. Si se hubiera quedado en dos horas habría sido su mejor película. C’est la vie.
Me parece que es un director de talla incuestionable, tremendamente precoz en su dominio de los registros cinematográficos. Pero creo ahora peca de ciertas licencias para mostrar su ego. Me da la sensación de que hay más de su visión sobre el cine que del cine mismo, y esto es muy peligroso. La dirección, el montaje y las soberbias fotografía y sonido (impresionantes es poco) no quitan que el tratamiento haga que se pierda levemente en esa perspectiva tan particular que el director tiene sobre la historia del séptimo arte. De hecho, se podría decir que es una discusión intelectual con Cantando bajo la lluvia, la obra maestra del 52 que precisamente homenajea ese período de cambio de mudo a sonoro, pero sin ser tan pretenciosa ni excesiva.
Aun así, me he quedado con un sabor de boca ciertamente extraño. He disfrutado de gran parte de la propuesta, incluso de los puntos reflexivos presentados. La fotografía, la música, los planos y secuencias son para perderse absolutamente, y eso no está en cuestión. Los personajes son tremendamente carismáticos (interpretaciones de 10, especial Robbie, Pitt y Calva) y te llevan de la mano. Pero creo que se queda a medias, que la ambición esta vez flaquea, que había mucha pretenciosidad de película histórica y se ha quedado en algo notable, pero no más. Está claro que entretiene muchísimo, y que llama la atención como pocas, pero pierde fuelle por sobreexplicada, larga y concluida con un final que sobraba enteramente. Me parece que no es un homenaje integral al cine, sino una crítica feroz a ciertos sectores que lo componen.
Ficha técnica

- Título Original: Babylon
- Dirección: Damiel Chazelle
- Guión: Damien Chazelle
- País: Estados Unidos
- Año: 2023
- Duración: 118 min.
- Género: Tragicomedia, cine sobre cine
- Interpretación: Margot Robbie, Brad Pitt, Diego Calva, Jean Smart, Li Jun Li, Jovan Adepo, Tobey Maguire, Max Minghella, Katherine Waterston, Samara Weaving
- Productora: Paramount Pictures
- Música: Justin Hurwitz
- Fotografía: Linus Sandgren
- Estreno en España: 20 enero 2023