Almas en pena de Inisherin | El misterio de la amistad

Javier Muñoz Morales

Soy Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, así que se supone que lo mío son los números. En realidad, prefiero los libros y el cine. Estoy convencido de que detrás de cualquier película hay una visión del hombre y del mundo que merece la pena descubrir

¿Cómo reaccionaríamos si nuestro mejor amigo dejara de hablarnos? ¿Qué haríamos para intentar recuperar esa amistad? ¿Y si esa amistad del pasado y del presente, ya no se puede dar en el futuro? Esto es lo que Almas en pena de Inisherin desarrolla en sus casi dos horas de metraje.

Almas en pena de Inisherin está dirigida por Martin McDonagh, director de la reconocida película Tres anuncios en las afueras, para mayor gloria de la oscarizada Frances McDormand. McDonagh regresa ahora con un drama rural que cuenta con Colin Farrell y Brendan Gleeson dando vida a Pádraic y Colm, respectivamente, los amigos que se distanciarán. Ellos están inmensos, acompañados por personajes secundarios también muy interesantes.

Esta historia de una amistad rota, que cambia la vida de los protagonistas para siempre, se nos presenta envuelta en una atmósfera de sencillez que se puede antojar lejana y casi mágica, con los maravillosos paisajes irlandeses, su música típica, un especial cariño por los animales, buenas dosis de humor negro y un toque de fatalismo, como si no se pudiera cambiar la dirección de los acontecimientos, que le aporta mayor carga dramática a la historia.

La maravilla de Almas en pena de Inisherin es que plantea un tema universal como es la amistad de una manera muy efectiva. La película reivindica la vida sencilla, la sana rutina del día a día, con tiempo para el trabajo y también para el ocio, y la camaradería necesaria de los amigos. Y cuando la amistad se rompe, de forma incomprensible para Pádraic, vemos muy claramente sus consecuencias. Aflora la soledad, el sentimiento de pérdida del amigo del alma, su mundo se desmorona. Y es también interesante detenerse en la relación de Pádraic con su hermana Siobhán y su amigo Dominic, que le sostienen en los momentos de crisis.

Pero también debemos detenernos en Colm; él es quien toma la iniciativa de romper la amistad con Pádraic, y se mantiene firme y consecuente con su decisión durante toda la película. Percibe que el tiempo pasa, que envejece y quiere aprovechar lo que le queda de vida en su propio interés. En Colm aflora el egoísmo, el repliegue sobre sí mismo. Y vemos que esa amistad que se rompe, no sólo afecta a los dos protagonistas, sino que implica también a todos aquellos que los rodean.

En definitiva, Almas en pena de Inisherin es una película tremendamente humana y hermosa, que toca temas de mucha enjundia como si nada. Y quizás esto sea parte de la grandeza de la película, que invita al espectador a hacerse preguntas y a confrontarse constantemente con las posturas y emociones de Pádraic y Colm, dos tipos corrientes.