Sinopsis
Blake (Christopher Abbott), un hombre casado y padre de familia residente en San Francisco, hereda la remota casa donde creció en una zona rural de Oregón tras la desaparición de su propio padre, dado por muerto. En plena crisis de pareja con su enérgica esposa Charlotte (Julia Garner), Blake la convence para tomarse un descanso de la gran ciudad y visitar la propiedad con su hija Ginger (Matilda Firth). Todo se tuerce cuando, de camino a la granja y en plena noche, la familia sufre el brutal ataque de un animal al que no consiguen ver y, en un intento desesperado por huir, se atrincheran dentro de la casa mientras la criatura merodea por la zona. Pero, con el paso de las horas, Blake comienza a comportarse de un modo extraño y a convertirse en algo irreconocible, y Charlotte se verá obligada a decidir si esa monstruosidad es más letal que el peligro que acecha en el exterior.
Crítica
Hombre lobo | Usando el terror para proteger a la familia
No es fácil hacer cine de terror hoy en día, estamos muy acostumbrados a todo tipo de sustos y giros de guion. Por el contrario, es fácil caer en lo ridículo y provocar la risa si el filme involucra transformaciones en bestias, y Hombre lobo tenía todas las papeletas para caer en esos errores. Sin embargo en la dirección está Leigh Whannell, que se ha hecho fuerte en el género (es cocreador de la mítica sangrienta saga Saw y director de cintas como Insidious: Capítulo 3 o El hombre invisible de 2020) y vuelve a mostrar por qué una película con su sello tiene que ser tomada en serio.
Blake (Christopher Abbott), un hombre casado y padre de familia residente en San Francisco, hereda la remota casa donde creció en una zona rural de Oregón tras la desaparición de su propio padre, dado por muerto. En plena crisis de pareja con su enérgica esposa Charlotte (Julia Garner), Blake la convence para tomarse un descanso de la gran ciudad y visitar la propiedad con su hija Ginger (Matilda Firth). Todo se tuerce cuando, de camino a la granja y en plena noche, la familia sufre el brutal ataque de un animal al que no consiguen ver y, en un intento desesperado por huir, se atrincheran dentro de la casa mientras la criatura merodea por la zona. Pero, con el paso de las horas, Blake comienza a comportarse de un modo extraño y a convertirse en algo irreconocible, y Charlotte se verá obligada a decidir si esa monstruosidad es más letal que el peligro que acecha en el exterior.
El mito del hombre lobo ha tenido muchas versiones en el cine y el reto era múltiple: no caer en el ridículo, conectar con la audiencia, lograr sustos convincentes y, sobre todo, que la bestia no provocase carcajada. Ya sabemos el abuso que hay en Hollywood a usar imágenes generadas por ordenador y lo falsas que acaban pareciendo, por eso Whannell ha decidido, sabiamente, optar por el maquillaje y las prótesis para dotar de realismo a un Blake que poco a poco se va convirtiendo en aquello que más teme porque lo vio de pequeño y le traumatizó, y funciona realmente bien.
Pero aun así el mayor acierto no es ese, aunque sin duda es grande, sino pergeñar una trama con los guionistas Rebecca Angelo, Lauren Schuker Blum y Corbett Tuck que pone en el centro de todo la unión familiar: un padre sobreprotector con su hija que es consciente de que ese defecto lo hereda, a su vez, de su progenitor, a quien no quiere parecerse y de hecho del que huyó, y que lucha por no caer en sus errores. Fantástica en ese sentido la frase reconociendo que, intentando proteger a su niña de todo, puede acabar causándola dolor. En este conflicto entra una madre que no logra conectar con su hija y tendrá que hacer auténticos esfuerzos de liderazgo y ejemplaridad para que ésta vea en ella alguien en quien confiar. En definitiva: que el guion pone en el centro del meollo a la familia, núcleo de la sociedad, y sin tonterías ni cayendo en modas ‘woke’ cada vez más criticadas y, por fortuna, en desuso. Aquí hay padre, madre e hija, sin estridencias, algo que hay que reconocer y agradecer. Quizás se le pueda achacar un excesivo feminismo porque los hombres no salen bien parados, pero se puede perdonar porque el relato es sólido y logra llegar al espectador.
En ese sentido está muy bien el protagonista, un muy convincente Christopher Abbott, tras su enorme tropiezo con Kraven, the hunter, ofreciendo aquí una estupenda interpretación. Por el contrario es a Julia Garner a quien le falta garra y definición, con un personaje que tarda en mostrar decisión y liderazgo.
Whannell, a nivel técnico, se luce en varios momentos muy logrados, como la huida del camión accidentado, y especialmente a nivel sonoro con varias situaciones realmente buenas, especialmente una que tiene que ver con un insecto. Sin olvidar, en el apartado visual, esa genial cámara que muestra lo que ve el protagonista que va poco a poco perdiendo su humanidad y nos hace partícipes de su progresiva incapacidad para comunicarse con aquellos a quienes ama y a los que, involuntariamente, está intentando lastimar. Aquí hay que avisar de que hay un par de escenas no aptas para estómagos sensibles y con las que el director deja claro que no tiene problemas en arriesgar para revolver al respetable.
Si el objetivo de Whannell era dar aire fresco a su lobo, lo ha logrado, algo que ya hizo con la estupenda El hombre invisible y aquí vuelve a mostrar por qué no se debe tomar a cachondeo su maestría con el cine de terror y supervivencia. Obviamente es solo para adultos y los que sean fans del género van a encontrar aquí una sólida apuesta.
Ficha técnica

- Título Original: Wolfman
- Dirección: Leigh Whannell
- Guión: Leigh Whannell, Corbett Tuck, Rebecca Angelo, Lauren Schuker Blum
- País: Estados Unidos
- Año: 2025
- Duración: 103 min. min.
- Género: Terror
- Interpretación: Julia Garner, Christopher Abbott, Sam Jaeger, Ben Prendergast, Benedict Hardie, Matilda Firth
- Productora: Blumhouse Productions, Motel Movies, Universal Pictures, Waypoint Entertainment
- Música: Benjamin Wallfisch
- Fotografía: Stefan Duscio
- Estreno en España: 17-1-2025